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SANCOCHO COSTEÑO

Coaliciones bipartidistas pelean la Alcaldía de Barranquilla y enfrentan a Pastrana y a Gómez.

21 de diciembre de 1987

Desde el Frente Nacional, en Barranquilla las divisiones internas de los partidos han sido más fuertes que la lucha entre ellos. Y esto ha quedado patentado a raíz de la selección de candidatos para la elección popular de alcaldes. Por eso, para quienes conocen el tejemaneje político de la capital del Atlántico, lo que está sucediendo, tenía que suceder. Era más fácil poner de acuerdo al liberal José Name con el conservador Abel Carbonell, que a éste con su colega de partido Roberto Gerlein.
"Es la expresión de la democracia local", ha dicho el senador Gerlein, para bautizar lo que otros ven simplemente como la constitución de dos mini Frentes Nacionales que se pelean la administración municipal. Unos y otros, no importa el nombre que le den, sostienen que, al menos en el Atlántico, el esquema gobierno-oposición impuesto por el gobierno Barco, es apenas eso, un esquema, que no están ni remotamente interesados en respetar.
Y eso, a pesar de las orientaciones de los Directorios y, en el caso conservador, de los pronunciamientos del ex presidente Pastrana, quien ha dicho que esto singnifica "resignar la presentación de un candidato propio y prestar sus votos para definir las mayorías en la división del partido de gobierno, con la eventual contra prestación de recibir en poblaciones liberales unas alcaldías prestadas". Sin embargo, las palabras del ex presidente Pastrana y el "recorderis" del presidente del Directorio Nacional Conservador, J. Emilio Valderrama, de que las alianzas no son convenientes en este momento, las dos cabezas conservadoras más importantes del departamento, Abel Carbonell y Roberto Gerlein, le echaron la capa al toro y expresaron su intención de seguir adelante con las coaliciones, ante la imposibilidad de un candidato de unión.
"Es que los goditos no quieren quedarse sin el pan y sin el queso" dijo un observador político. Para los "socos", las coaliciones son una necesidad. Ante la imposibilidad de un candidato único, afirman que hay que hacer alianzas, porque es la única forma de que las minorías no pierdan poder de decisión y de que el partido no pierda el terreno ganado en los últimos años.
La división, pues, quedó protocolizada en el Atlántico y ratificada por las altas jerarquías y líderes del partido social-conservador. Terciando en el asunto, la semana pasada el ex candidato y director de El Siglo, Alvaro Gómez Hurtado, dio el espaldarazo a los "coalicionistas": "Las coaliciones son un adelanto de la civilización política". Al parecer, fue el puntilíazo final, a pesar de que el ex presidente Pastrana va a lanzarse por el camino de en medio, proponiendo un candidato, Francisco Posada de la Peña, en lo que ha sido considerado como "pataleos de ahogado" para intentar aglutinar las fuerzas del partido.
Sin embargo, la suerte está echada y, al parecer, ninguna de las coaliciones piensa dar marcha atrás. Para responder a "las obligaciones con sus electores", dos son las coaliciones más importantes para la elección en Barranquilla: la del liberal José Name y el social-conservador Abel Carbonell, que tiene como candidato al liberal Gustavo Certain; y la de los liberales Pedro Martín Leyes, Juan Slebi y Emilio Lébolo, y el socialconservador Roberto Gerlein, con el liberal Jaime Pumarejo como candidato.
Por el momento no está claro cuál coalición vencerá. Algunos cálculos indican que Certain cuenta, aproximadamente, con 119 mil votos, de los cuales un 40% lo pondría Name y un 25% Carbonell; el resto provendría de Jorge Gerlein (hermano de Roberto), Ricardo Rosales, Jaime Vargas y Hernán Berdugo. El candidato Jaime Pumarejo cuenta con los votos del grupo de los seguidores de Fuad Char y es posible que en los próximos días reciba el apoyo del Nuevo Liberalismo, encabezado por Arturo Sarabia.
Esta coalición podría obtener cerca de 115 mil votos, de los cuales un 30°70 sería de Martín Leyes, un 25°70 de Gerlein y el resto se lo repartirían Juan Slebi, Tito Crissien, Emilio Lébolo y Sarabia. Como se ve, las diferencias no son muy grandes y la victoria dependería de la imagen de los candidatos, de sus planes de gobierno y de los nombres que encabecen las listas para Concejo, que aún no se conocen.