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Así lucía un tramo de la vía entre Bucaramanga y Barrancabermeja en 2011, tras la oleada invernal. A la derecha, así quedará el cerro El Santísimo, el ícono cultural y turístico que podría potenciar los atractivos de la región y atraer miles de visitantes. Para ello, debe superar las críticas de sus detractores. | Foto: Cortesía Vanguardia Liberal

REGIONES

Santander hace planes de infraestructura

El contrato plan del departamento con el gobierno permitirá la mayor inversión de su historia en conectividad vial, pero una obra turística causa controversia.

19 de octubre de 2013

Entre 2010 y 2011 el depar-tamento de Santander vivió uno de sus peores momentos por culpa de la oleada invernal que azotó a buena parte del país. El resultado de las lluvias, derrumbes y deslizamientos se resumió en 46 personas muertas, casi 100.000 afectadas y 1.541 casas destruidas. 

Las cordilleras y cañones de su compleja geografía le pasaron factura, las carreteras del departamento se transformaron en pantanos y el departamento quedó aislado del país. En mayo de 2011 las lluvias no dieron tregua, al punto de que se cerraron cinco corredores viales, entre ellas el de Bucaramanga-Bogotá y el de Bucaramanga-Barrancabermeja. 

La infraestructura vial del departamento quedó en el ojo del huracán por su condición estratégica de paso obligado hacia Norte de Santander y la costa Caribe. Los habitantes cruzaban los dedos para que las lluvias no destruyeran sus frágiles vías. 

Hoy, dos años después, la región comienza a respirar tranquila. La inversión para la conectividad vial quedó garantizada hace un par de meses cuando el departamento firmó un contrato plan con el gobierno nacional. Se trata de una inyección de casi 6 billones de pesos para obras y proyectos, que deben ejecutarse en cinco años. El gobierno aportará 5 billones y el departamento, algo más de 900.000 millones.

Santander definió tres prioridades: conectividad, desarrollo social y desarrollo económico. Para la inversión vial destinó 5,5 billones de pesos centrados en proyectos como la vía Bucaramanga-Barrancabermeja y el eje Bogotá-Bucaramanga-Cúcuta, además de las vías secundarias, 925 kilómetros de las cuales serán intervenidas. 

“En total serán 36 obras en áreas como competitividad, salud, turismo, vivienda rural, saneamiento básico y vías. Hay algunos proyectos ya en ejecución, otros que empiezan a finales de este año y unos pocos que deben quedar estructurados antes de 2014”, resume Richard Aguilar, gobernador de Santander. Entre las inversiones en proyecto está el Centro de Convenciones de Bucaramanga. 

Justamente para la Gobernación la conectividad empujaría al turismo, otra de sus esperanzas. El ejemplo es el Parque Nacional del Chicamocha. Según las cuentas locales, antes de abrir sus puertas en 2006, Santander recibía 35.000 visitantes por año. Hoy, la región multiplicó por más de diez esa cifra, que bordea los 400.000.

El símbolo de esas nuevas inversiones turísticas es el Ecoparque Cerro del Santísimo, un complejo que tiene como atracción un monumento de 33 metros de altura en las faldas de Floridablanca que debe estar listo en la segunda mitad de 2014. La inversión total es de 45.000 millones de pesos. Esta obra monumental causa polémica entre algunos sectores que la consideran inconveniente y hasta inconstitucional.

Entre ellos están un grupo de abogados locales y el diputado Roberto Schmalbach, quienes enviaron a la Gobernación una solicitud para detener los trabajos, advirtiendo que si no tenían éxito iban a presentar una acción popular. Finalmente la interpusieron el 16 de septiembre. 

“Considero que ese es un gasto suntuario que no le apunta a resolver las necesidades de los santandereanos”, explicó en su momento Schmalbach. Por su parte, los juristas tienen otro enfoque: “Le estamos recordando al gobernador que no se puede gastar el dinero público en obras de carácter religioso. La Corte Constitucional ha dicho en reiteradas ocasiones que Colombia, por ser un Estado laico, no debe invertir sus recursos en obras que favorezcan una determinada religión”,  aseguró en su momento Alejandro Alvarado, uno de los accionantes.

El gobernador Aguilar sale al paso de las críticas. “Si existe conectividad, existe competitividad y desarrollo. Ahora queremos consolidarnos como una región de destino turístico de clase mundial, pero tenemos que generar íconos turísticos que lo permitan”, explica. 

Santander tiene en sus manos el reto de poner a marchar esta alianza con el gobierno nacional que se traduce en obras. De su acertado manejo depende que sea más competitivo gracias a una mejor conectividad vial, que la oferta turística se amplíe y que se consolide su Área Metropolitana. Cualquier error o improvisación sería un autogol histórico que los santandereanos no estarían dispuestos a perdonar.