“Santos no puede evadir su responsabilidad”, exige Robledo

Jorge Enrique Robledo, senador de la República, comparte las opiniones de quienes buscan responsabilidades políticas por el ascenso del coronel Mauricio Santoyo al rango de general pese a haber tenido antecedentes de “graves violaciones” a los Derechos Humanos.
 
El senador del Polo dice que los partidos políticos que no escucharon las alertas; el presidente de la república de entonces, Álvaro Uribe Vélez, quien en el 2007 firmó el decreto del ascenso, y el director de la Policía, general Óscar Naranjo, quien recomendó al Congreso la hoja de vida del oficial que ahora ha sido solicitado en extradición en Estados Unidos por narcotráfico, “deben dar explicaciones al país”.

Pero lo que no admite Robledo es que en este escándalo no se reclame la responsabilidad política de quien, en ese momento, era el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.
 
Según Robledo, Santos fue el ministro de Defensa que reintegró a Santoyo a las filas de la Policía después de una sanción disciplinaria que, según Robledo, fue revocada por estrategias jurídicas, como fue el vencimiento de términos, pero que nunca eximió la responsabilidad del general en las chuzadas ilegales ordenadas a activistas de la ONG Asfades en Medellín, durante su dirección del Gaula de Policía de Antioquia, entre 1997 y 1999.

Además, recordó Robledo, Santos como ministro de Defensa fue quien tramitó el ascenso de coroneles a generales en el 2007. Entonces, se pregunta: ¿Por qué Santos no le ha dado la cara al país? “Todo o casi todo en lo que se critique al expresidente Uribe también toca a Juan Manuel Santos. Es apenas obvio, el uno era jefe de Estado y el otro, su ministro de Defensa”.
 
Robledo va más allá y asegura que Uribe, Santos y el general Naranjo deben tener responsabilidad hasta por cualquier actividad que el general Santoyo haya tenido con relación con el narcotráfico. “Eso tendrán que demostrarlo los jueces”.
 
Según el congresista, si no se produce una explicación del presidente Juan Manuel Santos, sería aceptar que cuando se llega a la Presidencia, cualquier funcionario queda eximido de responsabilidades. “Eso sería una monarquía”.