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Ante el Presidente Juan Manuel Santos se posesionó Alfonso Gómez Méndez como Ministro de Justicia y del Derecho, este viernes en la Casa de Nariño. | Foto: Javier Casella - SIG

GOBIERNO

Arranca la era del ministro Gómez Méndez

La crisis carcelaria, la congestión de la justicia, y la reglamentación del marco para la paz, los retos del Minjusticia.

13 de septiembre de 2013

El presidente Juan Manuel Santos posesionó este viernes como nuevo ministro de Justicia al experimentado Alfonso Gómez Méndez, quien por primera vez aparece en el gabinete de un gobierno colombiano tras haber sido juez, congresista, procurador y fiscal general.

Al momento de tomarle juramento a su nuevo miembro del gabinete, Santos calificó a Gómez Méndez de “valiente” por haber aceptado “subirse a un barco en medio de tempestades”. A juicio del presidente, en esas circunstancias es donde “se demuestra el carácter y el talante de las personas”.

Con esas palabras, Gómez Méndez, oriundo de Chaparral (Tolima) asumió sus nuevas funciones, las cuales suponen para él afrontar varios retos principales.

Santos le encomendó trabajar de la mano con las altas cortes, los jueces y los fiscales en la búsqueda de soluciones para tener una justicia oportuna y eficaz. Gómez Méndez afronta este reto con un diagnóstico preocupante, sustentado en los elevados índices de congestión judicial. Aunque una de las principales ‘promesas’ del actual gobierno para afrontar este flagelo era impulsar una reforma a la justicia, asignatura que seguirá pendiente.

Pero quizás, la principal misión que le encomendó Santos a Gómez Méndez es apoyar el desarrollo normativo de los acuerdos de paz y colaborar en la construcción e implementación del modelo de justicia transicional.

Este viernes, al momento de su posesión, el presidente Santos volvió a profundizar en el debate sobre dónde se debe trazar la línea entre la justicia y la paz, es decir cuánto se debe sacrificar en justicia para alcanzar la paz.

Para ello Gómez Méndez será uno de los encargados del diseño de la ley que reglamente el marco jurídico para la paz, norma que tendrá el reto de aplicar parte de los acuerdos en materia de justicia para que los desmovilizados de las FARC puedan reincorporarse a la vida civil.

Este reto tiene una condición, trazada por la Corte Constitucional, que establece que a los máximos responsables de los crímenes no se les puede suspender la ejecución de la pena.

Gómez Méndez se comprometió a que en el diseño de esta norma participarán socializada con todos los actores interesados, teniendo como prioridad a las víctimas del conflicto.

“Ese diseño de una va a ser debatido de cara al país, la vamos, si es necesario, a llevar a la plaza pública, a la academia y desde luego al Congreso”, fue el compromiso del nuevo ministro de Justicia.

Para este reto Gómez Méndez tendrá que buscar los instrumentos para hacer compatibles dos principios constitucionales: el de la justicia y el de la paz. Paras el ministro la paz no es solo la terminación del conflicto, el cese del fuego, “sino que pasa por la construcción de una sociedad crecientemente igualitaria, una sociedad institucionalizada, y dentro de ese concepto una sociedad con una justicia que, despojada ya de las angustias que genera una situación de violencia, pueda atender a la demanda diaria de los ciudadanos sobre la solución de sus distintas controversias”.

Pero el principal reto que le deja la saliente ministra Ruth Stella Correa pasa por la grave crisis de hacinamiento carcelario.

Según cifras del propio ministerio, la capacidad de los centros carcelarios ha sido desbordada y los índices de hacinamiento han superado todos los niveles históricos. Hasta el mes de marzo de este año el hacinamiento se elevaba al 52 %, ya que la capacidad de los centros de reclusión en el país era de 75.726 cupos, pero la población carcelaria ascendía a 115.808 reclusos entre condenados y sindicados. Gómez Méndez tendrá que afrontar el problema de la sobrepoblación carcelaria, que este año ha ascendido a 40.082.

Para ello Gómez Méndez tendrá que completar los proyectos adelantados de construcción de nuevas cárceles y conseguir que el Congreso por fin apruebe la reforma al régimen penitenciario y carcelario, que es una de las herramientas jurídicas del gobierno para enfrentar esta crisis.

En el Congreso además tendrá que batirse, a partir de la próxima semana, para convencer a los parlamentarios de la aprobación del proyecto que permitiría adelantar un referendo para refrendar los acuerdos de paz en las próximas elecciones.

El nuevo ministro tendrá menos de un año para cumplir sus objetivos. Pero según el presidente Santos la experiencia del jurista tolimense le cae como anillo al dedo a las necesidades de la cartera, que precisamente fue revivida por este gobierno cuando decidió separar las funciones de varios ministerios, entre ellos del Interior y Justicia.