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Se caen las interpartidistas

Todo parece indicar que, por cuenta de los cálculos electorales, en 2010 no se estrenará este tipo de consultas.

26 de diciembre de 2009

Uno de los pocos temas frente a los que hubo consenso en el paso de la reforma política por el Congreso fue en el de las consultas interpartidistas. Los parlamentarios aprobaron la posibilidad de reglamentar estas consultas para que dos o más partidos puedan optar por escoger un solo candidato presidencial.

Desde junio, la oposición fue la más interesada en dar vida a estas consultas. Sus líderes saben que con Álvaro Uribe en el poder, ninguna otra fuerza logrará por sí sola más del 20 por ciento. Así quedó demostrado en 2006, cuando ningún candidato logró siquiera pisarle los talones a Uribe y ningún partido, por sí solo, consolidó una abrumadora mayoría en el Congreso.

Germán Vargas fue el primero en proponer una consulta entre su partido, Cambio Radical, y el Liberal, pues vio la posibilidad de llegar al corazón de militantes del liberalismo que quieren tener un candidato de mano dura que no sea uribista. Cuando hizo esta propuesta, se basó en una encuesta en la que obtenía una ventaja de cinco a uno sobre el candidato liberal.

Sin embargo, entonces no era claro que después de la consulta liberal de septiembre, Rafael Pardo recogería la votación de sus cinco ex contendores y pasaría del 2 al 7 por ciento en intención de voto. Tampoco, que Vargas perdería impulso en las encuestas por su oposición a la reelección. En diciembre una nueva tanda de encuestas, sumada a cálculos electorales y malentendidos, hizo fracasar la consulta entre Cambio Radical y el Partido Liberal. "No iremos a esa interpartidista. Pardo tiene la intención de radicalizar al liberalismo hacia la izquierda", dijo Vargas.

Varias razones lo hicieron cambiar de decisión. La primera, un comunicado de Gustavo Petro, el candidato presidencial del Polo, en el que informaba que Pardo había aceptado por escrito una invitación para hacer una alianza. En el cruce de cartas no se habló de llegar a una interpartidista, pero Vargas, con lógica política, lo interpretó así. Al día siguiente repitió lo que había dicho desde el principio: que Cambio Radical no haría nada con el Polo.

Para muchos la salida de Vargas es coherente, pero algunos sectores liberales la entendieron como el pretexto para echar para atrás su intención de competir con Pardo. No en vano desde septiembre este último lo sobrepasó levemente en las encuestas. Además, senadores cercanos al candidato liberal insisten en que lo que le sacó la piedra a Germán fue la idea de que Pardo y él hicieran firmar un compromiso a sus congresistas para que apoyaran al ganador de la interpartidista. "Eso lo puso en una encrucijada, porque en Cambio Radical todavía hay muchos que le hacen más caso a Uribe que a Germán", dice Juan Fernando Cristo, refiriéndose a senadores como Fuad Char, Nancy Patricia Gutiérrez, Javier Cáceres y Antonio Guerra.

En el liberalismo, los sectores liderados por el ex presidente Samper -promotor de los acuerdos con el Polo- quedaron felices con el distanciamiento de Vargas. Pero su felicidad duró poco, puesto que cuatro días después de la ruptura, Pardo anunció que tampoco habría consulta con el Polo. Aunque argumentó razones ideológicas, tuvo una motivación política. Pardo sabe que, ya sin Germán, un acercamiento con el Polo podría ser visto como un triunfo de Samper en el partido y eso no le conviene para conquistar votos de centro. Por eso el mismo día anunció que en el comité ejecutivo del partido estarán Darío Vargas, Armando Montenegro y Rudolf Hommes -del gobierno de César Gaviria- y que la lista al Senado será encabezada por Juan Manuel Galán y no por Piedad Córdoba.

Con todos esos sucesos, quedaron rotas las posibilidades de una interpartidista entre fuerzas no reeleccionistas. A esto se suma que los 'tres tenores' y Sergio Fajardo también han dicho que por ahora no están interesados en este mecanismo.

Entre los partidos uribistas una consulta de este tipo también es menos viable hoy que hace seis meses. Entonces era posible pensar en que -en caso de que Uribe no fuera candidato- Juan Manuel Santos (por la U) y Andrés Felipe Arias (por el Conservador) podrían competir por la candidatura del uribismo. Sin embargo, Noemí Sanín ha empezado a proyectarse en las encuestas y no hay certidumbre de quién, entre ella y 'Uribito', será el candidato conservador. Y es claro que si es Noemí, es menos probable una consulta con Santos.

Todo parece indicar que no será en 2010 cuando se estrenen las interpartidistas. Ni para buscar un candidato que se enfrente a Uribe, ni tampoco para buscar uno que lo suceda.