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Cabo segundo del Ejército Pablo Emilio Moncayo, secuestrado por las Farc hace once años.

SECUESTRO

Se complica la liberación del cabo Pablo E. Moncayo

Aunque el presidente Álvaro Uribe desautorizó a la senadora Piedad Córdoba para mediar en la liberación del militar, de todas maneras la congresista viajó a Brasil para concretar la logística de dicha operación.

27 de abril de 2009

Si la semana pasada estaba enredada la liberación del cabo Pablo Emilio Moncayo, secuestrado por las Farc desde hace once años, hoy está más cruda esa posibilidad después de que el presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, autorizara única y exclusivamente a la Iglesia Católica y al Comité Internacional de la Cruz Roja para que participen en la operación que devolvería a la libertad a este militar.

Durante un consejo comunitario en Facatativá el pasado sábado, Uribe dijo: “Nosotros no aceptamos engaños. Este gobierno no acepta que se adelante ahora una campaña política basada en el espectáculo inhumano de hacer politiquería con la liberación de unos secuestrados. Politiquería que hace el mismo grupo que los secuestró y los tortura. La única institución que queda autorizada para avanzar en ese proceso es la Cruz Roja Internacional, que se puede ayudar, si a bien lo tiene, de la Iglesia Católica”.

Aunque no mencionó directamente a la senadora Córdoba, quien ha hecho varias gestiones en el pasado y ha asistido a las liberaciones de otros rehenes de este grupo guerrillero, el mensaje fue claro: no permitirá que el grupo “Colombianos por la paz” participe en la liberación del cabo Moncayo.

Ni el tono, ni el mensaje de Uribe son nuevos. Tras la liberación de tres policías y un militar a comienzos del pasado febrero, el presidente Uribe hizo lo mismo con argumentos similares: dijo que no aceptaba que fueran Daniel Samper Pizano, Jorge Enrique Botero, entre otros miembros de “Colombianos por la paz” a la liberación de Alan Jara y Sigifredo López. Después permitió que de esta organización fuera solo la senadora Córdoba.

A pesar de la última orden presidencial en el caso Moncayo, Piedad Córdoba viajó este lunes hacia Brasil, invitada por el parlamento de ese país a participar en una audiencia de la comisión de relaciones exteriores y a reunirse con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a quien le pedirá, una vez más, sea parte de la logística en la liberación del cabo Pablo Emilio Moncayo, tal como lo ha hecho en las liberaciones más recientes.

Antes de salir, la congresista dijo que no entrará en una polémica ni hará “un frente de batalla” con Uribe. “El Presidente tendrá razones para dar las declaraciones que da. Las respetamos, pero seguimos trabajando”, aseguró.

¿Cambiará de opinión esta vez el Presidente, tras la petición insistente del profesor Gustavo Moncayo, papá del militar secuestrado, para que la congresista continúe con la mediación y se lleve a buen término la liberación?

Si no lo hace es posible que las Farc se enranchen en su decisión de que sólo aceptan la participación de Córdoba como garante del proceso. Si el Presidente cede en su decisión, el proceso aflojará un poco y habría que esperar a que las Farc informen sobre la ubicación exacta del cabo Moncayo para que así arranque la operación.

Lo importante es que las partes involucradas entiendan que la prioridad es salvar la vida de este joven militar que ya completa más de una década separado de su familia, sumido en las circunstancias más adversas en la selva y esperando, igual que otros policías y soldados cautivos, a que algún día gobierno y Farc se pongan de acuerdo para buscar su libertad.