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A LA GUILLOTINA CON GUSTAVO GÓMEZ

"Se está alentando la confrontación"

José Pérez Novoa, embajador de Cuba, habla de Obama, el trato de Chávez a Colombia, de Juanes y de sus interlocutores colombianos.

31 de octubre de 2009

A penas un puñado de embajadores de Cuba en el mundo cuentan con una hoja de vida como la de José Pérez Novoa: desde los 29 es embajador, y ha prestado su servicio a la revolución cubana en Etiopía, India, Suiza, Ghana, Nepal, Bangladesh, Liberia, Sierra Leona y, desde 2005, Colombia. Es prudente y discreto, se permite aquí decir un par de cosas en días de derrota al bloqueo en Naciones Unidas, publicación de libro familiar contra Fidel Castro y acusaciones de espionaje colombiano a Cuba. Todo, obviamente, con mucha diplomacia.

Gustavo Gómez: ¿Barak Obama hará para Cuba el milagro de que termine el bloqueo?
José Pérez Novoa: Ojalá lo hiciera, pero hasta ahora no ha tomado ninguna medida en relación con Cuba que haga la diferencia. Las propuestas de Obama son buenas, pero no están dirigidas a Cuba, sino a su electorado en Florida.

G.G.: ¿No es transparente Obama?
J.P.N.: No diría eso. Es que asumió la Presidencia en medio de demasiados problemas y mantiene una permanente lucha para demostrar algo en lo que muchos no creen: que un negro puede gobernar Estados Unidos.

G.G.: Cuba no se hace muchas esperanzas con Obama…
J.P.N.: Con lo que nos ha pasado en los últimos 50 años, hemos aprendido a no vivir de esperanzas. Recordemos quién dictó el decreto del embargo: Kennedy, que era la ilusión del cambio, como lo es hoy Obama. ¿Y tú sabes qué otra cosa era Kennedy? Era demócrata, como Obama.

G.G.: La votación de la Asamblea General de Naciones Unidas fue contundente: de 197 miembros, 187 a favor de levantar el bloqueo. ¿Influirá en Obama?
J.P.N.: Como un buen católico diría: si Dios quiere, ojalá.

G.G.: ¿Y es que Dios existe para la Revolución?
J.P.N.: Cuando llegan los momentos difíciles, todo cubano se encomienda a alguien… por si acaso.

G.G.: ¿Raúl Castro estaría dispuesto a reunirse con Obama?
J.P.N.: Raúl ha dicho que no puede pedirle a Obama que lo reciba en Estados Unidos y tampoco puede pedirle que visite Cuba, porque lo pondría en una situación difícil. Pero está en pie la oferta de conversar en la base de Guantánamo para que, cuando se vaya, se lleve su bandera, que ondea allí innecesariamente.

G.G.: Venezuela afirma que Colombia la espía, y también a Ecuador y Cuba, y el presidente Correa asegura que esta situación alejará a Cuba de Colombia. ¿Es lo que va a pasar?
J.P.N.: Primero, no conozco el respectivo documento, así que no me puedo pronunciar y, segundo, hemos mantenido hasta ahora relaciones transparentes con Colombia, al punto de haber contribuido a la búsqueda de la paz interna e incluso a la resolución de problemas fronterizos.

G.G.: Quien lo dice es un gobierno, como el de Chávez, muy cercano a Cuba, y lo secunda otro no menos afecto a la Revolución, el de Correa. ¿Cuba le pedirá explicaciones a Colombia?
J.P.N.: No tengo hasta ahora motivo alguno para tocar ese tema con el canciller Bermúdez. No hay ninguna razón para que Colombia tenga que desconfiar de Cuba ni para que Cuba desconfíe de Colombia.

G.G.: ¿Pero confían en la veracidad de los documentos que asegura tener Venezuela?
J.P.N.: Creo que un gobierno serio, como es el de Venezuela, no se lanza a presentar documentos que no sean ciertos.

G.G.: No todos comulgan en Colombia con la idea de que el de Venezuela sea un gobierno serio. ¿Qué piensa Cuba del tratamiento que nos da Chávez?
J.P.N.: Somos defensores de la convivencia y el respeto, y pensamos que todo camino de guerra es malo.

G.G.: ¿A Chávez lo ronda la guerra?
J.P.N.: No hay que mirar tanto a Chávez: hay que mirar para adentro. Esa cosa de criticar siempre al vecino y no ver cómo tenemos la casa es un problema. Hay un escenario latinoamericano muy delicado que incluye la reactivación de la Cuarta Flota de Estados Unidos en el Caribe, un golpe de Estado en Honduras que recién ahora tendría una solución y un incremento de la actividad militar, llámese cooperación o como sea… se está alentando una escalada de la confrontación en Latinoamérica.

G.G.: Cuba sabe lo que es tener bases norteamericanas en su territorio. ¿Qué lectura tiene del acuerdo firmado para uso de bases entre Colombia y Estados Unidos?
J.P.N.: Creemos que ese ejercicio tiende a fomentar la desconfianza.

G.G.: Llegarán asesores norteamericanos a esas bases… a propósito, ¿qué tantos asesores militares cubanos hay en Venezuela?
J.P.N.: Nosotros en Venezuela tenemos miles… de médicos y de personas en campañas de educación, pero militares, hasta donde conozco, no hay. Aquí hay asesores de Estados Unidos, y eso para nosotros de ninguna manera significa que Colombia vaya a agredir a Cuba.

G.G.: Juanita Castro, la hermana de Fidel y Raúl que vive en Miami, acaba de publicar un libro muy duro con ellos. ¿Es un punto de vista respetable?
J.P.N.: Ella es una persona que, como otras, decidió no estar de acuerdo con el sistema que nosotros quisimos darnos. A ella, como sucede con Alina, la hija de Fidel, la usan como ficha de las campañas para hablar mal de la Revolución.

G.G.: ¿Cómo se explica entonces que algunos cubanos en el exilio hayan quemado su libro?
J.P.N.: Es una reacción típica de trogloditas que no entienden la manera como han decidido vivir los demás. La ponen como una agente de la seguridad cubana mientras ella revela que trabajó para la CIA… es algo a lo que nos tiene acostumbrados el grupúsculo de los terroristas de Miami. Lo mismo que conoce Colombia en carne propia a través de lo que le pasó a Juanes.

G.G.: ¿Es cierto que usted le advirtió a Juanes a lo que se exponía tocando en Cuba?
J.P.N.: Sí, hablé con él. Lo que le pasó a Juanes, como se dice, era bola cantada: se sabía que venía strike. Juanes aceptó el reto y ganó, y ese hecho lo convirtió en alguien distinto.

G.G.: Tenemos un proceso de liberaciones estancado. ¿Le han pedido algún tipo de mediación para destrabarlo?
J.P.N.: No.

G.G.: ¿Conversa con Piedad Córdoba?
J.P.N.: Sí, y con Carlos Holguín y Rodrigo Rivera y José Obdulio Gaviria…

G.G.: ¿Y cuál de todos oye menos?
J.P.N.: Todos oyen bien.

G.G.: ¿Incluso José Obdulio, allá en el fondo de la caverna?
J.P.N.: Claro, él tiene sus criterios y opiniones, pero oye.

G.G.: ¿Nos está ayudando Cuba en algún acercamiento a las Farc o al ELN?
J.P.N.: En estos momentos ahí no hay nada. Lamentablemente experimentamos un silencio en la sociedad civil sobre estos temas. ¿Qué tiempo hay que no hay manifestación pública a favor de la paz? Hay un silencio absoluto que no debería existir, sobre todo porque la paz de Colombia es muy importante para el continente.

G.G.: ¿Nuestra paz está en el limbo?
J.P.N.:
Dice el Papa que no hay limbo.