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Se marchita el verde

El dólar, que se había fortalecido en todo el mundo, en medio de la crisis de la economía está aflojando nuevamente en todas partes. En Colombia este año la divisa llegó a rozar los 2.600 pesos y ya está a punto de caer de 2.000. ¿Seguirá descendiendo?

13 de junio de 2009

Pronosticar el rumbo que tomará el dólar no es una apuesta que a muchos les gusta hacer. En materia de tasa de cambio, los 'descaches' de prestigiosos analistas están a la orden del día. Sin embargo, en esta oportunidad se está viendo un debilitamiento tan generalizado de la divisa estadounidense en todo el planeta, que los economistas han cedido a la tentación y ahora pronostican que viene un período de revaluación de las monedas locales.

Los argumentos son varios. La crisis financiera mundial provocó que la mayoría de los inversionistas optaran por refugiarse en Estados Unidos -en los bonos del Tesoro- y se volcaran hacia los dólares, lo que fortaleció esta moneda. Pero eso fue temporal. Ahora, en el horizonte cercano, se ve una posible recuperación de la economía y esos mismos inversionistas están deseosos de tomar riesgos en otros mercados, como los emergentes. El efecto es el fortalecimiento de las monedas locales y la caída de la divisa estadounidense.

Los inversionistas buscan mejor refugio para su dinero. Si en Estados Unidos las tasas están por el piso, y en los mercados emergentes, como Colombia, se pagan mayores rentabilidades, es razonable mover los capitales hacia estos lugares.

En esta coyuntura suele suceder que, incluso, algunos prefieran endeudarse en dólares en Estados Unidos, a tasas muy bajas, y colocar estos dineros en instrumentos más atractivos en otros mercados.

Otro factor importante en el análisis es que cada vez que suben los commodities (petróleo, oro, cobre, níquel, carbón, café, etcétera), como está ocurriendo, se debilita el dólar. Estas materias primas están al alza porque se percibe cierta recuperación.

Un elemento adicional que juega en contra del dólar es la preocupación por los efectos de la enorme emisión monetaria que ha hecho la Reserva Federal (FED) para levantar la economía estadounidense.

En Colombia está pasando lo mismo que en el resto del mundo. Este año el dólar ha caído 578 pesos desde el momento en que alcanzó su pico de 2.596 pesos (febrero) hasta la semana pasada, cuando se descolgó a 2.012.

Sin embargo, a los factores externos anteriormente descritos hay que agregar elementos locales que están impulsando la divisa a la baja. Ecopetrol ha hecho reintegros por exportaciones y el gobierno se ha visto obligado a traer alrededor de 1.800 millones de dólares para atender necesidades del gasto. A esto se suma que muchos empresarios, para cancelar impuestos, están trayendo dólares al país.

Adicionalmente, el hecho de que haya bajado la percepción de riesgo en estas economías -hay que incluir especialmente a Colombia- está estimulando la entrada de capitales especulativos en busca de mejores rentabilidades. Claro, también hay nuevas inversiones extranjeras directas de largo plazo que siguen llegando al país, así no sea en la misma magnitud del año pasado.

Todo ha presionado la divisa a la baja. Ya la revaluación del peso en lo que va corrido del año llega al 10 por ciento. Julián Cárdenas, de la firma Corredores Asociados, cree que la tendencia observada en los últimos seis años probablemente se restablecerá y lo que se está viendo es una corrección de las pronunciadas alzas de comienzos del año. Es decir, si bien no se espera que el dólar caiga a los 1.600 pesos de hace un año, sí es previsible que se estacione por debajo de 2.000.

La caída de la divisa ya provocó que los exportadores y sectores como los cafeteros pusieran el grito en el cielo y comenzaran a pedirle al gobierno y al Banco de la República acciones para contrarrestar este mal momento para sus negocios. Los primeros estaban aguantando la caída en las exportaciones porque la devaluación les compensaba el ingreso, y los segundos estaban dichosos, con el precio del café en el mercado externo, que llegó a niveles no vistos en una década, pues el dólar caro les estaba incrementando las ganancias.

El asunto es que el gobierno y el Emisor tienen poco margen de maniobra en materia de tasa de cambio, cuando esta flota libremente. Por ahora, la brújula de los analistas apunta hacia revaluación por un tiempo más, y es mejor estar preparados para ello.