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Germán Vargas Lleras fue el senador más votado del país, con más de 220.000 votos. Cambio Radical consiguió una bancada importante dentro de la coalición uribista y hoy ostenta la presidencia del Congreso

CANDIDATURAS

¿Se salió un gallo del corral?

El senador Germán Vargas Lleras tuvo que anticipar su renuncia al Congreso. La pregunta es si se lanzará al ruedo antes de que Álvaro Uribe anuncie si le juega a la reelección.

7 de junio de 2008

Germán Vargas Lleras ya no será senador. Después de una larga carrera parlamentaria de 14 años, el nieto de Carlos Lleras Restrepo, el joven político bogotano, malhumorado, vehemente y de derecha renunció irrevocablemente a su curul en el Congreso. Y, como era de esperarse, semejante noticia armó una polvareda.

El hoy ex senador ya estaba ausente del Capitolio desde hacía casi tres meses y sus planes de tomar una licencia de estudio en España parecían advertir que su etapa como congresista llegaba a su fin. Nunca ha ocultado Vargas Lleras su afán por aspirar a la Presidencia de la República y estudiar en el exterior antes de lanzarse ha sido una práctica acostumbrada por los presidenciables.

Sin embargo, él no habla de este tema en su carta de renuncia. Sus argumentos están centrados en la suerte de la reforma política. Allí Vargas Lleras afirma que su partido, Cambio Radical, ha sido "líder en el trámite y la aprobación" de la misma y por esto, ante el riesgo de que por falta de votos el acto legislativo se hunda, él prefiere que su reemplazo en propiedad en la comisión pueda votar, y hacerlo afirmativamente.

Pero la reforma ya está casi perdida y es muy poco probable que puedan salvarla el esfuerzo de Vargas Lleras de renunciar para que Elsa Gladys Cifuentes se posesione en su antigua curul, y el del senador Javier Cáceres, que quiso declararse impedido para no votar. La reforma pasará, pero no al último debate en plenaria, sino a mejor vida y Vargas Lleras habrá, en ese caso, renunciado en vano.

Hay quienes, más suspicaces, dicen que encontró una buena excusa para librarse del escándalo que enfrenta su partido. Luego de triunfar en las elecciones por una lista hecha por él mismo, consiguió una bancada importante para la coalición uribista y, no obstante las advertencias y los controles que en su momento se anunciaron, siete de ellos están hoy en la cárcel por supuestos vínculos con los paramilitares.

Aun así, como dice el dicho, a la gente hay que creerle. Para Cambio Radical la reforma fue un caballito de batalla. No sólo Vargas se la echó al hombro en primera vuelta en el Senado, sino que su tocayo Germán Varón la cargó en la Cámara como ponente. Era una iniciativa del gobierno que el mismo ministro Carlos Holguín cabildeó en su primera vuelta y desde el Palacio de Nariño, por temporadas, decidieron empeñarse en su aprobación. Sin embargo, las cosas cambiaron cuando la plenaria de la Cámara incluyó el artículo de la silla vacía y ahora desde el gobierno ha salido la orden de hundirla (ver artículo).

Por todo esto, la salida de Vargas Lleras del Congreso, a juicio de los expertos analistas y políticos en ejercicio, es más la confirmación de que jugará en la próxima campaña presidencial que el intento de darle un chance a la famosa reforma. "Es una renuncia a Juan para que entienda Pedro", asegura uno de sus copartidarios.

Lo que seguirá siendo motivo de especulación es si Germán Vargas Lleras se lanzará al ruedo antes de que se sepa con certeza si el presidente Álvaro Uribe estará en la baraja, o si, por el contrario, esperará a que se esclarezca ese punto para tomar una decisión definitiva. Hace unos meses le dijo a La W que él veía muy complicado competir con Uribe, ya que representaban las mismas políticas. Pero a la luz de los hechos de hoy, que evidencian un distanciamiento ya muy notorio entre Uribe y el ex senador, pareciera difícil que Vargas sea el elegido para el guiño del Presidente que muchos están esperando.

Pues bien, el momento parece haber llegado. Atrás quedan los más de 200.000 colombianos que votaron por él en marzo de 2006. a quienes agradece en su carta. Y por venir están los ciudadanos expectantes que quieren ver si a Uribe se le salió un gallo del corral para enfrentarse a él.