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“El autor intelectual fue Pablo Escobar y su mayor enemigo era yo. ¿Cómo puedo ser cómplice en ese asesinato?”

ENTREVISTA

“Seguiré luchando por mi inocencia”

Acusado de participar en el magnicidio de Luis Carlos Galán, el general Miguel Maza Márquez habló con SEMANA apenas recuperó su libertad.

28 de enero de 2012

SEMANA: ¿Cuánto tiempo estuvo en la cárcel?

Miguel Maza Márquez:
Dos años y cinco meses.

SEMANA: Debe sentirse tranquilo y feliz de estar en su casa.

M.M.M.:
No estoy ni tranquilo ni feliz porque fui puesto en libertad por errores de procedimiento y no por declaratoria de inocencia. Yo no estaré tranquilo hasta que se haga justicia y se me declare inocente.

SEMANA: ¿Cuál fue el error de procedimiento?

M.M.M.:
Uno de esos absurdos de la Justicia colombiana. Como director del DAS, yo tenía fuero y solo podía ser investigado por el fiscal general. En lugar de hacer eso, me investigó un fiscal de derechos humanos que no tenía competencia. Y por cuenta de ese error tan elemental pasé dos años y medio en la cárcel.

SEMANA: Es evidente que usted se considera inocente. ¿Qué explicación le da a estar acusado de haber participado en el magnicidio de Luis Carlos Galán?

M.M.M.:
Todas las noches me he hecho esa pregunta y nunca he podido encontrar una respuesta. Hay dos hechos indiscutibles: 1) el autor intelectual del asesinato de Luis Carlos Galán fue Pablo Escobar. 2) el mayor enemigo de Pablo Escobar era Miguel Maza Márquez. ¿Cómo es concebible entonces que acabara yo de cómplice de Escobar en ese asesinato?

SEMANA: Ese es el escenario en blanco y negro, pero para sus críticos hay zonas grises. Por ejemplo, usted definitivamente era el gran enemigo de Escobar, pero se dice que no era tan enemigo del cartel de Cali, pues la guerra que compartían contra el cartel de Medellín los había dejado en el mismo bando.

M.M.M.:
Eso no tiene ni pies ni cabeza. El cartel de Cali sí estaba en guerra contra el cartel de Medellín y efectivamente me contactaron para decirme que tenían información valiosa sobre Escobar. Yo les dije que eso no era conmigo y contactaron al hermano del presidente Barco, Jorge Barco, quien inmediatamente llamó al primer mandatario. En ese momento, este decidió abrir una línea telefónica para que todo el que tuviera información sobre Escobar dejara los datos en esa línea. Seguramente el cartel de Cali lo hizo.

SEMANA: Pero aun así, a ellos sí les convenía que Galán no llegara a la presidencia por su posición sobre la extradición. De acuerdo con esa interpretación, su vinculación con ese episodio sería por Cali y no por Medellín.

M.M.M.:
¿Y eso qué tiene que ver conmigo? ¿Acaso yo era un narcotraficante con riesgo de ser extraditado? ¿O acaso yo era un político rival de Galán por la presidencia de la república? Lo único que había entre Galán y yo era una causa común, que era la lucha contra el narcotráfico. Él como político y yo como director del DAS.

SEMANA: También se ha dicho que usted tenía algún tipo de contacto con los paramilitares del Magdalena Medio que fueron cómplices en el asesinato de Galán a través de el Mexicano.

M.M.M.:
Volvamos a lo esencial. El hombre que ordenó el asesinato de Galán fue Pablo Escobar. Dos meses antes del magnicidio, él me puso una bomba en la Séptima con 56, en la cual murieron 11 personas y me salvé de milagro. Dos meses después del magnicidio me puso otra bomba en el edificio del DAS que produjo la muerte de 70 personas. ¿Usted cree que ese es el tratamiento que se le da a un socio si es verdad que hubiéramos estado en la misma conspiración?

SEMANA: Pero algunos paramilitares han dicho que el asesinato de Galán contó con la colaboración de funcionarios del DAS. Inclusive el propio Rueda Rocha, el hombre de la pancarta que le disparó a Galán, dejó una carta mencionando este punto. También lo hizo Ernesto Báez y el negro Vladimir, quien comandaba un bloque paramilitar en esa región.

M.M.M.:
Varios de esos señores eran socios de Pablo Escobar, que era mi enemigo a muerte y es absolutamente lógico que quieran vengarse. Lo que no es lógico es que la Justicia les crea esas mentiras. Yo nunca en mi vida he ido al Magdalena Medio, ni a Puerto Boyacá, ni conozco a ninguno de los jefes paramilitares de esa zona. Ellos sí saben quién soy yo, pues yo los perseguí.

SEMANA: Pero Ernesto Báez dice que un sacerdote de nombre Carlos Ciro fue enviado por Henry Pérez, el jefe paramilitar del Magdalena Medio en ese momento, para establecer un contacto con usted.

M.M.M.:
Y a quién se le puede ocurrir que un sacerdote y el director del DAS de Colombia se reúnan para discutir el asesinato de Luis Carlos Galán. Eso no solo me ofende a mí sino a la Iglesia. Es verdad que yo me reuní con el padre Ciro, pero como él mismo lo declaró ante la Fiscalía, no fue en calidad de mensajero de asesinos, sino en su condición de presbítero preocupado por la violencia de su región. Esa declaración está en el expediente.

SEMANA: ¿Y el testimonio del negro Vladimir diciendo que el DAS fue clave en el magnicidio? Él aseguró que al asesino lo entraron en los carros del DAS y que en el afán del momento acabó usando una ametralladora del DAS para el crimen.

M.M.M.:
El negro Vladimir era uno de los paramilitares entrenados por Yair Klein y yo lo denuncié ante la Justicia como uno de los responsables por la masacre de La Rochela, en la cual fueron asesinados varios funcionarios de la Justicia. Esa denuncia desembocó en que hoy él está en la cárcel, donde va a permanecer muchos años. ¿Qué credibilidad se le puede dar al testimonio de un jefe de sicarios encarcelado sobre la persona que lo metió preso? Eso solo se le ocurre al señor Gabriel Jaimes, de la Procuraduría, quien con base en ese testimonio me montó un proceso.

SEMANA: Usted parece sentirse víctima de una conspiración.

M.M.M.:
Yo SOY víctima de un montaje que ha tenido tres patas. 1) Los narcoparamilitares que combatí como director del DAS, que se quieren vengar de mí. 2) Gabriel Jaimes, un funcionario de la Procuraduría, quien ferrocarrileó la Justicia de principio a fin en mi contra, sin ningún respeto por el debido proceso, por creer todos esos cuentos. Y 3) la familia de Luis Carlos Galán, que para mi sorpresa cree que yo soy responsable de la muerte del doctor Luis Carlos.

SEMANA: Pero la familia Galán lo cree porque usted cambió la escolta unos días antes del magnicidio y puso a cargo de la seguridad del candidato a un personaje inexperto y algo oscuro que nunca apareció después de la tragedia de Soacha.

M.M.M.:
El doctor Galán me pidió que cambiara su jefe de escolta porque consideraba que el que tenía era de chismes y se metía en su vida privada. Encargué al coronel Manuel González, quien era el jefe de protección del DAS, de encontrar un remplazo y me puso a Jacobo Torregrosa. Ese señor manejaba la seguridad del doctor Galán una semana antes de su asesinato, cuando tuvo lugar un intento de atentado en Medellín que fue descubierto a tiempo. El doctor Galán públicamente elogió el manejo que se le dio a esa situación, tal como quedó registrado en el periódico El Tiempo de esa fecha. Después de ese atentado frustrado, el general Gómez Padilla, director de la Policía, se reunió con el doctor Galán y le preguntó que si quería cambiar su esquema de seguridad. Este le contestó que no era necesario y que estaba satisfecho con el señor Torregrosa.

SEMANA: Pero doña Gloria, la esposa del doctor Galán, dice en el expediente que se reunió con usted para pedirle que cambiara a Torregrosa, pues la familia estaba intranquila con él y que después de esa reunión no se produjo ningún cambio.

M.M.M.:
Yo nunca me reuní con la señora de Galán y jamás ella me planteó una solicitud de cambio de escolta.

SEMANA: Pero usted entiende que así como usted argumenta que no tenía por qué tener ningún interés en que Galán muriera, doña Gloria de Galán no tiene ningún interés en inventarse una reunión con usted que nunca tuvo lugar.

M.M.M.:
La verdad, yo nunca he entendido eso tampoco.

SEMANA: Hay algo que nos sorprende en sus respuestas. Usted en ningún momento ha dicho que no es imposible que funcionarios del DAS hubieran estado infiltrados para ese asesinato, pero que eso no significa automáticamente que usted tuviera que tener conocimiento.

M.M.M.:
Yo no me voy a defender echándoles la culpa a otras personas. Eso es muy fácil. Yo le podría echar la culpa al coronel González que puso a Torregrosa como jefe de escoltas o al propio Torregrosa, quien ya murió. Pero la verdad es que yo nunca he visto pruebas contundentes de la supuesta infiltración del narcotráfico en el DAS. Mientras no las vea no le voy a echar agua sucia a nadie.

SEMANA: Cámbienos de tema, cuénteme cuáles eran las condiciones de su reclusión.

M.M.M.:
Yo estaba retenido en Cespo, que es un centro de la Policía, y no en una cárcel ordinaria.

SEMANA: ¿Y con quién convivía? ¿Cómo es la vida en esa situación?

M.M.M.:
Pues había dos militares, pero recientemente llegó el doctor Bernardo Moreno, a quien yo no conocía y me ha causado una muy buena impresión. Es un hombre sencillo y sin pretensiones, tan sorprendido como yo de lo que le está sucediendo.