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| Foto: Archivo particular

JUDICIAL

La historia del ‘narco’ que quiso hacerse pasar por guerrillero

Para la Fiscalía, Segundo Villota es narcotraficante y no miembro de las FARC, como se quiso acreditar. Por eso, le imputarán los delitos de fraude procesal y cohecho. Su extradición es inminente.

2 de febrero de 2017

Segundo Villota, acusado de narcotráfico, tenía un pie en Estados Unidos, donde era requerido por las cortes del Distrito Sur de Florida y del Distrito Este de Texas, al ser considerado el último gran capo del Cartel de Cali. Su extradición había sido avalada por el presidente, Juan Manuel Santos, la Corte Suprema y la Fiscalía, pero una denuncia en su contra frenó el proceso.

Poco antes de que se materializa su extradición, desde Cauca se les informó a las autoridades que se había suspendido el trámite. Todo por cuenta de una investigación que abrió la Fiscalía por el delito de rebelión, luego de que un recluso de la cárcel de Villahermosa, en Cali, envió una carta a la Policía diciendo que Villota -quien se encuentra detenido en la cárcel La Picota- era un miembro de las FARC que “había traicionado la causa”.

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En la denuncia, según indicó una fuente del ente acusador a Semana.com, el preso aseguró que el supuesto insurgente “perteneció a varios frentes y columnas móviles, donde se destacó como explosivista y guerrillero armado”. Ante tales señalamientos, la Fiscalía -a través de videoconferencia- le imputó el delito de rebelión desde Popayán.

Los líos empezaron después de esa diligencia. Villota debía ser extraditado, pero si tenía un proceso por ser miembro de las FARC no podía ser enviado a Estados Unidos, teniendo en cuenta que esta condición estaba contemplada en los acuerdos de paz. Además, una acción de tutela que resolvió el Tribunal Superior de Bogotá ordenó la suspensión del trámite.

Como era de esperarse, el caso causó revuelo. Por eso la Fiscalía inició las investigaciones del caso y las irregularidades que hallaron tienen hoy a cuatro policías de la Sijín tras las rejas. Para el ente acusador, hubo un fraude para convertir a Villota, en tiempo récord, de narcotraficante a guerrillero para que no fuera extraditado.

Las inconsistencias en la investigación

La Sijín entregó dos informes de Policía judicial con los que se determinó que Segundo Villota era un hombre más de las FARC. Pero a la Fiscalía le generó dudas la rapidez con la que se habían hecho las investigaciones, por eso indagó sobre las pruebas recopiladas por la Policía que, para el ente acusador, fueron conseguidas “como por arte de magia”.

“Cuando revisamos el proceso por rebelión evidenciamos que tenía demasiadas falencias y cosas muy extrañas”, dijo una fuente judicial a este portal.

“Esta fue una investigación que prácticamente se tramitó en 20 días. Informes de inteligencia del Ejército indican que supuestamente ese sujeto sí tiene una orden de batalla (que utilizan los miembros de la guerrilla) y que aparece registrado en el Bloque Occidental”, explicó.

Pero bien dicen que las apariencias engañan. Cuando la Fiscalía confrontó los documentos aportados por los funcionarios de la Sijín con los de Inteligencia del Ejército, se dio cuenta de que los datos no coincidían y que esos papeles fueron “alterados y modificados”.

“No fueron muy cuidadosos. En un párrafo indicaron que Villota era narcotraficante que tiene vínculos con las FARC. Además, comprobamos que fracciones de los documentos originales fueron escaneados y pegados para soportar el expediente final. Por eso sospechamos que hay personal de inteligencia vinculado con los hechos”, manifestó una fuente de la Fiscalía.

Pero esas no fueron las únicas inconsistencias. “Decían que pertenecía al frente Sexto pero que operaba en el Octavo, en uno supuestamente realizaba tareas de explosivista y en otros de narcotráfico”, agregó. Este detalle fue el que le permitió al ente acusador determinar que en el caso se estaban presentando irregularidades.

También llamó la atención que en la imputación de cargos contra Villota no hubo identificación ni individualización del procesado, que son clave para una diligencia de este tipo. Además, que sin ningún tipo de debate o evidencia en su contra, él aceptó cargos “de una manera muy conveniente”.

Sus vínculos con las FARC, según la Fiscalía

Segundo Villota, quien nació en Nariño el 22 abril de 1975, fue capturado en Ecuador en el 2015 por ser presunto socio de Fernain Rodríguez Vásquez, a quien el Departamento del Tesoro de EE. UU. acusa de ser un capo internacional vinculado a las FARC y a los carteles mexicanos de Los Zetas y Sinaloa.

Él fue incluido en la “lista negra” de narcotraficantes, puesto que la red a la que pertenecía exportó a EE. UU., en los últimos diez años, hasta 100 toneladas de cocaína. Esta estructura tiene como jefe máximo un capo colombiano-libanés, Jorge Fadlallah Cheaitelly. Por esto es requerido por las cortes del Distrito Sur de Florida y del Distrito Este de Texas.

¿Realmente tiene vínculos con las FARC? Según estableció la Fiscalía, Villota sí tuvo nexos con esa guerrilla. Pero no por ser explosivista o por pertenecer a alguno de sus frentes, como se indicó en su proceso judicial por rebelión, sino, precisamente, por narcotráfico.

“Se concluyó que cuando había mucha demanda y a la estructura criminal de la que hacía parte se quedaba sin droga, le compraban a las FARC para exportarla a México y Estados Unidos”, indicó una fuente del ente acusador.

Y aclaró: “Él nunca fue un rebelde, nunca estuvo en la causa, nunca estuvo armado por ellos, nunca participó en nada que tenga que ver con las FARC. No tiene ninguna orden de batalla. No aparece en ninguna de las estructuras. Él no es guerrillero, es narcotraficante”.

Según ha manifestado esa guerrilla, Villota sí pertenece a sus filas. Pero para la Fiscalía, en este caso hay dos opciones para que se hagan tales afirmaciones. La primera es que él logró ‘colarse’ para recibir los beneficios jurídicos que tendrán los insurgentes. La segunda es que él habría ofrecido dinero para que lo acreditaran como miembro de las FARC.

No obstante, el ente acusador cuenta con las pruebas suficientes para declarar la nulidad del proceso por rebelión y así reactivar el trámite de extradición. Y no solo eso. También abrirá una nueva investigación en su contra por los delitos de fraude procesal y cohecho.

Testimonio clave

Uno de los miembros de la Sijín que fue capturado por su presunta participación en la alteración de los documentos confesó ante la Fiscalía que todo se trató de un montaje. Reveló que a él y a los otros supuestos responsables se les entregó una suma que ascendió a mil millones de pesos a cambio de relacionar a Villota con el delito de rebelión.

Según le dijo una fuente del ente acusador a este portal, dos funcionarios de Inteligencia del Ejército y del Inpec podrían ser vinculados a la investigación por los hechos y el recluso que hizo la denuncia también será judicializado por fraude procesal y cohecho.