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| Foto: Archivo particular

PROCESO

El Sí gana el ‘plebiscito’ del Senado

Con 75 votos se refrendó el nuevo acuerdo de paz con las FARC. Este miércoles será el turno de la Cámara de Representantes. Así fue la jornada más larga que se recuerde en el capitolio.

29 de noviembre de 2016

Mes y medio después del plebiscito, el que mandó al limbo la paz con las FARC, el Senado refrendó el nuevo acuerdo firmado por el gobierno y la guerrilla. Como era de esperarse, la coalición por la paz impuso sus mayorías. 75 senadores le dijeron Sí al acuerdo. Este miércoles la Cámara de Representantes deberá hacer lo propio. Al interior del capitolio, la paz empezó a ser refrendada.

El pasado 2 de octubre el pueblo colombiano fue convocado para refrendar el primer acuerdo de paz con las FARC. A las 8:00 de la mañana se dio apertura a las urnas, en medio de un fuerte chaparrón en muchos lugares del país. Hasta cuatro departamentos de la Costa estaban amenazados por el paso del huracán Matthew. La jornada se extendió hasta las 4:00 de la tarde, ocho horas tuvieron los casi 35 millones de ciudadanos habilitados para votar de pronunciarse. Lo hicieron, aunque a medias. El 51% de los que fueron a las urnas, rechazaron el acuerdo. Casi el 62% optó por la abstención.

El gobierno, entonces, no tuvo otra que sentarse a dialogar con el senador Álvaro Uribe y los demás vencedores del plebiscito. El propósito, un nuevo acuerdo de paz. Según los negociadores del gobierno se acogieron las observaciones del No, y de allí salió un nuevo documento, el que fue firmado por el presidente Juan Manuel Santos y Timoleón Jiménez, jefe de las FARC, la semana pasada, en el Teatro Colón. 

Para que todo lo pactado pasara del papel a la realidad, el contenido de los acuerdos debe implementarse: se deben expedir reformas constitucionales y leyes para que tengan efectos jurídicos, como dicen los expertos. La única condición, el nuevo acuerdo debía ser refrendado popularmente. Si en el primer acuerdo el presidente Santos dijo que el pueblo colombiano tendría la última palabra, para el segundo mantuvo el compromiso, con la diferencia de que sería a través de quienes representan al pueblo, los congresistas qye fueron elegidos en el 2014 por más de 14 millones de colombianos, con la promesa de que integrarían el “Congreso de la paz”.

Por eso, este 29 de noviembre, 58 días después de aquella jornada electoral, el Senado pareció vestirse de plebiscito. Por lo menos, el debate para el que fueron citados desde las 9:00 de la mañana debía culminar con una elección: Sí o No al nuevo acuerdo de paz, la misma decisión de aquel 2 de octubre.

Treinta minutos después de la hora señalada se dio apertura al registro. Y casi 45 minutos después comenzó el debate cuando el senador Mauricio Lizcano, presidente del Senado, fijó las reglas de juego, se comprometió a darle la palabra a todos los senadores que se inscribieran, y dio paso a Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo, los funcionarios citados, para que explicaran el contenido del nuevo acuerdo de paz con las FARC. En esa tarea, los dos, se extendieron 85 minutos, casi lo que dura un partido de fútbol.

Consulte: El fast track no es un capricho: De la Calle

Al medio día, y cuando se completaban cuatro horas de debate, los nubarrones que se posaban en el Congreso eran los que advertían que la refrendación en el Congreso podría carecer de efectos. En la víspera se conoció una ponencia de María Victoria Calle, magistrada de la Corte Constitucional, que ataba la implementación de los acuerdos con el mecanismo legislativo especial, o fast track, a la refrendación popular. Se interpretó que esa propuesta significaba que el nuevo acuerdo de paz tendría que someterse a un nuevo plebiscito. Como se trataba de una ponencia, el Senado siguió adelante con la refrendación.

El primer round

Hasta las 3:20 de la tarde, seis voceros del No y otros seis del Sí tuvieron cinco minutos para ‘pedir el voto’ de los senadores. Yolanda Pinto, viuda del gobernador Guillermo Gaviria, asesinado en cautiverio por las FARC, fue una de las que intervino por el Sí. Antes del plebiscito, y en su condición de víctima, había retado al expresidente Álvaro Uribe a dar un debate.

Este martes lo tuvo en frente, como senador, y le dijo que la operación de rescate de su esposo había sido improvisada y chambona. Fue el primer momento de tensión de la jornada. Uribe respondió manteniendo la compostura. Los ánimos estaban calmados, hasta ese momento.

La despachada de Claudia López

No es la primera vez que el Senado se convertía en una auténtica caldera con el proceso de paz. El ministro Juan Fernando Cristo, en una de sus intervenciones, así lo recordó. “Nunca un acuerdo de paz había sido objeto de tanta discusión, tanto ataque, tanta controversia desde que empezó. A este proceso no le han dado tregua, otros sí tuvieron espacio para avanzar”.

Y fue, precisamente cuando llegó el turno de los congresistas cuando se encendió el recinto del Senado. Claudia López fue la vocera del partido Alianza Verde, y en su intervención fue directo contra el senador Uribe. Una auténtica despachada.

“Es muy mezquino apoyar la paz cuando conviene electoralmente, y rechazarla con los mismos argumentos y decisiones cuando ya no conviene electoralmente. Quisiera mostrarle un par de videos que ejemplifican es mezquindad. Esa incapacidad de tener posiciones por convicción y no por conveniencia”, comenzó su discurso.

La parlamentaria dio la instrucción y en las pantallas se expuso un video de 2003, en el que entonces presidente Álvaro Uribe, ante la Asamblea General de Naciones Unidas, pedía que se entendiera que “hay momentos que demandan ajustar la ecuación entre justicia y paz, para que está llegue y se consolide. Llevamos con nosotros la propuesta del secretario general Kofi Annan, quien ha propuesto un magnifico balance entre la necesidad de la justicia y la de salvar vidas inocentes”.

En el otro video que exhibió, el expresidente Uribe habla de que la oferta a las guerrillas necesita una legislación más benigna que la que se le ofrece a los paramilitares.

“De manera que ha habido momentos en la historia en los que hacer compatible la justica con la paz, no tener cárcel sino justicia restaurativa, no tener cárcel sino justicia, verdad y reparación se justificaba porque entonces convenía a la elección y reelección de quien la promovía y hoy no, porque lo que le conviene es que haya FARC y haya conflicto. Eso es mezquindad humana y política, indescriptible”

Y por si fuera poco consideró: “No se puede acomodar al bandido que nos gusta, o nos apoya o nos pone votos. Aquí lo que está en juego es la vida de los colombianos, no el bandido que nos guste. Pero además, si fuera por convicción lo que se ofreció entonces debería ser igual de inconveniente a lo que se ofrece hoy”. La senadora López dijo que la ley de alternatividad penal de Uribe “había cero cárcel, excarcelación por delitos atroces, a cambio de verdad, de trabajo social, y de presentarse de vez en cuando a las autoridades”.

Uribe se subió al atril y pidió tener “fuerza mental” para no “enloquecerse”. Dijo que los videos ya habían sido utilizados por el periodista Daniel Coronell “para lucirse” y defendiendo el proceso de paz de su gobierno aseguró que como todos “necesitan de un balance entre paz y justicia, pero en este hay impunidad total".

Recordó que en su gobierno hubo cárcel para los paramilitares y extradición porque seguían delinquiendo. Y sobre los supuestos beneficios jurídicos y políticos para negociar con las guerrillas reconoció con cierta carga irónica que se trató de un error: "lo acepto como un error mío. No lo cometan ustedes".

Hablan todos los uribistas

Quizás, aprovechando la temperatura de la plenaria, pasadas las 5:00 p.m. el gobierno vio el ambiente para que la votación de la refrendación se produjera este mismo martes. El senador Lizcano había dicho que el debate podría extenderse el miércoles, el jueves de llegar a ser necesario. Pero a esas alturas la ministra de Vivienda Elsa Noguera, el ministro de Ambiente Luis Gilberto Murillo, el de Agricultura Aurelio Iragorri, el director de Planeación Nacional Simón Gaviria, acompañaron al ministro Cristo y los negociadores para mantener el quorum de la plenaria.

Cristo llegó con un as bajo la manga. Un concepto de la sala de consulta del Consejo de Estado, del pasado 24 de noviembre, en el que se concluye que el Congreso sí tiene la competencia para refrendar los acuerdos.

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Lo hizo porque la mayoría de intervenciones de los senadores uribistas coincidían en advertir que el Congreso estaba suplantando la voluntad popular expresada el pasado 2 de octubre, e incluso algunos como Everth Bustamante atemorizo al Senado advirtiendo que de refrendar los acuerdos estaría cometiendo el delito de prevaricato.

A las 7:26 de la tarde llegó el turno para todos los senadores inscritos. Los 17 uribistas que faltaban por hablar aprovecharon para pedir la palabra. A medida que los congresistas intervenían, el gobierno, sus asesores, trataban de atajar a senadores que tenían intenciones de evadirse. En la plaza de Bolívar, desde horas de la mañana, un cordón humano rodeaba al capitolio, con el mensaje simbólico de que nadie saliera hasta refrendar el acuerdo.

La senadora liberal Sofía Gaviria, hija de Guillermo Gaviria, protagonizó la intervención más fuerte y emotiva. Se calentó cuando sobrepasó los cinco minutos y reclamó que la escucharan el tiempo que fuera necesario, y exigió que las FARC respondan por casi 700 secuestrados civiles, y mirando al comisionado Sergio Jaramillo dijo que él sabía que la lista era cierta.

Paradojas

En los recientes 24 meses, entre el acto legislativo para la paz y la ley de plebiscito, por lo menos 16 debates se registraron sobre la paz, eso sin contar los debates en los que fueron citados los negociadores del gobierno para explicar el alcance de los acuerdos alcanzados.

En esos debates, el uribismo fue ampliamente derrotado, casi que aplastado por la bancada de la Unidad Nacional y los partidos que se sumaron a la coalición por la paz. Prácticamente el Centro Democrático fue el único movimiento que se opuso al proceso de paz.

Un año después, los argumentos con los que fueron derrotados los uribistas cambiaron. Cuando se discutió el acto legislativo, denunciaron que al Congreso le habían cercenado sus facultades. Ahora que el Congreso refrendó los acuerdos, aseguraron que no tenían facultades para hacerlo.

Y cuando se aprobó la ley de plebiscito, la demandaron por inconstitucional. Ahora, insisten en que el nuevo acuerdo debía ser sometido al escrutinio del pueblo, en un nuevo plebiscito. Paradojas de la política.

Lo mismo podría aplicársele a la Unidad Nacional, que defendió el plebiscito como mecanismo de refrendación popular, pero ahora insiste en que el camino es por el Congreso. El ministro Cristo fue enfático en señalar que una nueva convocatoria a las urnas generaría mayor polarización. El interrogante es si el Congreso podría refrendar el acuerdo, ¿por qué no se les ocurrió antes que apostrar por el plebiscito? Mantos de duda de la nueva refrendación.   

La votación

La jornada, calificada por Humberto de la Calle como “histórica” se extendió por más de 13 horas. A las 10:45 se declaró la suficiente ilustración, el veterano senador Horacio Serpa se encargó de leer la proposición con la que se concluyó el debate y se sometió el acuerdo a votación. Con solo 51 votos quedaría refrendado, pero el gobierno necesitaba una votación más amplia, para darle mayor legitimidad a la decisión.

Y así fue. El gobierno consiguió atajar a las mayorías, y la votación así lo demostró: 75 votos a favor. El uribismo se salió al momento de la votación. Ausentes, pero no derrotados, quedará consignado en el acta para la Gaceta oficial.

Fue el día en que el Senado se vistió de plebiscito, y a diferencia de los sucedido en las urnas, en el capitolio se dijo Sí a los acuerdos de paz. El 29 de noviembre, la voz del pueblo fue la voz del Senado. Los aplausos de los parlamentarios se prolongaron por casi un minuto. Este miércoles el turno será para la Cámara de Representantes.