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Sergio Jaramillo | Foto: Archivo Particular

PAZ

“En La Habana no se está negociando la propiedad privada”

El alto comisionado para la paz confesó en Córdoba en qué van las cosas en La Habana.

7 de octubre de 2014

Debate y pedagogía. Esas fueron las dos palabras que marcaron la visita a Córdoba del alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, en el marco del foro Construyendo Paz en las Regiones, organizado por Foros Semana.

Cerca de 200 personas, encabezadas por las autoridades locales, se reunieron este martes en Montería a oír de primera mano cómo va la negociación entre el Gobierno y las FARC en Cuba. “Es nuestra obligación, en el poco tiempo que nos queda cuando no estamos en La Habana, venir a las regiones a contar cómo vamos en la negociación”, dijo Sergio Jaramillo.

El alto comisionado no sólo hizo una intervención en la que explicó los acuerdos a los que se ha llegado con las FARC, sino que respondió dudas y preguntas de muchos de los asistentes, entre ellas las de opositores al proceso de paz como el senador del Centro Democrático Daniel Alberto Cabrales, quien expuso abiertamente sus críticas.

Jaramillo detalló los acuerdos a los que se ha llegado con las FARC, en particular en materia de desarrollo rural y drogas ilícitas, que tocan de manera directa a un departamento como Córdoba. Varios de los asistentes hicieron referencia al escepticismo que impera en un departamento que, como dijo el alcalde de Montería, Carlos Eduardo Correa, “es el que más reciclaje de la violencia ha tenido. Aquí hemos tenido de todo: guerrilla, paramilitares, narcotráfico y ahora bacrimes”.

En ese contexto, el alto comisionado despejó mitos que flotan sobre la negociación, como que se expropiaría a los ganaderos. “No se va a expropiar. En ninguna parte dice eso”, explicó, aclarando cómo se constituirá el Fondo de Tierras que se ha acordado en La Habana.

Para dar una idea de la magnitud de los compromisos con el mundo rural, enumeró los programas de atención al campo, desde electricidad y drenaje hasta educación, vivienda y promoción de la comercialización de la producción del pequeño campesino, que se pondrán en pie a partir de los acuerdos.

“El Gobierno ya está haciendo esas cosas –dijo–. Pero “eso no se va a hacer con suficiente intensidad si no se tiene una motivación superior como la paz”.

“Esto significa hacer en 10 años en Colombia lo que no hicimos en 50”, dijo Jaramillo. Explicó que todo esto se pondrá en marcha en las regiones, bajo una concepción de que la paz se construye en los territorios, con la participación de las comunidades. “El primer reto que tenemos es asegurar que tenemos la capacidad institucional para implementar todas estas cosas”, dijo, reconociendo que el Estado aún está lejos de tenerla.

“Creo que Córdoba es el departamento llamado a dar ejemplo de sentarse todos alrededor de cómo implementar un plan de desarrollo territorial. Entre todos, con el liderazgo de las autoridades, se va construyendo una visión de cómo reconstruir el territorio”.

Desde la instalación misma se oyeron dudas y críticas. El gobernador de Córdoba, Alejandro José Lyons, señaló algunos desafíos de materia de justicia transicional que enfrenta el proceso. “Muchas de las víctimas no están dispuestas a aceptar una reparación simbólica. Por el contrario, creen que el Estado debe sancionar a los responsables como fundamento de la nueva convivencia pacífica”, dijo. A la vez, saludó la realización del foro: “En estos escenarios podemos ir construyendo el imaginario de un país en paz”.

El senador uribista Daniel Alberto Cabrales declaró, al igual que el expresidente que lidera su grupo, que los acuerdos recién publicados son “una claudicación del Estado con el grupo terrorista de las FARC” e insistió en una de las ideas más difundidas por los opositores al proceso: “No es justo que se negocie la propiedad privada de personas que con justicia han adquirido sus tierras”.

En una breve respuesta a esas críticas, expresadas también por Alfredo García Burgos, líder del gremio ganadero en el departamento, Sergio Jaramillo insistió categóricamente: “No es cierto que en La Habana se esté negociando la propiedad privada”.

La gente le preguntó muchas cosas: cómo será la situación de los movimientos políticos frente a los de los guerrilleros desmovilizados; por qué se negocia en Cuba y no en otra parte; por qué las FARC tendrían rebajas de penas si se firma un acuerdo. Hubo hasta quien interrogó por qué el gobierno Santos termina aliado con un grupo terrorista como las FARC, si la seguridad democrática iba por buen camino. Otro inquirió: “¿Por qué permite el gobierno que las FARC sigan victimizando a la población colombiana? ¿Invertirán las FARC sus millones de dólares en el posconflicto o tendremos que pagar nosotros los colombianos?, dijo uno más.

Preguntas y críticas que dan una medida del desconocimiento que hay sobre el proceso de negociaciones entre mucha gente, y también de cuánto han calado en algunos sectores ciertos mitos sobre la negociación que.

A todas esas inquietudes, hasta las más vehementes, respondió el alto funcionario venido de Bogotá.