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Miguel Ángel Beltrán. | Foto: Imagen de archivo/Semana.

JUSTICIA

"Siempre creí que regresaría a la libertad": Miguel Ángel Beltrán

El profesor que estuvo detenido durante dos años por su presunta vinculación con las Farc, dice que aún no sabe sí demandará al Estado y asegura que lo único que quiere en este momento es volver a su vida como docente universitario.

8 de junio de 2011

En la noche del martes recuperó su libertad Miguel Ángel Beltrán, quien estuvo dos años recluido en La Picota, acusado de rebelión y concierto para delinquir. Su salida de la cárcel se dio luego de que la juez cuarta Especializada de Bogotá determinó que no había suficiente material probatorio para condenarlo, basada en una reciente jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia que declaró ilegal cualquier prueba proveniente de los computadores de ‘Raúl Reyes’.

“Triunfó la verdad, el pensamiento crítico no es terrorismo. Fueron dos años duros”, dijo a la prensa, tras conocer el fallo, el pasado viernes. Hoy agrega que lo peor que le pasó durante todo el proceso que vivió fue haber pasado en cuestión de segundos de ser un profesor universitario a ser presentado por las autoridades como un “peligroso terrorista”. Semana.com habló con él.

Semana.com: Usted salió de la cárcel y se dirigió casi de inmediato a la Universidad Nacional...

Miguel Ángel Beltrán: Sí. Allí me dieron un recibimiento lleno de afecto. Fue muy emotivo, me reencontré con estudiantes, amigos, docentes. Recordé mi espacio, la universidad. Expresamos lo que sentimos durante estos dos años.

Semana.com: Y ¿qué sintió durante estos dos años?

M.A.B: Dolor, indignación...

Semana.com: ¿Qué considera que fue lo peor que vivió en este tiempo?

M.A.B: Que en cuestión de segundos dejé de ser un profesor universitario dedicado a la investigación para ser presentado como un peligroso terrorista. Aún duele ver mi nombre manchado.

Semana.com: Usted dice que detrás de todo lo que le pasó hubo un “complot”, ¿a qué se refiere?
 
 M.A.B: Todo se trató de un montaje judicial para que yo fuera condenado y presentado como terrorista y militante de las FARC. Desde la forma como me capturaron, la manera como se dieron a conocer las pruebas, de como los medios me trataron (...) Era parte de la política de seguridad democrática judicializar a los que pensábamos diferente. No sólo me pasó a mí. También está el caso del profesor Alfredo Correa. Era una política sistemática del Estado colombiano.

Semana.com: A usted lo capturaron en México, ¿qué le quedó pendiente allá, piensa volver?

M.A.B: Ya había adelantado en buena parte la investigación que estaba desarrollando allí, pero sí me quedó pendiente terminar algunos cursos, seminarios y conferencias que estaba dictando.

Semana.com: ¿De qué se trataba la investigación que adelanba en México?
 
M.A.B: Estaba trabajando sobre un estudio comparativo entre los gobiernos de Colombia y México en los años 30. Ya estoy por terminarlo.

Semana.com: ¿Cuál cree que habría sido su futuro jurídico sin la reciente jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia que declaró ilegal cualquier prueba proveniente de los computadores de ‘Reyes’?

M.A.B: Siempre creí que regresaría a la libertad. Y quiero aclarar que no fue solo el pronunciamiento de la Corte el que permitió que yo fuera declarado inocente. Cuando la Corte se pronunció a mi proceso, solo le faltaban los alegatos finales.

Semana.com: Se ha dicho que usted demandará al Estado, ¿va a hacerlo?

M.A.B: Es muy apresurado decirlo, aunque sí debo señalar que creo en la necesidad de que las víctimas de casos como este sean reparadas. Y no solamente material, sino también sicológicamente. Pero ahora lo que más me interesa es volver a las aulas, a dictar clase.

Semana.com: ¿Ya está firme su regreso a la Universidad Nacional?

M.A.B: Nunca estuve desvinculado. Siempre he sido profesor asociado de planta en el departamento de sociología. Durante el tiempo que estuve en la cárcel lo que hice fue pedir una licencia no remunerada.

Semana.com: ¿Qué cree que va a ser lo más difícil de regresar a la academia?

M.A.B: Luchar contra un estigma que queda allí y que fue creado por los medios de comunicación. Espero que con el tiempo quede claro que aunque pienso diferente a las verdades oficiales, no hago apuestas por las vías armadas.

Semana.com: Mientras estuvo en prisión dice que usted y su familia recibieron amenazadas, ahora que está libre, ¿qué piensa que puede pasar?

M.A.B: Así se haya dicho que soy incoente, que no soy el tal ‘Jaime Cienfuegos’, en este país hay gente que quiere hacer justicia por sus manos. Estamos pidiendo la protección del Estado, no sé de qué forma, pero sí pido que se me proteja a mí y a mi familia.

Semana.com: ¿Hubo gente que le dio la espalda, mientras era señalado como presunto miembro de las FARC?

M.A.B: Tal vez por temor a ser juzgados algunos no manfiestaron abiertarmente su respaldo hacia mí. Sin embargo, fue mucha la gente que me apoyó, que me mostró su solidaridad, gente que ni conocía y con concepción del mundo muy diferente a la mía. Profesores e investigadores de América Latina y Europa enviaron cartas y se pronunciaron sobre mi caso.

Semana.com: ¿Hay alguna lección de este proceso?

M.A.B: Aprendí mucho sobre el sistema judicial y carcelario del país. Aprendí, por ejemplo, cómo en el sistema el hecho de autocondenarse implica beneficios. Yo nunca lo hice, siempre dije que era inocente. Además, al compartir patio con paramilitares y guerrilleros aprendí más sobre el conflicto. ‘Las crónicas del otro cambuche’, el libro que escribí allí, muestra justamente eso.

Semana.com: ¿Qué fue lo más doloroso de estar en prisión?

M.A.B: Sólo poder ver a mi hijo una vez por mes.

Semana.com: ¿Estuvo alguna vez enfermo?

M.A.B: Tuve problemas bronquiales.

Semana.com: ¿Qué le produce el alias ‘Cienfuegos’?

M.A.B: Soy Miguel Ángel Beltrán. No tengo que ver con ‘Cienfuegos’. Soy un profesor que ama la academia, la docencia, espero que se olviden de ese alias en algún momento.

Semana.com:¿Qué piensa de las FARC?

M.A.B: Que es un actor más del conflicto del país.