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| Foto: Juan Carlos Sierra

INVESTIGADORES EMÉRITOS 2014

Un mundo reutilizable

Silvio Delvasto Arjona, ganador en la categoría Ciencias Ingeniería y Tecnología.

5 de julio de 2014

Este investigador asegura que para generar progreso no es necesario destruir los recursos naturales. Considera que la mayor fuente de materia prima está en la basura. Por eso, la búsqueda científica de este ingeniero químico caleño de 67 años se ha enfocado en descubrir los tesoros que se esconden en los desechos. Fue así como advirtió, por ejemplo, el valor industrial de los escombros de construcción, de la ceniza de carbón o de los residuos agroindustriales, como la cascarilla y la paja de arroz, en la producción de cemento o cerámica.


Al adicionar ceniza de carbón en la fabricación del cemento la industria cementera redujo en un 30 por ciento las emisiones de gas carbónico, un aporte importante si se tiene en cuenta que por cada tonelada de cemento que se produce se emite una tonelada de dióxido de carbono. Al mismo tiempo descubrió un uso industrial para la ceniza de carbón, que al dejarse en el ambiente es un gran contaminante. 

Delvasto hace parte de la primera promoción de estudiantes de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad del Valle. En el Instituto de la Construcción de Univalle entró en contacto con el mundo científico. Hizo parte de un proyecto social financiado por la Fundación Rockefeller que buscaba diagnosticar los factores que impiden el desarrollo de las familias pobres en Cali. En ese momento descubrió que con la ciencia se puede tener impacto en los estratos más bajos. A partir de ahí, sus aportes científicos casi siempre tienen como objetivo facilitar a personas de escasos recursos el acceso a las nuevas tecnologías. 

Un ejemplo de ello es el uso de la fibra de fique como materia prima para la producción de placas, tejas, ladrillos y postes. La adición de fibra de fique en estos materiales de construcción es importante porque remplaza al asbesto, que en algunos países está prohibido por su alto riesgo cancerígeno. Mientras esta idea prospera, su meta en la ciencia sigue siendo una sola: seguir buscando desechos para descubrir en ellos un valor en la producción de otros materiales necesarios para la vida de las personas. En otras palabras, su meta es un mundo reutilizable.