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SIN ARTE NI PARTE

No hay pistas sobre los móviles del secuestro del escultor Arenas Betancur

23 de noviembre de 1987

Sin exigencias de tipo económico, sin llamadas a la familia y sin la menor información sobre su estado de salud, transcurrió la primera semana de cautiverio del maestro Rodrigo Arenas Betancur, quien cayó en poder de secuestradores, el domingo 18 de octubre.
Esa tarde, el jeep azul del maestro Arenas fue interceptado a la altura de la hacienda "La Bonita", en la carretera que conduce de Fredonia a Medellín. Varios hombres armados abordaron el vehículo, exigieron a los ocupantes que se bajaran y los introdujeron en otro jeep. María Elena Quintero, la poetisa compañera del maestro desde 1977, y sus 2 hijos, Elena María de 9 años y Rodrigo José de 3, fueron dejados en libertad poco después sobre la misma vía.
"Tranquila señora que nosotros le respetamos la vida al maestro. Lo necesitamos para algo muy importante, y se lo devolveremos pronto", fueron las frases de la tensa conversación que sostuvieron la poetisa y los secuestra dores. No obstante, son estas palabras las que le han dado cierta confianza a su familia que esperaba su regreso para el viernes 23, día en que el maestro cumplía 68 años. Del mismo modo son las que han hecho que las autoridades pidan a la familia absoluto silencio, pues cualquier pronunciamiento podría ser contraproducente y cambiar las aparentes "buenas intenciones" de los secuestradores.
El maestro Arenas estuvo descansando hasta el martes 13 de octubre en su finca sin nombre, situada en la vereda El Uvital. Allí lo vio la última vez, haciendo ejercicio, el administrador Gustavo Alvarez: "Subía y bajaba las escaleras del frente de la casa con una copita de aguardiente en la mano, tratando de no regarla y luego de 4 ó 5 veces de repetir el ejercicio bebía lo poco que le quedaba de licor. Se reía de mí y hablaba todo el tiempo. Le parecía chistoso todo lo que yo decía".
De la finca, el maestro Arenas Betancur regresó a su casa familiar ubicada a un kilómetro de la cabecera municipal de Caldas. Allí trabajó hasta el sábado en la noche y al día siguiente emprendió viaje a un lugar campestre cercano a El Uvital. Al caer la tarde tomó camino de Caldas, pero antes paró en la tienda de Jonás para que su esposa y sus dos hijos menores comieran algo, al tiempo que él tomaba un par de aguardientes. Luego reemprendió la marcha. No pasaron 10 minutos de camino, cuando un carro les cerró el paso.
A partir de ese momento, la poetista, los 5 hijos del maestro, sus tres hermanas solteras y todos sus parientes, han pedido a los captores, en lo poco que han hablado para los medios de comunicación, que respeten la vida del maestro y que le suministren las drogas que requiere para regular su presión arterial: Minipres y Poliurene.
Tan pronto como se conoció la noticia del secuestro, sus amigos, Otto Morales Benítez, el poeta Jorge Robledo, Gloria Zea, el pintor Ramón Vásquez y hasta el mismo presidente Virgilio Barco, entre otros, se pronunciaron pidiendo el respeto por su vida y su inmediata devolución, sano y salvo. Igualmente, en Fredonia se programó una misa por el respeto a la vida del escultor, y la Asamblea de Antioquia aprobó una resolución convocando a todo el departamento para participar en una marcha de protesta el viernes 23 como repudio al secuestro.
José Patricio Arenas, hijo mayor del maestro y de la mexicana Nidia Rosas, dijo a SEMANA que sabía muy poco del secuestro de su padre. Sin embargo, recordó la historia de Arenas Betancur cuando se dedicaba al periodismo y a la fotografía para sobrevivir. Mencionó el "Cristo Prometeo" de la Universidad de Antioquia, el "Prometeo" de la Universidad Autónoma de México, "El Monumento a la Vida" en Medellín. "El Bolívar desnudo" de Pereira y el "Homenaje a la Raza" que actualmente erige en el Centro Administrativo La Alpujarra, como las obras de mayor trascendencia en la vida de su padre.
¿Cuáles eran los móviles? Al cierre de esta edición, eran muchas las versiones que circulaban: que el maestro fue detenido por la guerrilla, que quería enviar un mensaje a través suyo; que la guerrilla lo quería utilizar para que elaborara una estatua del lider de la UP Jaime Pardo Leal; que habían sido delincuentes comunes en busca de un jugoso rescate en dinero. Por lo pronto, se espera que sus captores hagan caso del clamor de su familia y lo liberen, como de costumbre, las autoridades anunciaron investigaciones exahustivas.--