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Aparte del expediente de la para-política, la Corte Suprema de Justicia tiene actualmente como tema complejo la escogencia de dos de los miembros de la Sala Penal (en la foto). Este jueves habrá nueva votación

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Sin humo blanco

Está en vilo la elección de dos magistrados de la sala penal de la Corte Suprema de Justicia, la encargada del proceso de la para-política.

9 de junio de 2007

La Corte Suprema de Justicia no deja de sorprender al país. Ha sorprendido positivamente cuando se ha metido con los para-políticos y los ha enviado a prisión. Ahora sorprende porque parece estar enredada para la elección de los dos nuevos magistrados de la sala penal que sucederán a Álvaro Orlando Pérez y Marina Pulido de Barón, quienes dejarán sus cargos por período cumplido y edad de retiro forzoso, respectivamente.

La elección es crucial para el futuro del proceso de la para-política, que está a cargo justamente de esta sala. Los dos nuevos magistrados pueden inclinar la balanza, bien a la continuidad de la investigación, o a bajarle el tono a la misma. Por eso su elección está resultando tan difícil y llena de intrigas.

Aunque los magistrados de la Corte han repetido sin cesar que serán elegidos quienes demuestren mayores virtudes profesionales y personales, el pulso que hay adentro demuestra que hay otras variables en juego. La sala penal postuló el jueves pasado a la catedrática de la Universidad Externado de Colombia Claudia López Díaz, y al magistrado auxiliar de esa corporación Iván Velásquez Gómez, como posibles reemplazos de la magistrada Pulido de Barón. Y para suceder a Pérez, se escogieron los nombres del abogado Augusto Ibáñez Guzmán y de Patricia Salazar, otra magistrada auxiliar de la Corte.

Aunque se suponía que por lo menos uno de ellos contaba con un amplio consenso, no obtuvo los 16 votos necesarios para ser elegido, porque varios de los magistrados no habrían sostenido en la sala plena lo que dijeron en la reunión de la sala penal. Así ha ocurrido en las dos votaciones que ha habido hasta ahora. La primera fue hace 20 días, y la segunda, el jueves último.

"Algunos magistrados quieren quemar a los candidatos que por unanimidad han escogido los titulares de la sala penal. Como ya han sido postulados dos veces y sus nombres no obtienen los 16 votos necesarios, es posible que en la próxima sala plena ya no los tengan en cuenta. Es lo más injusto del mundo, pero así funcionan y han funcionado siempre las cosas en la Corte", le explicó a SEMANA un experto en temas relacionados con la Corte Suprema de Justicia.

En los pasillos de la Corte se respira un intenso cabildeo en favor o en contra de algunos candidatos. Cabildeo que, por supuesto, hacen los congresistas que antes veían la Corte como un organismo respetable pero inofensivo, y que ahora le temen como a un juez implacable. Por eso las dos votaciones que se han frustrado, gracias a las aparentes posturas inexplicables de algunos magistrados, dejan preocupados a muchos observadores.

También ha causado curiosidad que a muchos de los 23 magistrados pareciera no importarles los cuestionamientos públicos que se le han hecho a algunos de los aspirantes. Tal es el caso del abogado Augusto Ibáñez Guzmán, quien figura en el grupo de candidatos para suceder al magistrado Álvaro Orlando Pérez. Ibáñez, en marzo de 2006, fue candidato por Cambio Radical al Congreso de la República. Hoy, varios de los integrantes de ese movimiento político son objeto de investigación en la Corte Suprema por la para-política y no es claro cómo manejaría ese potencial conflicto de intereses. Curiosamente, Ibáñez ha estado a punto de ser elegido magistrado. En la votación de hace 20 días consiguió 12 votos, y en la del jueves, 11.

La próxima sala plena para escoger a los dos magistrados será este jueves. En otros tiempos, esta elección pasaría inadvertida, pero en este momento, un paso en falso podría afectar la credibilidad del proceso de la para-política, que hará que esta Corte sea recordada por muchos años.