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Las protestas y el cierre de servicios que se vieron en varios hospitales, como en el Federico Lleras de Ibagué, dejaron en claro que la plata escasea en la salud.

Salud

Sin remedio

Hospitales al borde del cierre, EPS sin plata y pacientes desesperados conforman una receta que está a punto de estallar. Esta semana, el gobierno lanzará un plan de rescate cercano al billón de pesos, para acabar la crisis.

25 de junio de 2011

El sistema de salud está a punto de chocar contra un iceberg: la escasez de plata tiene en serios aprietos a EPS, hospitales, clínicas y demás entidades que deben responder por la salud de 44 millones de colombianos.

Las amenazas de cierre de algunos hospitales en Córdoba, Tolima, Nariño, La Guajira o Valle y los cacerolazos que protagonizaron en varias ciudades médicos y empleados a quienes les adeudan varias semanas de salarios fueron las imágenes más llamativas de un problema que si el gobierno -y en especial el Ministerio de la Protección Social- no resuelve de manera pronta, podría ser el detonante del sistema de salud. La falta de recursos es tan preocupante y la ausencia de confianza en el sistema es tan clara que la propia contralora general de la Nación, Sandra Morelli, le envió un control de advertencia al gobierno en el que dice que "esta situación amerita una acción inmediata del gobierno, de los reguladores y de todas las entidades públicas involucradas".

Si bien el diagnóstico parece claro, el gobierno se tuvo que tomar mucho tiempo para encontrar las soluciones, que serán anunciadas esta semana y que buscan crear una especie de plan de rescate y salvamento de las EPS y los hospitales del país. Durante varios años, las EPS y los hospitales encontraron en los recobros de medicamentos y procedimientos que no hacían parte del POS, o que no estaban claros, una fuente de financiación. Pero la forma desbordada como crecieron y el abuso de algunos hicieron que el flujo de recursos empezara a ser muy lento. Esto creó una cadena perversa en la que las EPS no pagaban los servicios porque el Estado se demoraba, y así sucesivamente en hospitales, clínicas, laboratorios, proveedores y empleados, lo que terminó por crear unas carteras gigantescas.

Pero la campaña que el gobierno emprendió para frenar este desangre y, en especial, para sanear el sistema de salud de la corrupción, incluida la intervención de varias EPS como SaludCoop, terminó por frenar el flujo de recursos, ya que las cuentas han tenido que ser revisadas una y otra vez. A su turno, la judicialización de la salud hizo que los bancos les cerraran créditos a las EPS y a los hospitales.

Precisamente, el pasado miércoles, la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), en carta enviada al ministro de la Protección Social, Mauricio Santa María, hizo un urgente llamado para que el gobierno lance un plan de salvamento que les permita salir de la crisis económica en que se encuentran. Según la agremiación, a diciembre de 2010, las EPS, alcaldías, gobernaciones y el sistema en general le adeudaban 3,7 billones de pesos.

Estas y otras voces tendrán una respuesta clara esta semana, cuando el gobierno anuncie varias medidas. La primera será, en el régimen subsidiado, continuar con el pago directo a los hospitales. Bajo este esquema, en mayo ya se giraron 800.000 millones y la próxima semana se entregarán otros 400.000 millones más. Además, el gobierno ayudará con recursos para sanear cuentas antiguas entre EPS, hospitales y municipios, que pueden superar los 500.000 millones.

Por el lado de las EPS, el gobierno tomará varias medidas. La primera será empezar a pagar el 30 por ciento de los recobros legales que ya se hicieron y los que se vayan a hacer al Fosyga, mientras se surte todo el trámite. En este momento hay unos 320.000 millones de pesos en proceso. Frente a los cobros que tienen reparos se buscará resolver qué se paga y qué no, con prontitud. Además, el gobierno liberará otros 300.000 millones de pesos que están en el Fosyga y otros 200.000 que tienen las cajas de compensación de excedentes, para ayudar financieramente a las EPS. La idea es devolverle la confianza al sistema.

Finalmente, el gobierno está dispuesto a garantizar créditos o a otorgarlos de manera directa para ayudar a las EPS que lo requieran. El caso más emblemático es el de Caprecom, que requiere con prontitud unos 300.000 millones de pesos para salir de la crisis y pagarles a todos sus proveedores.

Si bien este plan podría librar cerca de un billón de pesos, la pregunta es si se requiere más plata y si el Estado tendrá que meterse la mano al bolsillo para terminar de salvar el sistema de salud. El tiempo, como en la mayoría de enfermedades, lo dirá.