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| Foto: Archivo SEMANA

DEMANDAS

Sindicatos y las posibles trabas al TLC

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Rodrigo Urrego - Enviado especial a Cartagena
12 de abril de 2012

En el turno de la clase obrera en la Cumbre de las Américas, los reclamos y la voz levantada fueron el guion principal. Mientras se discuten las condiciones y las garantías de los trabajadores, el más reciente informe de la Confederación Nacional Sindical deambula con preocupantes conclusiones.
 
Según ese informe, América es el continente "más peligroso" para los sindicalistas y  Colombia, el país en donde están expuestos a las "mayores amenazas".

También han mencionado los trabajadores que según la Confederación Sindical de las Américas, en países centroamericanos como Guatemala, El Salvador, Honduras y Panamá se ha incrementado la violencia en contra de los movimientos sindicales.
 
Tarsicio Mora, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), quien está en Cartagena, dice que en Centroamérica y Colombia se registra el menor movimiento sindical del hemisferio. Asegura que es por falta de garantías, pues menciona que en el país han sido asesinados 3.000 dirigentes, y de la capacidad laboral que son 20 millones de trabajadores, solo está sindicalizado el 3,4 por ciento.
 
Un contraste, dice Mora, con lo que pasa en países como Brasil y Argentina, los cuales tienen el mayor número de sindicatos. "Se debe a la actitud de los gobiernos y de los empresarios, que hacen respetar los convenios".
 
No es un ambiente propicio para que se revelen estas conclusiones, dirán algunos. Más aún cuando el presidente Juan Manuel Santos confía en que esta semana trascendental para su gobierno culmine con una fecha concreta para la plena aplicación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
 
Pero las conclusiones de ese informe, que ha rondado las primeras discusiones de los trabajadores, son controvertidas por varias instituciones.
 
Por ejemplo, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, da una especie de jalón de orejas a los sindicatos y les pide que mejoren la capacidad de negociación con sus gobiernos y eviten demandas internacionales contra éstos, lo que, a su juicio, retrasa la reforma de las normas laborales.

"Mientras no se cambien las normas laborales, que ponen límite a la posibilidad de negociación colectiva, y mientras no se modifiquen las medidas tributarias, que consagran de manera estructural la forma de trabajo que tenemos, podremos progresar, pero no resolver los problemas", dijo Insulza durante el foro.

Angelino Garzón, vicepresidente colombiano y reconocido exdirigente sindical, dio la cara y respondió a esas conclusiones de la organización sindical del continente: "Colombia no es el paraíso, pero tampoco el infierno" para los sindicatos.
 
"No se puede seguir mirando a los gobiernos con historias que han sucedido muy trágicas, en diferentes países porque entonces sería muy difícil construir el futuro", dice Garzón al señalar que en el continente se han registrado "muchos avances" en torno a las garantías sindicales.
 
Y mientras continúan los debates entre los trabajadores en la Cumbre de Cartagena, se conoció, desde Estados Unidos, que la Unión sindical le pide a Obama "frenar" el TLC con Colombia "por falta garantías laborales" en el país.
 
Concretamente fue el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU, por su sigla en inglés) el que hizo la petición, según lo han registrado diversos despachos internacionales de prensa.

"Le urjo a que no implemente el Tratado de Libre Comercio con Colombia hasta que los objetivos del Plan de Acción Laboral se hayan logrado y se respeten los derechos laborales en Colombia", apuntó la presidenta del SEIU, Mary Kay Henry, en una carta remitida al presidente estadounidense.
 
"Hemos observado el miedo y la violencia que se infligen todavía contra los trabajadores que han tenido la audacia de reclamar sus derechos internacionales. Sindicatos y organizaciones laborales operan en un entorno donde normalmente sufren amenazas y ataques", añade la misiva.
 
EL SEIU recordó al presidente estadounidense que pese a la aprobación del acuerdo, Colombia continúa siendo el país más peligroso del mundo para defender los derechos sindicales, y apoyó sus argumentos en las cifras de sindicalistas asesinados, que el año pasado ascendieron a 30, mientras que en el 2012 ya ha habido cuatro casos.
 
"No ha habido ni un solo proceso judicial sobre estos asesinatos. En los últimos 25 años, menos del 10 por ciento de los más de 3.000 asesinatos de sindicalistas fueron satisfactoriamente procesados por la justicia", añade el SEIU.

El Sindicato Internacional considera que Obama tiene una oportunidad única para mejorar los derechos de los sindicalistas colombianos, si paraliza la puesta en marcha del Tratado, alegando y certificando que aún el país andino no cumple con el Plan de Acción Laboral.
 
En el diálogo de la Cumbre, Angelino Garzón también expuso algunas cifras del Ministerio de Trabajo colombiano que pretenden señalar otra radiografía.
 
El Ministerio de Trabajo señala que los crímenes contra sindicalistas entre el 2002 y el 2011, han disminuido en 82 por ciento y que un estudio de la Fiscalía General de la Nación plantea que solo el 17,7 por ciento de los asesinatos de sindicalistas están relacionados con el ejercicio de su profesión.

Mientras que antes del año 2002 sólo se habían dado dos sentencias condenatorias en casos de violencia contra sindicalistas, a la fecha se han proferido 452 sentencias condenatorias con 592 personas condenadas.
 
En consecuencia, los trabajadores aprovechan la Cumbre para subrayar sus reclamos, que para muchos son históricos. Los gobiernos los controvierten. En eso andan en Cartagena.