Home

Nación

Artículo

izquierda

Sorpresa en el Polo

El triunfo de Carlos Gaviria sobre Antonio Navarro le da un impulso que le permite aspirar a disputarle a Horacio Serpa el segundo lugar en la elección presidencial.

11 de marzo de 2006

La posibilidad de que en Colombia, como en buena parte de América Latina, surja un personaje de la izquierda que se consolide como un fenómeno político apareció ayer con el triunfo de Carlos Gaviria Díaz. Desde hoy, el ex magistrado de Sopetrán, Antioquia, empieza, a sus 68 años, una carrera por la Presidencia de la República desde la esquina ideológica más opuesta al favorito, el candidato-Presidente Álvaro Uribe.

El triunfo de Gaviria sobre Antonio Navarro en la consulta del Polo Democrático Alternativo tiene profundas connotaciones para la izquierda. Se beneficia de una imagen renovadora, porque deja atrás el tufo de caudillismo que recaía sobre Navarro y el M-19. Ahora la izquierda queda representada por un jurista, con reputación de moderado y más liberal, y con reconocimiento académico. Esto no quiere decir que Carlos Gaviria no tenga definido por qué está en la izquierda. “El Estado colombiano no es un Estado democrático”, dijo el 9 de febrero pasado al exponer su programa de gobierno ante el sector político que lo respalda, que es nada menos que la más tradicional militancia de esa tendencia ideológica: el Partido Comunista y el Moir.

Tendencias que no se sienten cómodas con la llamada ‘moderación’ de la izquierda y que sostienen las posiciones más férreas en temas económicos y de política social. Gaviria no considera contradictorio este hecho con lo que él ha sido siempre y para explicarlo comienza por aclarar la idea común de que ser de izquierda significa ser condescendiente con la guerrilla. “Primero, odio las armas, soy biológicamente enemigo de la violencia, pero creo en la necesidad de que el país sea más equitativo. La derecha quiere volver a la Constitución del 86, el centro quiere que todo siga igual, y a mí me parece que tiene que haber cambios rotundos en el manejo del país”.

Con la candidatura de Gaviria, el Polo gana además el respaldo de importantes sectores indígenas, independientes e intelectuales que pueden hacer que el candidato de la izquierda vaya más allá de su imagen de honestidad y seriedad, que necesitan los políticos y se convierte en un referente más amplio y atractivo para dar la pelea dentro del panorama político nacional. “Gaviria será una figura glamorosa, será nuestra Bachelet”, decían algunas voces anoche al comentar los resultados. Una muestra de esto es la carta de respaldo que el pasado 2 de febrero le hicieron llegar personajes de la cultura y del mundo intelectual, desde poetas, escritores, cineastas, actores, fotógrafos, caricaturistas, guionistas, profesores universitarios, hasta titiriteros y sicólogos y periodistas. Al conocerse los resultados de su victoria se especulaba con el nombre de la escritora Laura Restrepo como fórmula vicepresidencial de Gaviria.
 
Navarro no salió del barro
Pero el triunfo de Gaviria viene de la mano de la sorpresa que significa la derrota de Antonio Navarro Wolf, quien venía de tener un papel destacado en el Congreso y ser elegido por votación mayoritaria en el congreso de su partido. Navarro no tuvo la votación de opinión que lo había acompañado siempre, y en los tres meses de precandidatura vio cómo iban en ascenso la imagen y los apoyos a Carlos Gaviria.
Navarro cometió un error grave el primero de febrero pasado. Ese día, de manera sorpresiva anunció que retiraba su candidatura para apoyar a Gaviria y así ayudar a la crisis que había en el interior del Polo. Pero la decisión, que pareció una jugada de estratega, al parecer sí tenía ese fin. Navarro veía venir el derrumbe de sus aspiraciones y buscaba resguardarse. Aun así, tuvo a buen recaudo las peticiones diplomáticas que le hizo el partido y volvió. Volvió para quemarse.

De alguna manera, la imagen de Navarro se ha desgastado en la opinión. Recientemente volvió sobre él su pasado guerrillero y, con los recuerdos de la toma del Palacio de Justicia, se removieron viejos odios apaciguados. Su nombre también apareció en libros sobre los dineros de la mafia y tuvo que dedicar buena parte de su tiempo a defenderse, hacer aclaraciones y pedir perdones.
Aun así, Navarro será fundamental en la etapa que comienza para el Polo Democrático a partir de hoy. Navarro tiene el compromiso de apoyar a Gaviria y de aportarle lo suyo al Polo para la contienda presidencial. Tarea en la que se encontrará con el ahora senador Gustavo Petro, quien perdió porque apoyaba su candidatura, pero ganó porque sacó la votación más alta, con lo que se convirtió así en el líder natural del partido.
 
Ganarle a Serpa
Desde hoy Carlos Gaviria es la cabeza de una empresa que enfila sus baterías para conseguir un propósito central: ganarle a Horacio Serpa, candidato presidencial del liberalismo y disputarse el segundo lugar en las elecciones del 28 de mayo. Un reto que no es de poca monta si se tiene en cuenta que Serpa, tres veces aspirante a la magistratura del Estado, ha obtenido altas votaciones pero, al tiempo, con altas probabilidades, ya que empieza la carrera presidencial con la escasa fuerza que demostró su partido a la hora de consolidarse como mayoría en el Parlamento.

Para el ex ministro Camilo González Posso, la posibilidad de que el Polo se le acerque o supere a Horacio Serpa en la contienda presidencial aumentará la confianza y la cohesión dentro del partido. A algunos sectores minoritarios, que aún tienen cierta cercanía con el Partido Liberal, les quedará muy difícil promover una unión con esa colectividad. Más aun si se piensa que dentro de cuatro años el Polo podría tener tres grandes nombres para disputar la Presidencia de la República con Luis Eduardo Garzón, Angelino Garzón y el mismo Gustavo Petro.

Precisamente una de las dudas más importantes dentro del Polo es el papel que tendrá el alcalde Garzón. Frente a la consulta, Lucho mantuvo una posición neutral, pero el hecho de que personas cercanas a él, como María Emma Mejía, apoyaron la candidatura de Gaviria, es un indicativo de que estaría dispuesto a tener un papel más activo en la contienda presidencial. Todo lo cual demuestra que el ‘palo’ del triunfo de Carlos Gaviria implica un revolcón en la izquierda. Y que a partir de ahora, la campaña presidencial irá acompañada de un proceso de redefiniciones sobre su futuro. n