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El Tribunal Superior de Villavicencio consideró que Crisanto sí había secuestrado a Emmanuel, el hijo de Clara Rojas, nacido en cautiverio. | Foto: Daniel Reina

FALLO

“Tendré que pedir limosna para pagar mi defensa”

José Crisanto Gómez, quien cuidó al hijo de Clara Rojas, se defendió tras enterarse de su condena de 33 años.

24 de abril de 2013

El nombre de José Crisanto Gómez vuelve a la escena pública. Esta vez no es por cuenta de la polémica película Operación E, sino porque su proceso por secuestro extorsivo, fraude procesal y falso testimonio terminó enviándolo nuevamente a la cárcel. Este miércoles el Tribunal Superior de Villavicencio consideró que Crisanto sí había secuestrado a Emmanuel, el hijo de Clara Rojas, nacido en cautiverio.

El Tribunal atendió una apelación de un fiscal de la Unidad Nacional Antiextorsión y Secuestro que lo rotuló, desde un principio, como cómplice de las FARC. Además, la Sala Penal del Tribunal le impuso una multa de 5.000 salarios mínimos legales.

Crisanto no lo podía creer. Su destino parecía estar ligado a una reja, pues creyó que con la absolución de un juez hace un año terminaría su pesadilla. Tan pronto conoció la noticia por cuenta de los medios, este campesino habló con Semana.com. Con la voz cortada aseguró que la noticia le cayó mal y que ahora no tenía ni cómo pagar la defensa ante una eventual apelación del fallo ante la Corte Suprema de Justicia.

“La noticia me cae como un baldado de agua fría. Mi situación es precaria, he aguantado hambre con mis siete hijos y no tengo como pagar mi defensa. Tendré que pedir limosna para contratar un abogado con experiencia que me ayude”.

Crisanto se derrumbó en medio de la entrevista. Asegura que el abogado que tiene es principiante y no está preparado para llevar semejante proceso. “Mis hijos están angustiados ya que desde el menor, de 7 años, hasta el mayor, de 16, todos dependen de mí. Estoy desesperado, la Unidad Nacional de Protección de Testigos acordó darme un auxilio de alimentación, pero desde hace tres meses no lo recibo y ahora resulta que puedo volver a prisión”, aseguró.

Su historia

Desde cuando los guerrilleros de las FARC le entregaron un bebé enfermo y le encargaron su cuidado en el 2004, la vida de José Crisanto Gómez tomó tintes cinematográficos. Adoptó a Emmanuel, un pequeño de tres meses que nació del vientre de la entonces secuestrada Clara Rojas y se convirtió en una boca más para alimentar.

Crisanto, según ha contado, huyó con él para llevarlo a un hospital y salvarle la vida porque se encontraba gravemente enfermo. Desde entonces se convirtió en el peor enemigo de la guerrilla, mientras que para la justicia no era más que un campesino que había cometido el peor de los delitos: secuestrar a un recién nacido. Por eso pasó cuatro años en la cárcel La Picota, hasta cuando un juez lo absolvió en primera instancia.

En entrevista con Semana.com en febrero pasado, Crisanto aseguró que no se arrepiente de nada. “A pesar de todo lo que nos ha tocado vivir a mí y a mis hijos, sigo convencido de que hice lo que debía. Sabía que yo era la única esperanza de vida para Emmanuel”.

Ya libre, Crisanto publicó sus memorias en el libro El hijo de la selva, que luego inspiraría la cinta Operación E. También viajó a España a la presentación de dicha película. Tras una pesadilla de cuatro años en la cárcel, lejos de sus siete hijos, sentía que la vida le volvía a sonreír. Sin embargo, la justicia vuelve a inscribir su nombre como uno de los peores delincuentes.

“¿Secuestro?, para qué iba a secuestrar a un niño si tenía cinco y dos más que venían en camino. Es algo que no he podido entender. Tratan de culparme por algo que no hice, ¿qué secuestrador va a poner en custodia a su víctima en una institución del Estado? Es absurdo”, aseguraba Crisanto hace dos meses cuando creyó que su tragedia había terminado.