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El cirujano que se volvió mago para llevar terapia de alegría a los enfermos

Un médico que entretiene y sana dice que la magia no reemplaza ninguna terapia médica, pero es un gran complemento dentro de la terapéutica.

Indalecio Castellanos
25 de noviembre de 2017

Y no es que pueda quitar un dolor de cabeza por arte de magia, ni que use el poder excepcional de las manos para curar, es simplemente un cirujano que adoptó la magia como una manera de llevar alegría y entretenimiento a sus pacientes.

Se llama Jairo Ortega y es médico cirujano del Hospital Universitario de Méderi y profesor de la Universidad del Rosario, pero también es el doctor Magic experto en magia pediátrica, magia de salón, mentalismo, ilusionismo y hasta stand up comedy.

El doctor Ortega señala que la magia es más que un artilugio y siempre tiene una explicación científica desde la física, la mecánica, las reacciones químicas, la psicología a causa de la sugestión que provoca, y agrega que la magia con cartas podría brindar incluso explicaciones matemáticas.

“En todo esto no hay nada misterioso, ni mágico, ni irreal, pues como la terapia de la risa con los clowns, los malabaristas o los cirqueros, lo único que pretende es que el paciente libere las sustancias endógenas, serotonina, triftófano y endorfina que mejoran el ánimo y activan los pacientes”, asegura el cirujano.

Reitera que la magia de combinar su profesión con un hobby es entender que “no reemplaza ninguna terapia, sino que es un complemento dentro de la terapéutica”.

Claro que el objeto central es la diversión, pero el doctor explica que en procesos de rehabilitación, la magia se puede aplicar en pacientes con déficit de flexoextensión en los dedos de la mano, por ejemplo.

“La propuesta es que los profesionales pueden ejecutar un juego de magia en el que los pacientes toman una cuerda y hacen un nudo con una sola mano, imitando los movimiento que los magos ejecutan”, explica Ortega.

Fascinación por la magia

La afición por la magia empezó cuando cursaba el bachillerato, pero al iniciar sus estudios de medicina se dio cuenta que esta práctica podría servir para llevar entretenimiento y alegría a sus pacientes.

“Empecé a llevarles mi show de magia a los pacientes pediátricos, a los adultos y a los de cirugía como algo lúdico, pero el tema lo fui refinando hasta el punto que ahora puedo hablar de la magioterapia, pues este arte puede ayudar a la recuperación de los pacientes en la parte previa al procedimiento quirúrgico y luego en la convalecencia”, reitera el doctor Magic.

Recuerda que en la misma dirección de la terapia de la risa, en la Universidad de California se han hecho experimentos en los que a los pacientes les ponen a ver películas de El Gordo y el Flaco, de Charles Chaplin y Buster Keaton, lo que redunda en una mejor respuesta a los tratamientos y menos tiempo en las hospitalizaciones.

“Se dan cuenta a nivel de psiconeurología que estos momentos de felicidad hacen que la persona libere las sustancias que dan placer y felicidad y ello contribuye a aumentar la autoestima y mejora la empatía entre médico y paciente y la relación con los familiares”, sostiene el doctor Ortega.

Los niños

Los pacientes más pequeños han sido su público natural y varios de sus mejores recuerdos como mago, están en esas funciones.

Mientras hacía su rotación de pediatría en el Hospital Lorencita Villegas de Santos realizó un show para conseguir los recursos que permitieran comprar una nevera para preservar los medicamentos de oncología y para él fue conmovedor arrancar una sonrisa a los niños que fueron en silla de ruedas hasta el auditorio.

“A pesar de estar apaleados por el procedimiento de quimioterapia vi su felicidad absoluta y me di cuenta que esto valía la pena aplicarlo”.

El médico asegura que uno de los mejores shows que ha protagonizado, es el que ofreció a un chico enfermo de leucemia y que estaba aislado en su casa con tapaboca y no podía tener contacto con nadie para no alterar el tratamiento.

“El niño cumplía años y me impactó que tuve que esforzarme mucho porque no había otros niños invitados”, recuerda Ortega.

Cambio de vida

El doctor Magic afirma que es un gran compromiso ejercer la magia y complementarla con su trabajo de cirujano, pues algunos de los pacientes le han dicho que “debe tener manos mágicas”.

“Los aterrizo y les digo que soy un especialista en cirugía y que estoy entrenado para operar y le vamos a poner magia, que significa, ponerle entereza, corazón, alma y cariño para que todo salga bien”,  aclara.

Casi siempre los pacientes le dicen que después de la operación les haga magia y él les contesta inevitablemente: “Le hacemos magia”.

Ahora desde la Universidad del Rosario y con el acompañamiento del mago Gustavo Lorgia se  puso en marcha un programa que se llama ‘Cómo hacer feliz al paciente’ y en el que se abordan temas de lo que se conoce como la neuromagia.

Otro de los temas de estas charlas tiene que ver con la neurociencia, para analizar porque si el cerebro es tan perfecto puede ser engañado por los magos.

Ortega dice “que en general quien va a la magia sabe que lo van a engañar y nosotros decimos entonces que si el mundo quiere ser engañado, pues engañémoslo”.

Y para hablar de ese contrato tácito entre el mago y el público, el cirujano-mago concluye que “la magia es una profesión que requiere disciplina constante y ensayo para que todo al final sea una experiencia saludable y agradable para las personas”.

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