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Mauricio González, Beatriz Arango y Mauricio Velásquez fueron los integrantes de la terna que presentó el presidente Álvaro Uribe al Senado

JUSTICIA

Terna uribista

Este martes el Senado elegirá el reemplazo del conservador Álvaro Tafur en la Corte Constitucional.

25 de agosto de 2007

En 1999, el presidente Andrés Pastrana incluyó a su secretario jurídico, Jaime Arrubla, en la terna para la Corte Constitucional. Parecía inevitable que Arrubla fuera elegido por el Senado como magistrado. Pero la política no es como la muerte. No hay nada seguro. El Senado optó por Álvaro Tafur, quien dejó el cargo el pasado mes de junio.

Irónicamente, hoy se repite la historia. El presidente Álvaro Uribe quiere que su secretario, Mauricio González, reemplace a Tafur en la Corte. E igual que hace ocho años, nadie apuesta un peso por las posibilidades de los dos otros integrantes de la terna. Incluso en esta ocasión, ha habido hasta portazos. Ilva Myriam Hoyos y Cristina Pardo renunciaron porque sentían que estaban siendo utilizadas como relleno.

Algo parecido se pensó de Alfonso Valdivieso en 1994, cuando fue incluido en la terna para Fiscal General. Para los entendidos, el siguiente fiscal sería Carlos Gustavo Arrieta o Juan Carlos Esguerra. La Corte Suprema dejó a estos últimos con los crespos hechos al escoger a Valdivieso.

Este martes el Senado en pleno decidirá si le hace caso al guiño del Presidente o si en cambio los congresistas le dan una sorpresa al país y el miércoles amanece como magistrado de la Corte uno de los paisas Beatriz Arango o Mauricio Velásquez, los nuevos integrantes de la terna, al lado de Mauricio González.

De Arango, Velásquez e incluso de González se conoce poco. El sistema colombiano de elección a la máxima Corte casi garantiza que sea así. Las ternas se presentan a última hora y prima más el afán de llenar una vacante que permitir un debate extenso y profundo sobre las cualidades y las posiciones jurídicas y políticas de los aspirantes. Apenas el martes pasado los senadores escucharon a los tres candidatos y ya esta semana deberán decidir cuál de ellos merece ser uno de los nueve magistrados guardianes de la Constitución.

Con esa premura, los análisis sobre las bondades de cada persona terminan limitados más a asuntos de forma -cuántos posgrados tiene, cuántos libros ha escrito, si es simpatizante o no de Uribe- que de fondo -qué piensa sobre la tutela contra sentencias, el impacto económico de los fallos, la despenalización del aborto, etcétera, temas sobre los cuales su voto afectará a millones de colombianos. Tampoco ayuda que en Colombia es casi imposible para un jurista con pretensiones de magistrado dar una opinión sobre un tema de actualidad, porque con seguridad sería recusado.

Los tres aspirantes actuales dicen ser defensores acérrimos de la tutela y de la Constitución de 1991, y ninguno parece ser la cabeza de playa de la contrarreforma por la que abogaba Fernando Londoño cuando era ministro de Interior y Justicia. Tanto Beatriz Arango como Mauricio González son conservadores frente a temas como la despenalización del aborto, como lo fue Álvaro Tafur, el hombre que reemplazarían. Mauricio Velásquez, en cambio, es más liberal en este campo. Sobre el creciente poder de la Corte Constitucional, a ninguno le parece particularmente grave. Velásquez, por ejemplo, habla de la oportunidad de avanzar más en la protección de los derechos económicos y sociales; Arango, de la paz; González, de desarrollar más la Constitución.

Para el registro histórico, los tres candidatos a la Corte votaron por el Presidente en 2002 y 2006. Son uribistas como el 65 por ciento de colombianos , según las encuestas. Arango conoce a Uribe desde hace más de 20 años, cuando estuvieron juntos en la comisión de paz de Belisario Betancur. Velásquez trabajó con el mandatario cuando el segundo era ponente de la reforma de la ley laboral de 1993. Y González es secretario jurídico de la Presidencia desde julio de 2005.

¿Serán, entonces, magistrados de bolsillo? Todo Presidente aspira que sea así. Pero no siempre se cumplen los deseos. Sería útil recordar las lamentaciones del norteamericano Dwight Einsehower cuando dijo que cometió dos errores en su Presidencia y "ambos están sentados en la Corte Suprema".