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Con la recusación al presidente de la Cámara, Germán Varón, Luis Carlos Restrepo terminó quitandole tiempo a la apretada discusión sobre el referendo

POLÍTICA

Tiro por la culata

La estrategia de Luis Carlos Restrepo para acelerar el trámite del referendo terminó enredando el futuro de la reelección.

6 de junio de 2009

El 28 de marzo, Luis Carlos Restrepo fue elegido Presidente de La U. Ese día, en un emotivo discurso ante un auditorio repleto de congresistas y líderes políticos, asumió el reto de integrar una bancada significativa para las elecciones del próximo Congreso, lograr la adhesión de políticos de orillas distintas al Partido y, sobre todo, sacar adelante el referendo que permitiría la segunda reelección presidencial.

En su momento Restrepo advirtió que, aunque no había hecho política electoral, estaba listo para cumplir su misión y que para ello aprendería de los senadores. No obstante, dos meses después son muchos los que en su propia colectividad perciben que no le ha cogido el tiro a la dinámica del Congreso y que no ha sabido moverse en el terreno pantanoso de la mecánica política del Legislativo.

Esa percepción tomó fuerza después de que Restrepo recusó al presidente de la Cámara, Germán Varón, para impedir que nombrara los conciliadores del referendo reeleccionista. Según el ex comisionado, Varón había mostrado su oposición al mismo y no ofrecía garantías para la conciliación de los articulados aprobados en Senado y Cámara.

Con esa jugada, Restrepo pensó que podía lograr que el representante Odín Sánchez -de La U- reemplazara a Varón en este trámite, imprescindible para salvar las posibilidades de una nueva reelección. Pero el tiro le salió por la culata. El colegaje de los congresistas terminó siendo superior al afán reeleccionista, y muchos señalaron que el hecho de que Varón hubiera expresado sus opiniones sobre el referendo no era un impedimento para nombrar conciliadores. Incluso entre La U hubo desacuerdos con este procedimiento e incluso, ante la falta de consenso, senadores como Jairo Clopatofsky le pidieron a Restrepo renunciar.

La madeja se enredó más cuando el ex comisionado trató de retractarse y le pidió a la Comisión de Ética retirar la recusación, al caer en la cuenta de que tantos trámites que implicaba este procedimiento podrían robarle días al escaso tiempo con que cuenta el referendo para ser aprobado. Pero la Comisión le dijo que no y señaló que Varón sí estaba habilitado para nombrar los conciliadores.

Adicionalmente, y sin quererlo, les recordó a algunos opositores que tienen cancha política, que el recurso de las recusaciones es utilísimo para alargar debates. Así, el representante Venus Albeiro Silva -del Polo- denunció a cinco integrantes de la Comisión de Ética por ser de La U y no haberse abstenido de darle trámite a la solicitud original del jefe de su partido, Luis Carlos Restrepo, de recusar a Varón. En plata blanca, esto significa que esta semana la Cámara también perderá días en estas discusiones de procedimiento y que se postergará, por lo menos ocho días más, el proceso de conciliación. Esto les preocupa a los uribistas, puesto que las sesiones ordinarias del Congreso terminan el 20 de junio.

"Restrepo fue el encargado de hundir el referendo", le dijo a SEMANA uno de los senadores de La U que cree que este no alcanza a ser aprobado por razones de tiempo. Y es que a pesar de que los uribistas reconocen la lealtad del ex comisionado al Presidente, algunos, como Jairo Clopatofsky, Juan Carlos Vélez, Dilian Francisca Toro y Darío Angarita, sienten que al malestar por el complejo episodio de la recusación se suman otras metidas de pata que ha tenido como capitán de La U. Entre ellas delegar casi unánimamente al representante Roy Barreras, expulsado de Cambio Radical, la tarea de traer nuevos miembros al Partido; pedirle la curul a la senadora Marta Lucía Ramírez por estar en contra de la reelección, y ser políticamente incorrecto al pedir que se reviva la inmunidad parlamentaria cuando varios congresistas de La U que están en ejercicio son investigados por la para-política.

De cara a las elecciones, el reto para Restrepo es enorme. Desde cuando asumió como Presidente de La U, dijo que su sueño era unir su bancada alrededor de un proyecto político moderno. Y para eso no es suficiente contar con el apoyo de algunos codirectores del Partido, como los caciques José Name y Piedad Zuccardi. Para hacer política hay que aprenderse la cartilla y entender cómo funciona el Congreso, que no es fácil y está lleno de mañas, más aun si se trata de empujar proyectos tan debatidos como la segunda reelección presidencial. Al fin y al cabo, si algo saben quienes pasan por el poder es que nadie puede jugar a ser político sin serlo.