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Tras los mandos medios

La captura de una comandante del Bloque Sur de las Farc, evidencia que la estrategia de golpear a los jefes operativos de la organización está probando ser efectiva.

15 de febrero de 2004

Desde hace varios meses, Nayibe Rojas Valderrama estaba en la mira del Ejército. Conocida con el alias de 'Sonia', esta mujer era señalada por las Fuerzas Militares y la Fiscalía de ser una de las jefes guerrilleras del Bloque Sur de las Farc con presencia en el Caquetá y Putumayo.

Con 30 años de edad, 15 de los cuales los ha pasado en la guerrilla, 'Sonia' participó en los ataques contra las bases de Coreguaje y Las Delicias, en donde perdieron la vida medio centenar de militares y 60 más fueron secuestrados. Más importante para las autoridades es el conocimiento y participación de esta guerrillera en los negocios de narcotráfico del Bloque Sur, el grupo de las Farc más profundamente involucrado en el negocio ilícito, que mayores utilidades económicas les reporta a las Farc y que hoy comanda 'Fabián Ramírez'.

De acuerdo con los militares y la Fiscalía, su captura es clave para golpear las estructuras medias del Bloque Sur. "Su importancia consiste en que era el eslabón clave de la cadena, dijo a SEMANA uno de los oficiales de inteligencia que participó en el operativo. "Ella era el enlace que llevaba a la base las órdenes y directrices de los miembros del estado mayor de ese bloque, comenzando por 'Fabián Ramírez".

La captura

Después de varios meses de seguimientos y de recolectar información, a mediados de enero pasado, miembros de la Brigada contra el Narcotráfico, adscritos a la VI División del Ejército, y funcionarios de CTI empezaron a consolidar datos importantes que les permitieron comenzar a cerrar el cerco alrededor de 'Sonia'. Ella se movía en una vasta área de 50 kilómetros sobre las riberas del río Caguán, con epicentro en Cartagena del Chairá, Caquetá. El pasado domingo 8 de febrero, los hombres que estaban tras los pasos de la guerrillera obtuvieron la información del lugar exacto en donde pasaría la noche la mujer: una casa en el caserío Peñas Coloradas, muy cerca de Cartagena del Chairá. Con estos datos, desde la base militar de Tres Esquinas despegó la operación para capturarla.

Pasadas las 11 de la noche del lunes 9, y con la certeza de que la mujer aún estaba en el caserío, partieron desde la base ocho helicópteros artillados de la Fuerza Aérea y la aviación del Ejército. En ellos viajaban varios miembros del CTI y medio centenar de soldados del batallón antinarcóticos. A las 12 de la noche, los helicópteros se posaron sobre el caserío y en segundos descendieron los uniformados. Un grupo ingresó a la casa señalada y allí encontraron a 'Sonia', vestida con su uniforme camuflado. En el lugar había ocho fusiles, 40 kilos de cocaína y 25 millones de pesos en efectivo. Los soldados y miembros de la Fiscalía allanaron otras viviendas del caserío y arrestaron a 15 personas más sindicadas del delito de rebelión.

Muy custodiada, 'Sonia' fue trasladada al amanecer del martes hasta el búnker de la Fiscalía en Bogotá, en donde luego el comandante del Ejército, general Martín Orlando Carreño, en una rueda de prensa afirmó que " Sonia' recibía instrucciones directas de 'Fabián Ramírez", y que por ello era un golpe equiparable a la captura de 'Simón Trinidad'.

La Fiscalía, que lleva más de un año investigando los negocios de tráfico de cocaína del Bloque Sur de las Farc, tendrá ahora que establecer el grado exacto de participación de la guerrillera en los negocios del narcotráfico; es decir, qué sumas de dinero y de droga manejaba directamente y cuál era su jerarquía en la administración del tráfico ilegal.

La captura de 'Sonia' es significativa, sobre todo porque es la más reciente muestra de que la estrategia de desarticular a los mandos medios de las Farc, que está poniendo en práctica el gobierno desde hace más de un año, está dando frutos. "La subversión tiene pensado cómo reemplazar a las cabezas y está demostrado que no les importa perder guerrilleros rasos porque les es fácil reemplazarlos, pero con algunos comandantes no es tan fácil porque les ha tomado años formarlos, son experimentados y de 'confianza', y es ahí donde hay que golpear", explica un analista de inteligencia.

Según el Ministerio de Defensa, de los 1.280 guerrilleros de las Farc que murieron en combates con el Ejército en el último año, 25 eran fichas clave para la organización tanto militar como políticamente. La gran mayoría han caído en operaciones tipo comando, como la que permitió la captura de 'Sonia', las cuales han contado con una paciente inteligencia previa y la participación de grupos capacitados para realizar asaltos aéreos, infiltraciones y capturas o bajas. Esta táctica ha permitido que queden fuera de combate integrantes que, como 'Sonia', servían de enlaces para llevar a cabo las órdenes de arriba o cumplían tareas estratégicas militares o financieras, como Marco Aurelio Buendía en Cundinamarca o 'El Mocho', segundo comandante de la columna móvil 'Teófilo Forero', la más sanguinaria de las Farc (ver recuadro).

Durante años, las Fuerzas Militares enfocaron sus esfuerzos en capturar o dar de baja a los miembros del Secretariado o el estado mayor de las Farc y en eliminar el mayor número de combatientes de la guerrilla. El aumento del pie de fuerza, los batallones de alta montaña y el refuerzo de unidades como la Fuerza de Despliegue Rápido-Fudra, entre otras medidas, han permitido que las cifras de guerrilleros rasos caídos en combate, capturados o que han desertado aumenten, con lo que se está consiguiendo lentamente disminuir el número de combatientes efectivos.

Pero esa estrategia de tratar de cortar la cabeza de la serpiente para acabarla ha sufrido una importante variación. Aunque es evidente que aún se quiere aprehender a hombres como el 'Mono Jojoy' o 'Raúl Reyes', es claro que no es una tarea fácil y por el contrario, muy desgastante ya que casi todos o están por fuera del país, como ocurrió con 'Simón Trinidad', o replegados en la selva profunda. Esta realidad es la que ha llevado a la nueva estrategia de enfilar mayores esfuerzos en atacar mandos medios, como comandantes de frentes, columnas móviles o jefes de finanzas. "Ellos son los que reciben y hacen cumplir las órdenes. Sin ellos en la mitad es obvio que el Secretariado no tiene cómo comunicarse y mover a los guerrilleros rasos", explicó un funcionario de Defensa.

Esta estrategia ya ha arrojado resultados tangibles, como ocurrió en Cundinamarca, en donde han caído la mayoría de los comandantes de los frentes que operaban en la región, lo que forzó a decenas de guerrilleros rasos a entregarse y a un repliegue evidente de la guerrilla. A mediano y largo plazo, esta estrategia puede ser una herramienta que desequilibre la ecuación de la guerra.