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TRATADO DE LIMITES

En Caracas, el Gobierno y la CNG intentan un acuerdo sobre el espinoso punto de dónde se debe localizar la guerrilla mientras dura la negociación.

15 de julio de 1991

LOS ULTIMOS EPISODIOS DE la Asamblea Constituyente, empezando por la renuncia del ex presidente Pastrana, y la posible entrega de Pablo Escobar opacaron la semana pasada las negociaciones entre Gobierno y guerrilla que se adelantan en Caracas. Sin embargo, en la capital venezolana las conversaciones están centradas en este monento en uno de los aspectos más duros, más difíciles y más definitivos de esta ronda. De ese punto dependerá en buena medida el desarrollo futuro del proceso de paz que debe llevar a la desmovilización y desarme de los grupos de la Coordinadora Nacional Guerrillera. Se trata del cese al fuego y de la localización en zonas específicas de los grupos guerrilleros durante el tiempo de las negociaciones.
En este punto, el Gobierno ha planteado la necesidad de que los subversivos se ubiquen en un número determinado de zonas claramente delimitadas donde pueda ser posible verificar el cese de las hostilidades. Con esto, el Gobierno pretende evitar que, como lo dijo el consejero para la Paz, Jesús Antonio Bejarano,