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| Foto: Archivo SEMANA

CONFLICTO

¿Las FARC rompieron la tregua unilateral?

Versiones hablan de un fuerte combate que tuvieron Ejército y guerrilla, este lunes, en Caloto (Cauca).

17 de febrero de 2015

Este lunes fue un día extraño para Colombia en torno al proceso de paz que se adelanta en La Habana. Mientras en horas de la mañana guerrilla y Ejército protagonizaban un crudo combate en el suroeste del país, en la noche tres de los máximos jefes del secretariado de las FARC, desde La Habana, daban señales de paz durante un debate organizado por el programa radial Hora 20.

Para muchos, el debate fue una clara señal de esperanza en torno a que los diálogos llegarán a buen puerto, y para otros, los combates en Cauca son la muestra fehaciente de todo lo contrario y de que esa guerrilla está violando la anunciada tregua unilateral que comenzó a regir desde el pasado 20 de diciembre.

El pesimismo surgió por la noticia que se supo de un fuerte combate entre guerrilleros de las FARC y soldados del Ejército, ocurrido ayer lunes. Pero la decepción colectiva provino a que el choque armado sucedió en medio de la anunciada tregua unilateral que prometió esa agrupación subversiva.

Sumado a lo anterior, de ese combate se desprendió una denuncia en torno a que la escuela cercana donde se produjo el enfrentamiento, fue usada como trinchera por los solados.

Aunque la acusación fue desmentida por el Ejército, el incidente motivó un comunicado de la Defensoría del Pueblo donde anunció una investigación y les recordó a los actores del conflicto armado interno que “según los protocolos adicionales a los convenios de Ginebra, los bienes de carácter civil no serán objeto de ataque ni de represalias. Son bienes de carácter civil todos los bienes que no son objetivos militares”.

El jalón de orejas se debió a que para la Defensoría no hay duda de que los combates ocurrieron cerca a la escuela; “testimonios de los pobladores indican que al cabo de unas horas, las hostilidades se trasladaron a un sitio más distante de la institución educativa, la cual a partir de ese momento se convirtió en refugio para un centenar de habitantes que intentaban escapar de las balas”.

¿Qué pasó?

Para empezar, hay que aclarar que Cauca, en especial el norte del departamento, es una de las regiones con más presencia subversiva y por ende la región donde se registran mayores enfrentamientos con la fuerza pública, ataques a la infraestructura, hostigamientos y atentados donde resulta afectada la población civil.

Ese escenario de guerra es consecuencia de una simple realidad: en el norte de Cauca operan dos de los frentes y columnas más activos y beligerantes de esa guerrilla: VI frente y el 'Manuel Cepeda Vargas'; la compañía 'Ambrosio González' y las columnas móviles 'Jacobo Arenas', 'Miller Perdomo' y 'Gabriel Galvis'. A ello se suma que la zona del norte de Cauca y el sur del Valle es un corredor donde se producen y trafican cocaína y marihuana.

De ahí que en esa región, al igual que en otras zonas del país con alta presencia subversiva, existe un grupo élite del Ejército creado con el único objetivo de combatirlos. A ese grupo especial que opera en el norte de Cauca se le conoce como Fuerza de Tarea Apolo y es dirigido por el general Wilson Cabra.

Y fueron los hombres de la Apolo los que protagonizaron el combate, que duró casi cuatro horas, contra una columna guerrillera en zona rural del municipio de Caloto, en el norte del departamento.

Ese enfrentamiento no dejó muertos ni heridos en ambos bandos, pero sí produjo la captura de cuatro presuntos guerrilleros, la incautación de armamento y material de guerra. Como los supuestos guerrilleros eran indígenas, fueron entregados a las autoridades del resguardo Huellas, para ser juzgados bajo la justicia de esa comunidad.

Según explicó el propio general Cabra en una entrevista con La W, cuando se produjo el choque armado, sus tropas se hallaban “en operaciones de control militar del área”. El oficial agregó que el patrullaje militar se originó debido a “llamadas de pobladores que advirtieron de la presencia de grupos ilegales con explosivos”.

Y cuando le preguntaron concretamente si él consideraba que la guerrilla había roto la tregua, dijo “yo no puedo decir eso”. Agregó que el Ejército simplemente está cumpliendo “lo que nos ordena la Constitución, que es darle seguridad al pueblo colombiano. Y en cuanto a si esa guerrilla sigue en ofensiva en Cauca, argumentó, “lo que hagan o dejen de hacer las FARC no puedo ponerlo en entredicho”.

Las explicaciones del general Cabra dejan la puerta abierta para concluir que ese enfrentamiento no se trató de un ataque de la guerrilla, sino más bien una reacción al toparse con el Ejército que patrullaba por la zona. Algo que en la jerga militar se conoce como 'combates de encuentro'.

Lo que aún sigue siendo confuso es si las FARC están en tregua, ¿por qué razón una de sus columnas patrullaba junto a un caserío y armada hasta los dientes?

Ese interrogante surge porque luego del combate el Ejército incautó en esa zona una ametralladora, siete fusiles, granadas de mano, proveedores y miles de cartuchos.

Pero el incidente también le servirá de insumo a las FARC para insistir en su tesis de que existen “sectores guerreristas” que intentan sabotear la tregua. Así lo hicieron saber desde el pasado 27 de enero, a través de un comunicado donde Iván Márquez aseguró “sectores guerreristas no han cesado en su empeño de sabotear la tregua unilateral y el proceso de paz, actuando desde la institucionalidad del Estado y desde el comando del ejército en particular”.

Sólo una cosa parece clara con ese combate: ni los diálogos en La Habana, ni la tregua unilateral de las FARC bajaron la ofensiva de las Fuerzas Militares. Y a juzgar por los hechos, todo indica que ellos tienen claro que se está negociando la paz en medio de la guerra.