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Karen Dayana Lambraño Mulleth, Lisin Yajani Abadía Torres y Paula Nicole Palacios Narváez. | Foto: Archivo particular

REGIONES

¿Dónde están las tres niñas desaparecidas?

Desde finales del año pasado tres niñas de 5, 7 y 8 años de edad desaparecieron en hechos aislados en varias regiones del país y aún no hay rastros de ellas.

12 de junio de 2015

Hace apenas unos días el país se conmocionó por el secuestro de Daniela, una pequeña de apenas 11 años de edad hija del director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), Diego Mora.
 
Aunque por fortuna el plagio duró tan solo 48 horas, fueron eternas para la propia Daniela, su familia y los millones de colombianos que los acompañaron en la tragedia.
 
En ese caso en especial todo el país reaccionó y desde luego las autoridades, que gracias a su oportuna intervención lograron montar un cerco que al parecer presionó tanto a los secuestradores que optaron por abortar el plan criminal.
 
Pero lamentablemente esa misma intensidad, efectividad y solidaridad no acompaña el dolor de otras tres humildes familias colombianas que desde finales del año pasado sufren en silencio el dolor de perder misteriosamente a sus hijas.
 
Se trata de las desapariciones en hechos aislados y regiones apartadas de tres niñas de apenas 5, 7 y 8 años de edad. Además del dolor que significa perder un hijo en extrañas circunstancias y no saber con certeza si están vivos o muertos, a esas tres familias las une otra tragedia: la pobreza.
 
Las víctimas de esas desapariciones son las pequeñas Lisin Yajani Abadía Torres, de 8 años; Karen Dayana Lambraño Mulleth, de 7, y Paula Nicole Palacios Narváez, de 5. Ellas sencillamente se esfumaron en situaciones similares mientras hacían mandados caseros en Buenaventura (Valle), Mompox (Bolívar) y Buesaco (Nariño), respectivamente.
 
Desde entonces, las autoridades y la comunidad en general se unieron en un solo esfuerzo por hallar el paradero de las pequeñas, pero sin resultado alguno. Ni las recompensas ofrecidas, ni la circular amarilla que emitió La Interpol sirvieron para obtener pistas de lo que pudo suceder con las tres menores.
 
Repartiendo volantes

La tragedia de Lisin Yajani Abadía Torres, de tan solo 8 años de edad, comenzó el 9 de octubre del 2014. Ese día ella y su hermano de 10 años salieron hacia el parque del barrio San Luis en el puerto de Buenaventura, Valle. Todo indica que en ese sector los pequeños fueron abordados por un hombre que les ofreció repartir unos volantes.
 
Lo extraño es que la tarea encomendada por el sospechoso se debía realizar en otro sector, el barrio Juan XXIII y pese a ello los hermanos Abadía la hicieron y retornaron al parque de su barrio.
 
De acuerdo con investigadores de la Fiscalía, en ese segundo encuentro con el hombre de los volantes, desapareció la menor, y todo apunta que la niña junto al sospechoso “abordarían un vehículo tipo microbús que cubría la ruta hacia el sector continental del puerto, siendo la última vez que se tiene conocimiento del paradero de la menor”, explicó la Fiscalía.
 
Una fuente cercana a la investigación consultada por este medio explicó que el caso “llegó a un punto ciego” y por esa razón recurren al ofrecimiento de una recompensa de 20 millones de pesos para quien brinde información que permita dar con el paradero de la pequeña Lisin Yajani.
 
Una recarga de mil pesos

Karen Dayana Lambraño Mulleth tiene 7 años, pero habla y se desenvuelve como un adulto. Tal vez por esa habilidad a ninguno de los vecinos del barrio La Granja, en el municipio de Mompox, Bolívar, le parecía extraño verla caminar sola por las empolvadas calles del sector, pese a su corta edad.
 
La última caminata de la pequeña ocurrió en la mañana del 23 de diciembre del 2014, un día antes de la fiesta de Navidad. A eso de las 8:30 de la mañana su madre, Sandra Mulleth, la envió a la tienda del sector para que le hiciera una recarga de mil pesos a su celular. La pequeña jamás regresó.
 
El pasado 12 de marzo el caso dio un giro inesperado cuando la Fiscalía anunció la captura de Sandra Mullet Mendoza y Glenis Arias Mendoza (madre y tía de la menor), acusadas del presunto delito de secuestro agravado.
 
El anuncio de esa decisión de la Fiscalía fue hecho por Juan Vicente Valbuena, para la fecha vicefiscal encargado. Valbuena explicó que entre las pruebas existentes contra las capturadas hay un video donde se observa a la niña Karen Dayana caminando con su tía, “en una fecha posterior a su desaparición”.
 
A esos indicios se suma que el coronel Miguel Correa, comandante de la Policía en el departamento de Bolívar, dijo en una rueda de prensa que en la casa de la tía de la niña encontraron varias prendas de vestir de la menor, entre ellas una que llevaba puesta el día de su desaparición.
 
Las autoridades esperan que en el transcurso del juicio las sindicadas entreguen detalles del paradero de Karen Dayana y no descartan que la pequeña haya sido víctima de una especie de tráfico de personas.
 
Por una muda de ropa

Paula Nikol Palacios Narváez tiene 5 años de edad e irónicamente el día de su desaparición era uno de los más felices de su vida.
 
Eran las 3:30 de la tarde del 28 de diciembre del 2014 cuando la pequeña salió de su casa hacia la vivienda de su tía Irma con la única intención de ponerse una muda de ropa nueva que ella le había comprado como regalo de Navidad.
 
Las dos casas están distantes a escasos 100 metros en las afueras del corregimiento San Antonio de Padua, un humilde caserío del municipio de Buesaco, Nariño. Pero todo indica que Nikol no encontró a su tía en casa y decidió buscarla en el caserío distante a cinco minutos a pie por una carretera pavimentada. En esa vía fue la última vez que la vieron.
 
El caso de Nikol tiene consternados a los habitantes de Nariño, quienes ya han realizado marchas para pedir por la vida y la libertad de la pequeña. Las autoridades ofrecen una recompensa de 50 millones de pesos para quien dé información de su paradero y hasta la Interpol emitió una circular amarilla con foto y datos de la niña, “pero hasta el momento nada de eso ha servido porque seguimos sin tener noticias de nuestra pequeña”, explicó a este medio Elizabeth Narváez, madre de Nikol.
 
El fiscal 56 de Pasto, Juan Carlos Arana, que atiende el caso, subrayó que desde que reportaron la desaparición de la menor activaron los protocolos de una “búsqueda de urgencia”. Señaló que dentro de la investigación no se han descartado hipótesis y que ya enviaaron copias a otro fiscal especializado del Gaula para que “determine si hay méritos para ordenar algunas capturas”.
 
El caso de Nikol es bien complejo y misterioso, no sólo porque ocurrió en una región donde históricamente hizo presencia el frente 29 de las FARC, sino porque los padres de la niña son humildes campesinos que se ganan la vida como jornaleros, es decir, no son susceptibles de un secuestro extorsivo.
 
Esos tres casos son sólo una radiografía sobre cómo los niños siguen siendo las víctimas en Colombia. Sólo por citar algunas cifras complejas sobre el particular, basta decir que según Medicina Legal, hay cerca de 19.000 menores de edad desaparecidos en todo el país y que cifras parciales del 2013 reflejan que se registraron 11.333 casos de violencia sexual contra niños.
 
Por todo lo anterior, los colombianos insisten en preguntar: ¿Dónde están las tres niñas desaparecidas desde el 2014 en Bolívar, Valle y Nariño?