Home

Nación

Artículo

Tribus del Diablo - Niños, jóvenes y satanismo, radiografía de una realidad, de M. Alvarez-Correa, L.A. Soler, J. Ochoa. Procuraduría General de la Nación, 2001.

13 de agosto de 2001

Algunos posibles impactos de orden psicológico del satanismo

Al tratar de hacer una aproximación del perfil de un joven satánico se deben tener en cuenta varios aspectos, como su estructura familiar, los antecedentes de violencia intrafamiliar, los comportamientos previos a su ingreso a la tribu, sus comportamientos dentro de la secta, los impactos postraumáticos más evidentes producto de expresiones vividas, tanto por fuera como en el marco de las prácticas satánicas y, en general, toda aquella información pertinente a su condición psicosocial actual. De hecho, algunos pocos profesionales que han tenido el interés y el espacio para trabajar con jóvenes satánicos en uso de retiro, consideran que la gran mayoría de sus pacientes:

"(…) tienen debilidades en su estructura personal; son personas dependientes, son paranoides no delirantes, deliroides de grandeza, tienen megalomanía mística, tienen una mala estructura de valores; vienen a menudo de familias poco afectivas o poco coherentes, descompuestas (…). Pueden ser muy jóvenes hasta personas muy mayores, pues hay personas muy mayores que pueden ser inmaduras. (…) tienen rasgos sociopáticos, conductas delincuentes, infringen las normas, son manipuladores, seductores (…). Las familias son quienes los mandan donde el Psiquiatría, ya que no van por su propia iniciativa". (Psiquiatría UTP, Pereira 1999)

En el presente trabajo, los aspectos encontrados entre los menores evaluados, confirmaron algunos de los aspectos planteados y/o sugeridos por psicólogos y psiquiatras consultados y apuntaron también hacia nuevos. Estos fueron:

- Una autoestima baja y deteriorada.

- Comportamientos asóciales (fobias sociales tales como agresividad, intolerancia extrema, etc.).

- Estructura familiar deteriorada (padres alcohólicos, padres separados, violencia intrafamiliar, abuso sexual, madres trabajadoras sexuales, etc.).

- Uso recurrente de alcohol y otros estimulantes (principalmente cocaína, marihuana, pegantes, bazuco, pepas, etc.).

- Abuso sexual (por parte de familiares, amigos, compañeros sentimentales, etc.).

- Trastornos del sueño (insomnio, pesadillas, etc.).

- Trastornos de la Personalidad (psicosis, neurosis, esquizofrenias, delirios, etc.)

- Trastornos sexuales (parafilias diversas).

Muchos jóvenes (65% de la muestra), demostraron una pobre concepción de sí mismos, un bajo autoconcepto, un autocontrol mínimo de sus acciones y actitudes, con evidentes huellas de maltrato en edades infantiles que refuerza la teoría según la cual una marcada proporción (58%) de los niños y adolescentes satánicos lo son ayudados por sus antecedentes personales:

"Yo creo que no sirvo para nada (…) No merezco ni siquiera vivir. He tratado de dejar de consumir drogas, pero no puedo. Eso es difícil. A veces siento deseos de acabar con toda esta vaina y no joder más. Lo que hago tal vez sea malo, pero no lo puedo evitar (…) Estando con ese parche me siento fuerte, es como mi familia". (Satánico, Santafé de Bogotá 1999)

Con respecto a ese 58%, se observó en la mayoría de los casos una marcada fobia social, desprecio por las normas y la autoridad, sentimientos de anarquía total, recelo en contra de lo religioso , deseos de venganza y sentimientos de odio:

"Todas las religiones son porquería (...) Esos manes católicos son pura mierda, igual los curas. La gente se las da de buenos y son peores que nosotros". (Satánico Santafé de Bogotá 1999)

Las familias de estos jóvenes presentan a menudo un marcado deterioro de su estructura familiar, es así como es frecuente observar adolescentes con rencor hacia sus padres, padres alcohólicos o drogadictos, madres prostitutas cuyos esposos las abandonaron, madres solteras o con compañeros que las maltratan.

Desde una perspectiva comparativa, llama la atención observar como una significante proporción de los jóvenes satánicos más afectados por su participación en sus respectivas tribus, son capaces de identificar los síntomas atípicos en un sujeto ordinario producto de su dinámica tribal, que los caracteriza. Lo anterior, no implica forzosamente el retiro de la comunidad satánica, más sí la conciencia de que "todo no anda bien", pese a que se carezca del deseo o de la voluntad suficiente para cambiar de espacio.