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Turismo ecológico: paraísos quebrados

El ecoturismo en los parques naturales produce pérdidas millonarias. El empresario Jean-Claude Bessudo se retira de dos de ellos.

11 de agosto de 2012

Siempre que se habla de Colombia como destino turístico se exaltan sus riquezas naturales: sus playas, sus selvas, sus montañas y sus mares. Esos paraísos que en cualquier otro lugar serían un motor de la economía y un orgullo nacional, se volvieron tesoros inaccesibles. La estrategia de ecoturismo en los parques naturales que el Estado consolidó en 2005 hoy está a punto de fracasar. Aviatur, la empresa que los tiene concesionados, va a retirarse del Amazonas y de Gorgona, y podría hacerlo también del Nevado del Ruiz. Y las comunidades que con esfuerzo montaron en los parques sus proyectos, esperan visitantes que no llegan.

La lejanía, la guerra y la naturaleza se le atravesaron al ecoturismo. Llegar a los parques es costoso e implica tener algo de espíritu de Indiana Jones. Los pocos que se atreven, a veces desisten en la mitad del camino. "Cada noticia sobre un atentado, así sea lejísimos de los parques, significa decenas de cancelaciones", cuenta la directora de Parques, Julia Miranda. A otros, los elementos les juegan una mala pasada. El Parque Amacayacu, en Amazonas, dejó de alojar turistas por las inundaciones del río, y el Parque Los Nevados, en el eje cafetero, por la actividad del volcán.

Por esta realidad, Aviatur, que tiene cuatro concesiones, va a devolver dos y una más, la de Nevados, podría correr la misma suerte. Jean-Claude Bessudo, su presidente, está en conversaciones con Parques Nacionales y se cree que llegarán pronto a un acuerdo. "Uno no puede obligar a nadie a que esté atado a un contrato que le produce pérdidas", dice Julia Miranda.

Los otros problemas no son menos graves. A pesar de que el país tiene una política para promover el ecoturismo, pocos colombianos saben que hay 29 parques que se pueden visitar. Y la polémica de hacer un hotel de la cadena Six Senses en el Tayrona evidenció que no hay claridad sobre a qué le apunta el país. Para Bessudo, la principal dificultad no son los volcanes o las inundaciones, es la percepción. Se lamenta de que la opinión lo registre como un "mercader del ecoturismo, como si el Estado entregara los parques como un regalo, y no se entendiera que el papel que uno cumple es el de la señora del aseo: tender camas, hacer mantenimiento y pasear a la gente".

En el fondo, lo que está en juego es el modelo con el que el país pretende financiar estas áreas (12 por ciento del territorio nacional) y los lugares donde se produce el agua para todo el país. "El sistema de zonas protegidas es muy frágil (…) y la falta de infraestructura hace que no tengamos unos parques accesibles a los colombianos", dice Frank Pearl, ministro de Medio Ambiente. La Unidad de Parques tiene un presupuesto de 52.000 millones de pesos anuales, cuando necesita mínimo 300.000 millones. Hace unos años se creyó que el ecoturismo podía ser parte de la solución, como lo ha sido en Costa Rica, Ecuador o Sudáfrica. Con su fracaso, se pierde una oportunidad de oro para que el país lidere un sector vital en el mundo y se abre un gran interrogante: ¿cómo va Colombia a conservar las riquezas de las que tanto se precia?
 
Gorgona: solo llegan las ballenas

La isla fue una cárcel de la que muchos querían escapar. Hoy sufre porque pocos pueden llegar.

Aviatur quiere devolver la concesión que tiene en esta isla encantada porque a pesar de su infraestructura de lujo, llegar es una odisea. De Bogotá, hay que tomar un avión a Cali, una avioneta a Guapi (Cauca) y una lancha 90 minutos por el Pacífico. El trayecto cuesta cerca de 1 millón de pesos por persona. Además, como ha recrudecido el conflicto armado en el Cauca, muchos de quienes reservan cancelan cuando hay una mala noticia.
 
Amacayacu: lo que el río se llevó

Las aguas del Amazonas inundaron las mejores instalaciones para conocer la selva.

El turismo de Leticia está de capa caída desde que en Semana Santa la creciente del río Amazonas inundó las instalaciones del parque Amacayacu. Los turistas no pueden alojarse y apenas se están restableciendo las visitas de un día. Por eso, Decameron quiere devolver la concesión que tiene.
 
Utría: el sueño que no ha sido

Un proyecto comunitario está sin clientes.

En la ensenada de Utría (Chocó), un grupo afrodescendiente montó un proyecto turístico digno de National Geographic: instalaciones impecables entre la selva y el mar, y cuatro meses al año con la visita de las ballenas jorobadas. Para ofrecer mejor gastronomía, se capacitaron en Perú. Como el avión es tan costoso (900.000 pesos) y el país no tiene al Chocó como destino pocos van a visitarlo. “Necesitamos 35 turistas al mes, pero a veces pasamos blanqueados”, dice Josefina Klinger, líder de la comunidad. “Perdemos todos los meses, pero no vamos a cerrar, así nos toque vender hasta lo que no tenemos”, concluye.
 
Los Nevados: alerta naranja

El peligro de erupción del volcán del Ruiz tiene el parque cerrado.

Para conocer la nieve no había que viajar fuera del país, bastaba visitar el nevado del Ruiz en el eje cafetero. Sin embargo, desde que fue declarada la alerta naranja en el volcán, el 31 de marzo, el parque está cerrado. Hay temblores permanentes y explosiones de gases y cenizas. El contrato de concesión que existe con Aviatur señala que si el parque se cierra más de seis meses (ya van cuatro), la empresa puede terminarlo.