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Un año que no olvidará el Ejército

No ha pasado la primera parte del año y la institución castrense ya se ha visto sacudida por una cantidad de escándalos protagonizados por sus hombres.

3 de mayo de 2015

Los poco más de 120 días que lleva el 2015 han sido suficientes para que la imagen del Ejército Nacional esté en una crisis que pocas veces se ha visto en la historia de la institución castrense. Durante este período no ha pasado -prácticamente- una semana en que los titulares no se hagan cargo de los sucesivos escándalos protagonizados por uniformados.

Hechos tan lamentables y trágicos como la muerte de 11 militares a manos de las FARC en un ataque escenificado en Cauca indudablemente tocaron hondamente el país, pero en medio de la indignación los altos mandos no han dejado de salir a apagar diferentes ‘incendios’ que sacudieron a las tropas.

El caso más reciente tuvo que ver con una red de tráfico de armas que dejó varios militares activos -de varias partes del país- implicados y tras las rejas. Los destinatarios no sólo de armamento, sino, además, de municiones y explosivos fueron principalmente bandas criminales y la guerrilla de las FARC.

Sólo días antes otra tormenta se había desatado por cuenta de un multimillonario desfalco al sistema de salud del Ejército protagonizado por una docena de militares activos y varios retirados. Mediante falsos dictámenes médicos, los beneficiados lograban altas indemnizaciones y pensiones por incapacidad.

Una par de meses atrás, otra red de uniformados involucrados en tráfico de armas para grupos ilegales fue descubierta en Pereira. Caso similar ocurrió también en la Tercera Brigada de Cali.
Estos son sólo algunos de los casos de la racha de malas noticias que han envuelto al Ejército.

Vale la pena reconocer que unos cuantos de estos hechos delictivos fueron denunciados por altos mandos del Ejército, en su plan contra la corrupción.

Lo paradójico es que, pese a estos lamentables hechos, esa institución se mantiene como una de las más respetadas por los colombianos, de acuerdo con las más recientes encuestas. Lo que lleva a cuestionarse: ¿Qué ocurre al interior del Ejército?

Semana.com presenta un recuento de los últimos y más grandes escándalos de la institución: 

Armas para el enemigo


El más reciente escándalo del Ejército Nacional se dio a conocer este 29 de abril, cuando siete suboficiales -seis sargentos y un soldado profesional- y seis civiles fueron capturados por la Fiscalía por proveer armamento a grupos al margen de la ley.

El papel de los militares era sacar las armas, municiones y explosivos de diferentes guarniciones militares, especialmente en Bogotá, y entregárselas a los civiles encargados de comercializarlas entre miembros de las FARC e integrantes de las bacrimes. Los implicados fueron capturados en Bogotá, Ibagué, Melgar (Tolima), Guacarí (Valle), Puerto Berrio (Antioquia) y Argelia (Valle). No se trató del primer caso. Hace pocos meses las autoridades también descubrieron otra red de traficantes similar en el batallón de Pereira quienes también vendieron centenares de municiones y armas a grupos armados.

Lo mismo ocurrió en la Tercera Brigada de Cali, donde la Fiscalía descubrió que cerca de la mitad de todas las armas incautadas que se encontraban resguardadas en esa unidad militar fueron comercializadas por militares quienes las vendieron a grupos criminales y bandas de la capital del Valle y otras regiones.

El carrusel de la salud


Otro gran escándalo estalló en el Ejército: el denominado ‘carrusel de la salud’. Una red criminal de 35 implicados –entre ellos 17 militares activos- que le robó al Estado 24.000 millones de pesos en tres años.

Este grupo delincuencial, que operó en Bogotá, Ibagué, Medellín, Puerto Berrío, San Vicente del Caguán y Bucaramanga, usaba pacientes para reclamar millonarias indemnizaciones. También lo hizo a través de pensiones de invalidez y conceptos médicos falsos.

Los involucrados fueron dos coroneles, 20 sargentos, dos mayores, un capitán, tres soldados, dos tenientes y dos cabos. También tres médicos especialistas y un abogado.

Falsos positivos

También en abril, el fiscal general, Eduardo Montealegre, reveló que la Fiscalía tiene varias investigaciones contra altos oficiales retirados y activos investigados por presunta participación y conocimiento de episodios que se acercan a lo que se conoce como ejecuciones extrajudiciales o ‘falsos positivos’.

Montealegre además aseguró que había más de 800 sentencias condenatorias contra cerca de 2.000 miembros de la fuerza pública, de los cuales 1.573 son miembros del Ejército Nacional.

La polémica indemnización

En abril salió a la luz una denuncia en contra del excomandante de las Fuerzas Militares, el general (r) Freddy Padilla de León.

El denunciante fue el director de la Asociación Nacional de Veteranos de la Fuerza Pública, capitán (r) Juan Alfonso Fierro, quien aseguró que el militar recibió, de manera irregular, la indemnización de 284 millones que le otorgaron en el 2010 por una supuesta incapacidad del 52,76 %.

Fierro aseguró que ese parte médico con el que Padilla obtuvo la millonaria indemnización corresponde a una persona “incapaz de realizar cualquier actividad o movimiento”.

Ascenso de falsos positivos

El comandante del batallón Patriotas en Honda (Tolima) del Ejército, teniente coronel Alejandro Robayo Rodríguez, desapareció misteriosamente. Cuando debía aparecer para asumir un nuevo cargo en Bogotá en el 2015, nunca llegó.

¿La razón? El coronel sabía lo que le esperaba. En febrero pasado la Fiscalía confirmó que existía una orden de captura vigente en contra del oficial por falsos positivos en el 2006 en Valledupar. Lo polémico de esta situación no sólo fue la orden contra Robayo, sino que esto era de conocimiento del Ejército y aun así lo ascendieron y luego le aceptaron la baja.

Desde el 2003, cuando tenía el grado de mayor y era integrante del Batallón Colombia, Robayo fue investigado por múltiples desapariciones forzadas, falsos positivos y torturas en el municipio de Viotá (Cundinamarca) y la región del Sumapaz.

Casos ‘Hacker’ y ‘Andrómeda’


El pasado 23 de enero, en una rueda de prensa, una comisión especial creada por el Ministerio de Defensa presentó el resultado de una investigación interna sobre las actividades poco transparentes de algunos de miembros del Ejército en lo relacionado con actividades de espionaje.

El vicealmirante César Augusto Narváez, integrante de la comisión, aseguró que en la fachada ‘Andrómeda’, revelada por Semana.com, no se cumplieron los protocolos de seguridad, se descubrió desorden en el manejo de la información y falta de control que permitía a civiles tener acceso a esa fachada. A pesar de estos hallazgos, el oficial ratificó que era una operación legal de inteligencia.

En el informe dijo que, de manera voluntaria, se realizaron 268 pruebas de confiabilidad y polígrafo, ocho de las cuales no dieron buenos resultados. Se determinó separar a 20 uniformados comprometidos con los hechos de Andrómeda y el hacker Sepúlveda y documentos secretos. Todos estos fueron separados de cualquier labor que tuviera que ver con inteligencia. A otros cinco se les solicitó el retiro.