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Álex Char Chaljud 53%

barranquilla

Un ganador olímpico

Gobernar a 'la Arenosa' es mucho más difícil que ganar las elecciones. El reto del favorito, Alex Char, si efectivamente gana, no se agota el 28 de octubre.

1 de septiembre de 2007

Alex Char no es un político elocuente. Por su tradición y por su temperamento, es más un empresario discreto. Pero hasta el momento ha cautivado las simpatías de la mayoría de los barranquilleros, gracias al buen nombre de su familia. En la encuesta contratada por SEMANA con el Centro de Consultoría le saca 24 puntos a su más cercano rival -Édgar Perea- y supera a todos los demás sumados. Entre ellos los candidatos del Polo y del Padre Hoyos, que en las pasadas dos administraciones habían mantenido el liderato de la política local.

Las cartas se cambiaron, pero hay señales que indican que los electores barranquilleros siguen buscando un Mesías. El principal de ellos es el hastío por la deplorable situación de la ciudad. El municipio está en Ley 550. Es decir, en un proceso de intervención dirigido a controlar los gastos y sanear el fisco para evitar la quiebra, pagar deudas y recuperar capacidad de endeudamiento. Una situación que amarra las manos de cualquier gobernante. Y que hace muy difícil sacar adelante las empresas municipales al borde de la quiebra y evitar el cierre de hospitales en bancarrota.

Hay varias razones por las que Char ha ganado credibilidad para la difícil misión de salvar la ciudad. Es conocido por un 90 por ciento y su imagen es positiva. Esas características en parte van ligadas a su nombre: a la imagen de las Supertiendas Olímpicas y del Junior de Barranquilla, que son propiedad de su familia. Pero en parte también las ha ganado con su trabajo: fue gobernador durante un año en 2003 y es un constructor de proyectos inmobiliarios para estratos medios y altos.

La base política de Char está fortalecida también por la alianza con su tradicional rival José Name, candidato a la gobernación y el otro gran elector del departamento. Una fórmula imbatible desde el punto de vista del voto amarrado.

El segundo en la lista, según la encuesta, es Édgar Perea. Un hombre popular y querido, por su trayectoria como locutor de fútbol y por su asociación con la Selección Colombia y con el Junior, pero que no está en su punto más alto. Es igual de conocido que Char, pero lo afecta una imagen negativa de 24 por ciento, heredado de sus problemas con la justicia por actos relacionados con su trabajo como senador. La sanción más conocida tuvo que ver con la transmisión de partidos de fútbol mientras mantenía la investidura parlamentaria. La semana pasada hubo versiones de que la Procuraduría lo obligaría a retirar su candidatura.

Los demás candidatos están muy distantes: por debajo de la línea del 10 por ciento. Char se inscribió por el partido Cambio Radical, que lidera Germán Vargas, y el jueves pasado recibió la adhesión del Partido Liberal. Perea, uno de los más entusiastas y vehementes defensores de las candidaturas de Horacio Serpa en el pasado -y ex senador por el partido rojo- no recibió el aval de su antigua casa y terminó con la bendición de Colombia Democrática.

El cuadro de las campañas, en fin, luce favorable para Char. Lo que va a ser mucho más difícil, para él o para el que gane, es administrar la ciudad.