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Un mal remedio

Contra todos los pronósticos, en Medellín cayeron los índices de homicidio en 2010. En los barrios dicen que todo se debe a que 'Sebastián' ganó la guerra por el control del negocio del crimen en la ciudad.

15 de enero de 2011

Un hombre juega a apuntar a otro con una pistola nueve milímetros y dispara cuatro veces haciendo el ruido de los tiros con la boca; después, ambos se ríen. Ocurre en el cruce de dos calles en la comuna noroccidental de Medellín, en París, una de las zonas más peligrosas de la ciudad, ahora de pronto transformada en un sitio tranquilo, al menos para los grupos armados, que ya no tienen que disputarse el control del millonario comercio de las plazas de vicio y el cobro de extorsiones a los buses.

Hasta noviembre pasado, las bandas de la zona se disparaban ráfagas de fusil a nombre de alias 'Sebastián' y alias 'Valenciano', los herederos de 'Don Berna' que se liaron en una guerra por la jefatura del crimen de la capital antioqueña, cuyo botín mensual, según cálculos de las autoridades, supera los 20.000 millones de pesos.

El hombre de la pistola dice que "las broncas se pararon" desde hace dos meses y que "todo está mejor". Se refiere a un secreto a voces que las autoridades no confirman, pero que, al menos en los barrios, se da como noticia cierta: la guerra entre aspirantes a capo de la ciudad terminó con el triunfo de Erick Vargas, 'Sebastián', quien ya controla la mayoría de las bandas que operan en los barrios, entre 250 y 300 grupos, según la Alcaldía.

En otra esquina de la ciudad, en El Popular, al nororiente, un vendedor de perros calientes termina de contar el dinero de la cuota que la banda del barrio le exige a cambio de prestarle vigilancia. "Dicen que ya un grupo le ganó al otro. Así es mejor porque ya uno sabe a quién pagarle. Antes había dos patrones", admite el hombre. El conductor de un bus con orificios de bala en la carrocería dice que hacía tiempo no vivían un diciembre tan tranquilo y explica que todo se debe a que hay un jefe mandando, "no dos".

En efecto, el mes pasado fue uno de los más tranquilos de 2010, con 136 homicidios, justo al final de un año que se temía como uno de los más violentos de la década, en plena guerra entre 'Valenciano' y 'Sebastián'. Al final, el balance de Medicina Legal dice que los asesinatos sumaron 2.186, 167 menos que en 2009, y todo básicamente porque el último trimestre arrojó las cifras más bajas del año.

Para la Policía, la reducción en las cifras es una respuesta a su esfuerzo, que trasladó a Medellín a varios de sus mejores hombres, incluido el mismísimo general Óscar Naranjo, quien ayudó a diseñar las estrategias de vigilancia en los barrios, previo a los Juegos Suramericanos, realizados en marzo tras una polémica tregua que acordaron 'Sebastián' y 'Valenciano' y que se rompió en junio.

Para la Alcaldía, además del esfuerzo de la Policía, la evidente reducción de los crímenes también es reflejo de sus planes de intervención social, que incluyeron los aplaudidos planes de promoción cultural y de recreación. Pero ¿fue solo eso? Para la Personería, no. Según esta, es claro que las muertes en la ciudad, sus repentinos auges y disminuciones, son prueba de una dinámica criminal que responde a un juego de intereses privados. En su informe de 2010, la Personería advierte que al menos 29.000 personas fueron desplazadas de barrio y cerca de 1.500 estudiantes no pudieron seguir yendo al colegio por miedo al cruce de las balas.

El Instituto de Capacitación Popular (ICP) publicó un informe en el que coincide con las voces de los barrios: la disminución en las muertes al final del año es reflejo de que la guerra de capos ya muestra un ganador. "Se configura una vez más el ciclo de violencia de Medellín: que las reducciones en el índice de muertes son reflejo de la supremacía de un regidor, un capo de capos. Pasó con Escobar, pasó con 'Don Berna', ahora parece comenzar a ocurrir con 'Sebastián'", dice un investigador.

Y como terminó el año viejo comenzó el nuevo: los días del primer mes de 2011 son de relativa tranquilidad. En enero de 2010, Medicina Legal tuvo que disponer un tercer turno para dar abasto con el número de necropsias. Pero este año la cifra de levantamiento de asesinados es un 50 por ciento menor.