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UN MINUTO DE SILENCIO

POR QUE EL GOBIERNO DECIDIO SEGUIR DIALOGANDO A PESAR DE LA MUERTE DE ARGELINO DURAN?

27 de abril de 1992

CUANDO EL PAIS SE ENTEró de que el ex ministro Argelino Durán Quintero había muerto a manos de los guerrilleros del EPL, que lo habían secuestrado semanas antes, poco o nada se daba por el futuro del proceso de paz con la Coordinadora Guerrillera. No era para menos. Durán Quintero, septuagenario y enfermo, murió en un lugar de las montañas santandereanas sin que nadie supiera a ciencia cierta por qué lo habían secuestrado. En un comienzo se habló de que regresaría sano y salvo con un mensaje para el Presidente de la República; después circuló la versión de que su liberación dependía de que se llevaran a cabo unos diálogos con las autoridades regionales de esa zona para solucionar una serie de problemas locales, y al final se estaba hablando de que lo que en realidad quería el EPL era el dinero del rescate.
Pero ese acto inhumano, que de por sí hubiera sido suficiente para causar tal indignación y repudio como para que el país apoyara una ruptura en el proceso de paz, se dio con otro agravante. Mientras Argelino Durán fallecía sin que ninguna autoridad hubiera podido hacer nada para lograr su liberación, los voceros de la Coordinadora (incluido un representante del grupo secuestrador) estaban conversando sobre posibles salidas pacíficas al problema guerrillero. Y como si todo lo anterior fuera poco, todavía la semana antepasada los guerrilleros seguían hablando sobre posibles mecanismos para la liberación del ex ministro, cuando todos ellos sabían que el dirigente político había muerto 10 días antes. Por eso cuando el presidente Gaviria se enteró de la muerte de Durán, ordenó indignado que sus representantes en las negociaciones de México se levantaran de la mesa y regresaran a Bogotá para consultas. Los comentarios de los representantes de la Coordinadora Guerrillera en México sobre el tema se pronunciaron con tal desfachatez, que lo que hicieron fue ahondar el sentimiento de repudio. Para ellos, el secuestro de Argelino Durán había sido un "error" de un frente del EPL que no comprometía a la Coordinadora en su conjunto, y no fue considerado por los dirigentes subversivos como un episodio lo suficientemente grave como para alterar siquiera la agenda de las conversaciones.
No fueron pocos los que pensaron que las reuniones del alto Gobierno con su equipo de dialogo, encabezado por Horacio Serpa Uribe, culminarían con una dedaración de rompimiento total de las conversaciones de paz. Pero no fue así. La posición del Gobierno frente a los nuevos acontecimientos fue enérgica pero no se registró ninguna modificación en la esencia de su política. El ministro de Gobierno fue claro en señalar que no se iba a permitir que se abriera una actitud de corte esquizofrénico, según la cual la CNG era coordinadora para efectos de la vocería de los grupos guerrilleros en la mesa de negociaciones pero no lo era para asumir ia responsabilidad por la actividad delictiva de sus miembros. Esto lo que quería decir era que a pesar de que el EPL liberaba de toda reponsabilidad a las Farc y al ELN por la muerte de Argelino Durán, para el Gobierno ese hecho afectaba integralmente el proceso de conversaciones con toda la Coordinadora.
Esa fue la razón que se impuso en la discusiones internas del Gobierno sobre si era o no factible hacer retirar a los delegados del EPL de las conversaciones de México como consecuencia del crimen contra Durán Quintero. Era tentadora la idea de castigar a los del EPL por la brutalidad de su acción, y era obvio que la opinión pública recibiría, con beneplácito, esta actitud como una muestra de firmeza del Gobierno. Pero al retirar al EPL se estaría aceptando la tesis de que la Coordinadora en su conjunto no es responsable de lo que haqan sus mienbros , lo cual terminaria que los actos de violencia que se cometan en el futuro sólo comprometen al frente incluso al guerrillero que los ejecute.

EL CAMINO ES COLEBRERO
El que los diálogos no se hayan terminado por la muerte de Argelino Durán no quiere decir que su dinámica no haya cambiado. El itinerario de esas conversaciones ha sido bastante tortuoso y difícil, y el cambio de rumbo de la semana pasada no es el primero que sufre en lo que va de este Gobierno. Durante la primera etapa de diálogo en Caracas, el Gobierno intentó una fórmula que consistía en no exigir cese al fuego como condición para dialogar, pero sí partía de la premisa de que los alzados en armas deberían ubicarse en sitios determinados para que un acuerdo sobre cese al fuego bilateral fuera verificable. Esta tesis, que a simple vista era totalmente lógica, implicaba en la práctica la desmovilización automática de los grupos guerrilleros al aceptar la ubicación de sus efectivos en lugares predeterminados. Esa parte de las conversaciones fue manejada con riendas cortas por el consejero Jesús Antonio Bejarano, pero al final no funcionó. De esa etapa, el Gobierno rescata como positivo el haber logrado definir una agenda de negociaciones, lo cual en este tipo de conversaciones no es un tema de poca monta.
El realismo del análisis hizo que el Gobierno diera un paso atrás, y acordara que la primera etapa de las conversaciones en Tlaxcala, México, se dedicaran a la discusión de los temas más importantes de la realidad nacional. Para muchos esto configuraba una concesión inmensa, en la medida en que se podía estar condicionando la ejecución de las políticas gubernamentales en los distintos campos, a la aprobación de la guerrila. El Gobierno ha dicho varias veces que no se trata de llegar a un consenso con los guerrilleros, sino de explicar abiertamente y sin problemas las políticas de la administración. Hay quienes sostienen que lo beneficioso de este tipo de reuniones es que el país va a tener la oportunidad de ver que es muy poco- y muy poco profundo lo que los delegados guerrilleros pueden plantear sobre los distintos temas. En este punto estaba el proceso cuando se presentó la muerte de Argelino Durán. El Gobierno quedó metido entre los palos, pues incluso sin el ingrediente de este crimen ya era consciente de que el costo de ese tipo de diálogo es inmenso en materia de popularidad, en la medida en que hace aparecer á los guerrilleros con una fuerza muy grande. El viraje que parece estar produciéndose ha sido anunciado sin mayores precisiones por el propio presidente Gaviria, en su alocución por televisión el jueves de la semana pasada, y por Horacio Serpa en una carta enviada a las directivas de los partidos políticos. Los dos dirigentes coincidieron en endurecer su lenguaje al referirse a la actividad de la CNG, pero al mismo tiempo en reafirmar el diálogo como fórmula para la solución de los problemas de violencia. Tanto Serpa como Gaviria mencionaron específicamente al cese del fuego y al secuestro como los dos temas sobre los cuales debe haber modificaciones para que el proceso pueda continuar.
El tema del secuestro era el cuarto punto en la agenda de discusiones de México y el primero del capítulo de cese al fuego, pero el Gobierno piensa ahora que se debe abordar de inmediato. Para Horacio Serpa y su equipo es fundamental que ocurran dos cosas: que la CNG haga un pronunciamiento público que de alguna manera la comprometa con el tema del secuestro, y que se conforme una comisión encabezada por la Procuraduría General de la Nación para verificar la autoría de la mayor cantidad posible de secuestros. Otro aspecto que el Gobierno abordará como consecuencia de la muerte de Argelino Durán Quintero es el de que la guerrilla haga algún tipo de demostración de su voluntad de desmovilizarse. Esto podría traer de nuevo a la mesa de conversaciones la discusión sobre la delimitación de las áreas de ubicación de los frentes guerrilleros, para adelantar el proceso de diálogo y cese de hostilidades.
El Gobierno, pues, definitivamente no rompe el diálogo, y en la carta de Horacio Serpa a los partidos están las claves de esa determinación. Por un lado, el Gobierno es un rabioso partidario de la paz negociada ("Prefiero equivocarme buscando la paz que acertar haciendo la guerra", dijo Serpa); y por el otro, la Coordinadora Guerrillera no ha sido derrotada. Este último aspecto no ha sido suficientemente analizado, pues a pesar de que se sabe que las Farc y el ELN no están derrotados, es Poco lo que la opinión pública sabe acerca de lo que se está haciendo para lograrlo.


EN QUE VA LA GUERRA?
El itinerario de la guerra cambió hace un año y medio, a raíz de la ofensiva del Ejército sobre Casa Verde. Para muchos fue una operación militar poco exitosa, en la medida en que no fue aniquilada la cúpula de las Farc que tenía su campamento allí y lo que hizo fue provocar una retaliación guerrillera sin precedentes en todo el país, para las Fuerzas Armadas se inició ese día una ofensiva continuada que no ha cesado en ningún momento desde entonces. Paradójicamente fue la teoría de Mao Tse Tung la que llevó a tomar la decisión de cambiar el enfoque de la estrategia militar contra las guerrillas. Hasta ese momento se había estado hablando de la incapacidad ofensiva de las Fuerzas Armadas, debido a que no existía el poderío suficiente para aplastar a los ejércitos guerrilleros con una acción rápida y contundente.
Esa incapacidad, por supuesto, existe aún. Lo que cambió fue la idea de que eso no hacía necesariamente inderrotable a la guerrilla. La tesis copiada de Mao es la de que una guerra prolongada e ininterrumpida va minando a la guerrilla, la obliga a modificar sus planes militares sobre la marcha e incluso a realizar acciones con las cuales no ha estado tradicionalmente de acuerdo, y así, lentamente, se va "desnaturalizando" y haciéndose cada vez más débil.
Para las Fuerzas Armadas, con el ministro Rafael Pardo a la cabeza, la reacción de las Farc al ataque a Casa Verde fue el primer síntoma de la eficacia de esa tesis. El secretariado de ese grupo guerrillero se puso en fuga hostilizado por el Ejército y se vio en la necesidad de huir, el acoso y responder a la afrenta al mismo tiempo. "En ese momento dijo un oficial del Ejército a SEMANA las Farc violaron una regla de oro de la guerra irregular, que consiste en no convertir a la población civil en objetivo militar". Pero la necesidad de mostrar su fuerza convirtió a las Farc en lo que no era: una guerrilla dedicada básicamente al terrorismo contra la infraestructura económica del país, mediante la voladura de torres de energía, peajes, puentes etc., con lo que inició un rápido proceso de descrédito entre la población. Esto provocó manifestaciones populares contra la guerrilla, lo cual tiene pocos antecedentes en la historia.
De acuerdo con las fuentes militares, las Farc se han visto obligadas a dispersar sus frentes como resultado de la ofensiva del Ejército, y a ocupar zonas nuevas en las que se han dedicado al secuestro y al boleteo."Esto dijo la fuente no es necesariamente bueno para ellos, pues los obliga a lo que en su propia jerga llaman "dañar un área". El análisis que hacen los militares sobre la nueva situación con las Farc es que han aumentado el número de acciones pero eliminado las que implican riesgo para sus efectivos. Es decir, cambiaron el enfrentamiento directo o la emboscada que implica la posibilidad de pérdidas por el atentado ,dinamitero que tiene la repercusión del daño social que provoca. A juicio de los militares, este cambio de táctica implica también una variación en el analisis de las circunstancias de esa guerra, pues dentro de los parámetros tradicionales la comparación de bajas de lado y lado dejaría la impresión de una mayor efectividad de la guerrilla. Para los organismos de seguridad el síntoma de que las Farc están acusando el golpe es su cambio de comportamiento. "Por primera vez dijo un alto funcionario del Gobierno a SEMANA- le he escuchado a un general afirmar que se puede ganar esta guerra".
El discurso del Presidente a través de la televisión empezó a reflejar esa sensación, y en esa confianza se basa la afirmación de que el Estado está en capacidad de colocar la fuerza como alternativa del diálogo, si la Coordinadora Guerrillera no demuestra de alguna forma su voluntad real de paz.
Los delegados de la CNG en México se mostraron sorprendidos, por el tono en que se refirió a ellos el presidente Gaviria. Desde su punto de vista, el escándalo que se ha hecho como resultado de la muerte de Argelino Durán es demasiado grande, lo cual no es sorprendente en personas cuya actividad consiste básicamente en matar gente. Pero tuvieron una dimensión real del repudio nacional a través de una conversación telefónica con Horacio Serpa, quien después de la reunión que sostuvo con el presidente Gaviria, los ministros de Gobierno y Defensa y el consejero para la Seguridad Nacional, les transmitió minuciosamente el clima adverso que vive el país frente al diálogo. Para Serpa éste debe ser un elemento fundamental para el comportamiento futuro de ambas partes.
De momento no se sabe qué día se reanudarán las conversaciones. Inicialmente habrá unos contactos telefónicos entre Bogotá y México para dar las primeras puntadas dirigidas a crear las nuevas condiciones para continuar las charlas. Lo que sí está claro, es que el espacio de esa opción se cierra cada vez más y que el país avanza a pasos agigantados hasta el otro extremo del embudo, donde no se podrán combinar al mismo tiempo las opciones de la guerra y la paz, como sucede ahora.