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BOGOTÁ

Un tiro de gracia le quitó la vida a sacerdote anglicano

Así lo reportó Medicina Legal tras la necropsia al religioso y al abogado Rodríguez.

13 de junio de 2013

En medio de la polémica generada por el asesinato del sacerdote de la Iglesia Apostólica Anglicana Germán Giraldo y del abogado Marco Rodríguez, el Instituto Nacional de Medina Legal dio a conocer las causas de la muerte, luego de practicar la necropsia a los cadáveres.

Según Carlos Eduardo Valdés, director de la entidad forense, el religioso asesinado en la madrugada de este martes en la localidad de Kennedy, en el sur de Bogotá, fue ultimado con lo que se denomina “un disparo de gracia”, que entró a su cráneo y cuya trayectoria fue de atrás hacia adelante. 

Sobre el jurista, el director de Medina Legal aseguró que la causa de la muerte fue la pérdida de sangre, por cuenta de un disparo recibido en el tórax y que terminó alojándose en su hombro.

Por otra parte, Valdés descartó otro tipo de violencia en los dos cuerpos sin vida, mientras se logró establecer que los disparos fueron realizados con un arma corta. "La necropsia que realizamos a los cuerpos nos permitió establecer que estas personas murieron tras recibir cada uno un disparo con un proyectil de baja velocidad. Es decir, una pistola o un revólver”, aseguró el experto forense. 

Pero el trabajo de búsqueda de pruebas no termina ahí, puesto que la Unidad de Biología de Medicina Legal también analiza la ropa de las víctimas buscando rastro de los homicidas, resultados que se espera conocer en los próximos días. 

"Estos elementos son objeto de análisis de la Unidad de Biología, al igual que otras pruebas que fueron encontradas en el vehículo, que nos permitan avanzar en el caso", aseguró. 

El director de Medicina Legal indicó que sobre monseñor Rosendo Úsuga, quien acompañaba a las dos víctimas en el momento del hecho, no se han practicado pruebas, dado que no han recibido notificación judicial.

El misterio es el principal factor tras el asesinato del religioso y el abogado. Por ahora, la Fiscalía no ha logrado establecer la existencia de 200 millones de pesos en el vehículo en el que se movilizaban las víctimas, un vigilante y monseñor Úsuga, como se ha rumorado, pero lo que sí ha dicho la entidad es que de existir el dinero, este se iba a entregar a cambio de la caleta con dólares que estaría en Villavicencio.

El acuerdo para el intercambio se habría dado a través del vigilante Miller Arley Silva, de quien la Fiscalía dio a conocer un retrato hablado pues, aunque no tiene orden de captura en su contra, es fundamental para que declare sobre lo sucedido. Se desconoce su paradero desde cuando ocurrió el atentado. 
 
“Podemos señalar que a través de esta persona (Silva) se dice que en Villavicencio se encontró una caleta dólares y tarjetas de DMG. Los que la hallaron estaban interesados en dar dinero a esta iglesia Anglicana, pero que a cambio requería una recompensa de 200 millones de pesos, que serían los que llevaban el día de los hechos”, señaló Jorge Eduardo Saavedra, director Seccional del CTI Bogotá.

Según los primeros avances dados a conocer por Saavedra, todo fue organizado por el sacerdote Germán Giraldo, quien contactó al abogado Marco Rodríguez para que los acompañara a Villavicencio. Se cree que se trataría de un engaño del que había sido objeto el religioso y que hace parte de un modus operandi de organizaciones delincuenciales. 

“Ellos (Giraldo y Rodríguez) contactaron al obispo para que los acompañara a esta ciudad, toda vez que este vigilante había hablado con unos campesinos en Villavicencio. Personas que indicaron que tenía una caleta y que ellos requerían para entregar los dólares que estaban allí, la suma de 200 millones de pesos. El padre Germán había conseguido 175 millones de pesos y el faltante lo tenía desde la semana anterior”, indicó Saavedra.