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UNA ESPINA EN LA SOPA

Un cordial almuerzo ofrecido por García Márquez a Teodoro Petkoff y al que asistió B.B., desató la ira santa

5 de diciembre de 1983

Los colombianos sabían de la visita a Colombia del ex guerrillero y candidato presidencial del MAS (Movimiento al Socialismo) de Venezuela, Teodoro Petkoff, e incluso habían seguido con atención declaraciones sobre su libro "Proceso a la izquierda", que la semana anterior presentó en Bogotá la "Oveja Negra" .
Lo que ignoraban la gran mayoría de los colombianos era que en la agenda del visitante estaba incluído un almuerzo con el presidente Betancur. Fue una nota editorial de El Tiempo, titulada "No hay que exagerar", aparecida el día viernes, la que en términos duros y tajantes informaba que a Petkoff se le había ofrecido "una cena en el Palacio Presidencial". El editorial consideraba que "se les ha ido la mano a los recepcionistas" y anotaba, además, que "para un ex guerrillero, de cuya participación en actos de terrorismo y en atentados contra las fuerzas del orden se han omitido escrupulosamente las referencias, debe resultar poco discreto, por decir lo menos, un tratamiento de esa magnitud". Un día antes, en el mismo periódico, se había publicado en la página 15A una foto tomada por uno de los reporteros gráficos de El Tiempo, Jorge Parga, en la que aparecían el presidente Betancur, García Márquez, Petkoff, Bernardo Ramírez y otros invitados en el amuerzo que, según el pie de foto respectivo, había ofrecido Belisario Betancur al candidato Petkoff.
SEMANA pudo enterarse, sin embargo, de que aunque efectivamente existió un almuerzo en el que estuvieron juntos el presidente Betancur y Petkoff, éste ni fue ofrecido por el Jefe de Estado, ni tuvo lugar en Palacio. La verdadera historia era otra muy distinta. Petkoff visitó a Bogotá invitado por García Márquez. Dentro de las actividades programadas figuraba un almuerzo ofrecido por el Nobel en su honor. El encuentro tuvo lugar el miércoles pasado en el restaurante Tony Roma's, al norte de Bogotá, y a él asistieron Betancur, como invitado especial, el homenajeado Petkoff, el oferente García Márquez, el ministro de Comunicaciones Bernardo Ramírez, John Agudelo Ríos, Jaime Castro, Guillermo Angulo, cónsul en Nueva York, Alvaro Uribe Rueda, Ramiro Andrade, el filósofo Darío Mesa, un amigo venezolano de Petkoff y Margarita de Botero. También había sido invitado Galán quien no pudo asistir. Con esta lista de invitados lo que pretendía García Márquez era darle a Petkoff una visión política amplia de Colombia. Betancur llegó a la una en punto y comensales que ya ocupaban sus mesas en el restaurante no pudieron ocultar la sorpresa que les causó la entrada del Presidente. El almuerzo se desarrollaba animadamente, cuando apareció Jorge Parga, reportero gráfico de El Tiempo, quien se dirigió a la mesa y le preguntó a García Márquez que si podía tomar una foto de la reunión. Gabo le consultó al Presidente quien no vio problema. Durante el encuentro, Betancur tuvo la oportunidad de charlar con Petkoff, a quien conoce desde hace varios años y con quien se ha visto últimamente, a raíz de sus visitas a Caracas. Hacia las tres de la tarde se retiró el Presidente, acompañado por Bernardo Ramírez. Minutos después, García Márquez pidió la cuenta que canceló según el restaurante, con el cheque No. 00 4170 de Extebandes, por valor de $40.770, incluida una propina de $4.070 pesos. Curiosamente este fue el primer cheque girado por el Nobel, en los últimos 15 años, pues es su esposa, Mercedes, quien habitualmente se ocupa de estos asuntos.
SEMANA se enteró de que Enrique Santos Castillo, inspirador del editorial que criticó "las excesivas antenciones del Jefe de Estado a Petkoff", habría llamado el viernes en la mañana a Betancur para excusarse por las inexactitudes contenidas en él.
Mientras tanto en el Tony Roma's había un gran dilema: no sabían si cobrar el cheque o enmarcarlo.
De todas maneras, aunque el almuerzo se hubiera ofrecido en Palacio, no cabría tampoco justificación para la ira de los Santos, por cuanto Petkoff, amnistiado hace años en su país, no sólo se mueve actualmente en la legalidad, sino que también figura como candidato a la Presidencia de Venezuela a la cabeza de la tercera fuerza política del país.