PAZ
Una marcha pobre en Cali
Pese al llamado de las autoridades locales, los caleños no salieron masivamente.
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Si en algo son expertos los caleños, es en salir a las calles a marchar y
protestar; de hecho, cada mes en la capital del Valle se registra al menos una
protesta ciudadana masiva, reclamando sus derechos y denunciando abusos de
cualquier índole.
Pero este martes 9 de abril, cuando se creía que en la
capital del Valle miles de ciudadanos saldrían a sentar su respaldo al proceso
de paz, los caleños prefirieron quedarse en sus casas. Salvo algunos
funcionarios del municipio, la gobernación y grupos cívicos como Mujeres por La
Paz, la manifestación se vio pobre y deslucida. Se calcula que solo marcharon
unas 500 personas.
Una anécdota que resume el fiasco que resultó la
marcha en Cali, es que cuando los pocos manifestantes se concentraron en la
Plazoleta de San Francisco, el sitio indicado para culminar la caminata que
arrancó desde el Parque de las Banderas a las 9:30 a. m., estos se confundieron
entre los estudiantes de un colegio del Valle que gritaban arengas contra la
Gobernación, para exigir el nombramiento de docentes.
“Nuestra meta era
sacar a las calles unas mil personas, pero la gente no salió masivamente”,
reconoció a esta revista Ximena Hoyos, secretaria General de la alcaldía de
Cali.
El asunto llama la atención porque Cali y el sur occidente
colombiano es una de las regiones donde la izquierda democrática tiene mayor
representación. Y aunque existen diferencias en torno a las negociaciones que se
adelantan con la guerrilla de las FARC en la Habana, la resolución pacífica del
conflicto interno es una de sus consignas.
Para Fabio Cardozo, gestor de
paz del Valle, la ausencia de marchantes en Cali no se puede interpretar como un
No al proceso, “sino un descuido de los líderes de la ciudad”.
Dijo
además, que parte del problema consistió en que “en Cali nadie hizo una
convocatoria oficial y formal, la clase dirigente no se comprometió y muchos de
los marchantes se fueron para Bogotá”, reveló el funcionario.
En efecto,
el argumento de que muchas de las organizaciones sociales de la capital del
Valle prefirieron hacerlo desde Bogotá, también fue esbozado por integrantes de
Mujeres Por la Paz, “un grupo grande viajó hasta la capital del país, para
unirse a la gran marcha”, dijo una de las manifestantes caleñas.
Una
cosa distinta piensa Orlando Riascos, ex funcionario de la Comisión Nacional de
Reparación y Reconciliación, CNRR, y mano derecha del vicepresidente Angelino
Garzón y uno de sus escuderos políticos en el Valle, “no hubo organización”.
Sin importar cual sea la explicación, en el fondo la imagen que dejó la
jornada es que los caleños no salieron a marchar, una verdadera paradoja, ya que
es una de las ciudades más golpeadas por la violencia de las FARC.