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Paramilitarismo

Una operación de película

La investigación del FBI y la DEA que llevó a la captura de dos dirigentes de las AUC en Costa Rica la semana pasada parece sacada de un guión de Hollywood.

10 de noviembre de 2002

El pasado 6 de noviembre el secretario de Justicia de Estados Unidos, John Ashcroft; el director del FBI, Robert Mueller, y el director de la DEA, Asa Hutchinson, anunciaron en rueda de prensa en Washington que el día anterior, en San José de Costa Rica, agentes del FBI y de la DEA habían arrestado a dos comandantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y a dos de sus cómplices en Houston. Revelaron que, luego de una investigación encubierta que duró más de un año, a la que bautizaron Operación Terror Blanco, establecieron que estas personas intentaron concretar un negocio de compra de un gigantesco cargamento de armas -incluidos lanzamisiles y lanzagranadas- a cambio de cocaína y dinero en efectivo por un valor de 25 millones de dólares.

"La guerra contra el terrorismo se ha unido a la guerra contra las drogas ilícitas", dijo Ashcroft, quien explicó que los cargos contra los acusados, conspiración para distribuir cocaína y para proveer soporte material y recursos a una organización terrorista extranjera, podrían acarrearles sentencias hasta de prisión perpetua.

Una rueda de prensa con la plana mayor de la justicia estadounidense y el despliegue informativo del operativo de captura en San José, que le dio la vuelta al mundo, reflejan el calibre de la decisión de Estados Unidos de perseguir a los paramilitares colombianos. Cada vez parece menos válida la tesis que circuló, cuando se dijo que la petición de extradición de Carlos Castaño por parte de gobierno gringo era fruto de un arreglo con el jefe de las AUC.

Es que los paramilitares capturados no son de menor rango. El uno, alias 'César López', o 'Napo', fue identificado como 'Rodrigo' o 'Doble Cero' por un ex miembro de las AUC que está colaborando en varias investigaciones del FBI y la DEA sobre este grupo paramilitar. No obstante, fuentes consultadas por SEMANA que conocen a 'Doble Cero' o 'Rodrigo' el temido jefe del Bloque Metro de las AUC que opera en Medellín y el oriente antioqueño dudan que se trate de él. Existe, sin embargo, cierto parecido.

El otro capturado, alias 'Emilio', en la indagatoria ante la justicia de Costa Rica se identificó como Fernando Blanco Puerta. Según las grabaciones en video, los correos electrónicos y los testimonios aportados como pruebas por las autoridades estadounidenses, los dos buscaban armas para diferentes frentes de las AUC y ambos son miembros de alto rango de esa organización.

La trampa

No sólo por su nombre la Operación Terror Blanco fue como sacada de una película. SEMANA tuvo acceso al testimonio del agente especial del FBI Mark C. Kirby -involucrado junto con agentes de la DEA en la investigación de las AUC-, en el que relata con lujo de detalles cómo este trabajo de espionaje arrancó en septiembre de 2001.

Fue una trampa. Agentes encubiertos y los dos ex miembros de las AUC que les colaboraron se hicieron pasar como vendedores de armas provenientes de los países de la ex Cortina de Hierro, se ganaron la confianza de un traficante de Houston con doble nacionalidad, colombo-venezolana, llamado Carlos Alí Varela Romero, y su subalterno, un ciudadano danés llamado Uwe Jensen, y les ofrecieron venderles armas a sus contactos paramilitares en Colombia. Los intermediarios, y luego los dos jefes de las AUC, cayeron en la celada e intentaron negociar la compra de las armas, ofreciendo cocaína a cambio.

El asunto comenzó en septiembre del año pasado cuando el Testigo Colaborador (TC), ex miembro de las AUC, conoció a Jensen, y éste a su vez le presentó a su jefe Romero. En una cita posterior, en Houston, Romero le preguntó a TC si podía conseguirles armas rusas a sus contactos en Colombia, quienes las pagarían con cocaína. TC le contó al FBI y éste comenzó a averiguar por Romero y sus amigos colombianos. Para atender la petición de Romero el FBI y TC prepararon una presentación en Power Point con fotos e información técnica de un abanico de armas de los países de Europa oriental. TC le dijo a Romero que las armas estaban en cinco contenedores listos para despacho marítimo. Romero le contó luego a TC que había enviado su moderna presentación a varios clientes potenciales en Colombia.

El 10 de enero de este año los investigadores dieron un paso más. TC le presentó a Romero a 'Alexander' como el contacto ucraniano que les conseguiría las armas. En realidad era un policía secreto de origen ucraniano. Después de varias reuniones, que fueron secretamente grabadas, Romero acordó con Alexander pagarle 25 millones de dólares en cocaína y efectivo a cambio de los cinco contenedores.

Un mes después Romero, TC y Alexander se encontraron en Houston para seguir discutiendo cómo se realizaría el negocio. Romero también quería saber si la empresa de Alexander podía proveerle aviones de carga rusos IL-76 para transportar grandes cargamentos de cocaína de Suramérica a Europa. En otra cita el mismo día entre Alexander y Jensen (la llave estadounidense de Romero), este último le dijo que Romero era socio de Carlos Hernández, "asesor financiero y mano derecha" de Carlos Castaño. También le contó a Alexander sus aventuras en las selvas del norte colombiano con Romero y Hernández.

La siguiente cita fue en Londres en marzo 28 de 2002. Allí Romero acordó que, una vez que las AUC inspeccionaran uno de los contenedores de armas para asegurarse de que en efecto existían, los colombianos pagarían el 25 por ciento del precio de compra, y cuando les hicieran llegar el certificado de embarque de las armas hacia Colombia pagarían otro 25 por ciento. Al recibo de las armas pagarían el resto. Romero escribió sus cuentas en un papel, hoy prueba en manos del FBI.

A finales de abril el FBI hizo transportar una carga de armas a St. Croix, en las Islas Vírgenes. En la vecina St. Thomas se encontraron Alexander, Romero y una mujer que lo acompañaba y que él presentó como Raquel. De allí viajaron en ferry a St. Croix y dos agentes encubiertos del FBI los recogieron y condujeron hasta una bodega. Allí les mostraron las armas: 20 metralletas, 51 rifles de asalto AK47 y 29 Mpiks-74, pistolas, rifles de precisión y misiles antiaéreos para cargar al hombro, entre otras. Para sorpresa de los agentes secretos Raquel fue la encargada de inspeccionar las armas, manipularlas y hacer las preguntas técnicas.

Ese mismo mes Romero habló de que quería venderles armas a dos grupos de las AUC: que llamó A y B. Las negociaciones siguieron, sólo que ahora estaban diferenciando las que iban para el grupo A y las que iban para el B. En junio el A dijo que quería 273 rifles de asalto de 200 dólares cada uno, 100.000 granadas y 250.000 rondas de munición para AK-47. El costo total del pedido era de 829.600 dólares y lo pagarían con cocaína avaluada a 3.000 dólares por kilo.

En agosto, luego de una reunión en Panamá, Romero envió un correo electrónico a Alexander que decía del grupo A: "Ellos juntarán una orden y proveerán una carga consolidada con el grupo B. El oficial Napo está bien entrenado en la materia, entrenó en Israel, discutirá su logística. Este grupo es de mi sede y agradeceré si escucha su orden". A los pocos días Romero llegó con Napo a la habitación de Alexander en un hotel en Panamá. Napo insistió en que debía hacer una inspección de las armas y que la que Raquel había hecho no valía para su grupo. Le dijo además que tenía 150 kilos de cocaína en ese momento pero que no podía dárselos como cuota inicial pues ya eran para otro cliente.

El FBI le mostró a otro colaborador, ex miembro de las AUC, la foto de Napo, y éste aseguró que se trataba del comandante 'Rodrigo' o 'Doble Cero', que era el jefe de las AUC para el Magdalena Medio y que fue militar. También dijo que había entrenado nuevos combatientes de las AUC en la finca del colaborador. Además informó este individuo que Napo traficaba cocaína con Romero Vanoy, alias 'Cuco', y con Carlos Mario, alias 'Macaco' (los dos son conocidos por las autoridades colombianas como grandes narcotraficantes y Vanoy aparece en la página de las autodefensas en Internet como miembro de su estado mayor).

En octubre Romero ofreció darle a Alexander 15 tanques ISO -enormes contenedores especiales para el transporte de químicos en líquido- como cuota inicial del negocio. Alexander dijo que los aceptaría y comenzaría a preparar el embarque de armas. Jensen luego envió documentos que demostraban que siete tanques ISO habían sido enviados a Houston para que TC los recogiera en CMS Chemical Transport, un lugar de almacenamiento de estos tanques. El envío se hizo bajo el nombre de Poseidon Inc., una empresa de Romero.

El pedido del grupo B

Paralelamente, en agosto, Romero tramitó ante Alexander el pedido de armas del grupo B y anunció que sería 'Emilio' quien lo tramitaría a nombre de las AUC, con una orden respaldada por el "comandante supremo". En el cruce de correos electrónicos se destaca uno que le envió Romero a Alexander, en el que le dice que su empresa requiere una inspección de todo el cargamento y que "la posición de Carlos en esta negociación es muy importante para mí porque él es no sólo mi amigo sino una persona que inspira mi confianza". Al final le envía "abrazos de mis superiores y míos". Luego de una nueva cita en Panamá y varios cruces de mensajes electrónicos Romero le dijo a Alexander que el grupo B quería comprar el contenedor número 3 por un precio de dos millones de dólares. Y que, una vez concretado este negocio, comprarían los demás por 19 millones de dólares adicionales. Más tarde Jensen escribió a Alexander diciéndole que "Emilio era uno de los jefes de CC y uno de sus comandantes en que confía a cargo de operaciones y logística". Según TC, Jensen y Romero se referían a Carlos Castaño como CC o el líder de las AUC.

Se volvieron a reunir Emilio, Alexander y Romero en Panamá el 19 de octubre pasado y allí discutieron de nuevo sobre la necesidad de inspeccionar las armas. Ante la insistencia de Alexander de que Raquel ya había hecho la tarea Emilio contestó: "No soy ninguna Raquel. Soy un comandante". Además dijo que ya había tenido malas experiencias con prepagos en compras anteriores de armas de proveedores chinos e israelíes. Emilio explicó que su organización podía enviar cocaína a Canadá, Miami o Houston, e incluso a Rusia, donde ya habían enviado embarques antes. Dijo que tenían rutas muy seguras para sacar la cocaína de Venezuela, Colombia o Brasil. Acordaron una inspección de armas, luego de la cual Emilio enviaría a Alexander un millón de dólares en cocaína (182 kilos aproximadamente) y uno en efectivo.

La historia que sigue es la que ya conoció el mundo y anunció Ashcroft en Washington la semana pasada. Todos, Romero, Jensen, Emilio y Napo fueron capturados en Costa Rica y ahora Estados Unidos prepara su caso para pedir su extradición y posterior juicio en ese país. Es mucha la información que sobre las AUC les ha dado este golpe a las autoridades estadounidenses y que seguramente pesará en el juicio a Castaño.