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Imágenes de la hacienda 'Las Tangas'. En el recuadro, Fidel Castaño. | Foto: Archivo SEMANA - Unidad de Restitución de Tierras

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El Gobierno devolvió a las víctimas el santuario del clan Castaño

La hacienda ‘Las Tangas’ pertenecerá ahora a los desplazados por la violencia de los paramilitares.

12 de diciembre de 2014

El Gobierno devolvió hoy a víctimas del conflicto armado la hacienda ‘Las Tangas’, situada en el departamento de Córdoba y antiguo bastión del clan Castaño, familia que impulsó las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Durante el acto, al que acudieron el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, y diferentes autoridades locales, los dueños de esas tierras, despojados en los años 90 de su propiedad por las amenazas de los paramilitares, recuperaron la titularidad de 1.000 de las 4.000 hectáreas que componen la simbólica finca.

En este territorio, situado en los alrededores del municipio de Valencia, a más de 100 kilómetros de Montería, el líder paramilitar Fidel Castaño, alias ‘Rambo’, formó su primer ejército ilegal y desde él partieron las unidades que perpetraron algunas de las peores matanzas de Colombia.

En su intervención, Iragorri recordó esos actos, algunos de "los más horribles en la historia del país", y destacó que ahora "se cambiará el ruido de las balas por los gritos de los campesinos" en la finca que hoy fue renombrada como ‘Nueva Esperanza’.

Asimismo, subrayó que para resolver la situación que viven los trabajadores del campo que fueron despojados de sus propiedades rurales durante los años 90 solo había dos opciones "echarle tierra a la historia o hacer historia devolviendo las tierras".

La devolución de estos campos a los antiguos dueños viene precedida de diversas sentencias judiciales basadas en la Ley de Restitución de Tierras que fue aprobada en 2011 y de muchas críticas por parte de sectores que afirman que pese a que las decisiones estaban tomadas sobre el papel en la práctica no se estaban aplicando.

Tras las oportunas sentencias, la Unidad de Restitución de Tierras (URT) elabora informes macroterritoriales y microterritoriales que incluyen análisis de la situación de seguridad del terreno, así como de las posibilidades de producción y las necesidades de los trabajadores del campo.

Una vez finalizado el proceso, que puede demorarse hasta un año, según informaron a Efe fuentes de la URT, se produce la devolución efectiva de las tierras.

Hasta la fecha se han producido 1.200 sentencias judiciales que han derivado en la devolución de más de 80.000 hectáreas de terreno a unas 13.000 familias, según destacó hoy Iragorri.

En el caso de ‘Las Tangas’, los campesinos se vieron obligados a abandonar sus tierras bajo las amenazas de los hermanos Castaño, quienes les forzaban a aceptar precios irrisorios por sus propiedades.

"Si no aceptas tú (el precio), será tu viuda o tus huérfanos", les decían a los habitantes del lugar según recordaban algunos de ellos hoy.

Ante esa tesitura de tener que elegir entre la vida o sus tierras muchos debieron abandonar la zona, especialmente el caserío de Villanueva, y marcharse a otras ciudades ya que toda la región estaba bajo el control de los paramilitares.

Una de las campesinas que recibió hoy los títulos que le garantizan esas tierras, Cecilia Reyes, afirmó a Efe que esa restitución le hizo sentir "muy contenta y feliz" porque supone tanto para ella como para su marido, dueño de las tierras, "una nueva esperanza".

Pese a que diferentes ciudadanos de la zona afirman que todavía hay presencia de las bandas criminales nacidas tras la desmovilización de las AUC en 2006, como el grupo "Águilas Negras", Reyes afirmó "no tener miedo a represalias".

En el mismo sentido se expresó otro de los beneficiados, Roberto Carlos Arrieta, cuyo padre hubo de abandonar sus propiedades hace casi dos décadas.

Ese temor, presente en la ceremonia de hoy, en la que hubo una notable presencia de fuerzas militares y policiales, parece no amedrentar a estos ciudadanos que aún tienen reparos para hablar de los oscuros años 80 y 90.

"Para nosotros, estas tierras son un bienestar, podremos volver a cultivar y depender de la ganadería", concluyó Arrieta.