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El misterioso uribista

'El Tiempo' habla sin dar el nombre de un importante uribista que tendría graves nexos con Odebrecht. Uribe en un trino le pide a su gente que cada uno de los que tuvo algo que ver con la multinacional cuente cómo fue. Algunos creen que se refiere a Andrés Felipe Arias.

31 de julio de 2017

El domingo pasado El Tiempo publicó un artículo titulado Con audios, chats y fotos, Otto Bula entregó a ‘Ñoño‘ Elías, que contiene el siguiente párrafo: “Según la Fiscalía, hubo coimas adicionales que superaron los 30.000 millones de pesos y todo indica que fueron repartidos, en el primer semestre de 2010, bajo la misma modalidad: contratos fantasmas. El efectivo habría llegado, al final, a altos funcionarios de la época que cabildearon ante diferentes instancias del Gobierno para que Odebrecht se quedara con la obra. Uno de ellos, residente en Estados Unidos, hasta hace poco habría recibido una mesada de la brasileña a cambio de su silencio. De ese paquete rastrean 10 millones de dólares que terminaron en Europa”.

Como el primer semestre de 2010 correspondió al último año del Gobierno Uribe, el expresidente rápidamente trinó: “Pregunto: ¿en 2010 quién o quiénes ex de mi gobierno o candidatos afectos recibieron dinero o tuvieron contratos con Odebrecht y cuál la causa?”.

La combinación del artículo y el trino pusieron a muchos a especular sobre a quién se referían tanto el periódico como el expresidente. Palabras más, palabras menos, el diario afirmaba que el funcionario del Gobierno Uribe, residente de Estados Unidos, no solamente habría participado en la repartición de sobornos, sino que además habría sido mantenido económicamente en ese país por la multinacional brasileña a cambio de su silencio. La cosa es bastante rara pues en Odebrecht lo único que no se ha visto en los últimos meses es silencio. Allá todos los ejecutivos acusados están negociando sus penas a cambio de “cantar”, y ese es el origen del escándalo mundial. En ese contexto el concepto de comprar silencio sorprende.

Como a los que Uribe les pedía clariad eran los “ex de mi Gobierno” y “candidatos afectos”, José Obdulio Gaviria y Julio Sánchez Cristo trataron de resolver el enigma en una entrevista en La W. José Obdulio comenzó por aclarar que cuatro personajes importantes de ese Gobierno viven en la actualidad en Estados Unidos: Andrés Peñate, Carolina Barco, Luis Alfonso Hoyos y Andrés Felipe Arias. A primera vista ninguno de esos cuatro nombres encaja con dineros ilegales provenientes de la contratación de obras públicas. Al final del segundo Gobierno de Uribe, Peñate era exdirector del DAS, Carolina Barco era excanciller y exembajadora en Estados Unidos, Luis Alfonso Hoyos era embajador ante la OEA, y Andrés Felipe Arias era exministro de Agricultura. Ninguno de esos cargos tiene que ver directamente con la infraestructura.

Por lo tanto la búsqueda del enigmático personaje tendría que relacionarse más bien con las palabras “Candidatos afectos” del trino de Uribe. Al respecto cuatro nombres caben en esa categoría: Tres de la campaña de 2010; Juan Manuel Santos, Noemí Sanín y Andrés Felipe Arias; y uno de 2014, Óscar Iván Zuluaga. En el caso del actual presidente y de Zuluaga ya son de conocimiento público los supuestos aportes que sus campañas recibieron de Odebrecht, por lo tanto no puede ser a ninguno de ellos a quien se refiere el diario. Lo que no se sabe es si las campañas de Arias y Noemí también recibieron alguna financiación de la multinacional brasileña.

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Pero como el enigmático personaje vive en Estados Unidos, solo hay uno de los candidatos que llena ese requisito: Andrés Felipe Arias. A pesar de su escándalo por Agro Ingreso Seguro, este nunca había sido considerado corrupto en términos personales. Agro Ingreso Seguro fue una política de Estado basada en la premisa de que el desarrollo del agro se conseguía más fácilmente subsidiando el riego de los propietarios de fincas que las políticas paternalista de apoyo a los campesinos. Esa teoría neoliberal dio lugar a centenares de proyectos exitosos y en algunos casos los beneficiarios fueron terratenientes acaudalados.

El problema es que eso también dio lugar a cinco escándalos de fraccionamientos de tierras en que esos mismos latifundistas parcelaban sus propiedades para obtener el subsidio más de una vez. Arias está acusado de haber autorizado esos subsidios irregulares y de haber recibido aportes para su campaña presidencial de esos terratenientes. Ese enredo lo tiene en Estados Unidos ad portas de la extradición a Colombia para cumplir una condena de 17 años de cárcel y 30.000 millones de pesos de multa.

Las opiniones sobre su caso están divididas. Algunas personas lo consideran totalmente inocente y víctima de una persecución de la Corte Suprema de Justicia por el hecho de ser uribista. Otros consideran que metió la pata por ambición política, pero que como nunca se benefició personalmente su condena es exagerada. Lo que jamás se había pensado hasta ahora es que fuera corrupto en términos personales, por lo tanto todavía hay dudas de que el personaje mencionado por el diario El Tiempo sea él. Se sabe que su situación económica es muy precaria y que sus amigos han hecho vacas para ayudarle a pagar el costo de los abogados. Su nombre, sin embargo, está comenzando a rodar en las redes sociales por una nota que apareció en Noticias Uno en 2015. Se trata de una reunión al final del Gobierno Uribe en la que aparecen directivos de Odebrecht con el primer mandatario en la cual Arias está presente. Esa reunión tuvo lugar el 17 septiembre de 2009, cuatro meses antes de la firma del contrato del Gobierno con la multinacional para la construcción de la Ruta del Sol. La presencia en la Casa de Nariño de Arias, quien en ese momento era precandidato presidencial, en esa época despertó más curiosidad que suspicacias; para entonces Odebrecht era considerada una de las multinacionales más respetadas del mundo. La leyenda negra en la que se ha convertido en la actualidad no se conocía aún.  

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Si Arias recibió para su campaña financiación de Odebrecht no sería el fin del mundo. En Colombia la violación de los topes electorales era percibida como un pecado venial pues todo el mundo lo hacía. Eso ha cambiado en los últimos meses y a partir de ahora se ha convertido en un problema serio. Las campañas tanto de Juan Manuel Santos como de Óscar Iván Zuluaga están siendo objeto de investigaciones al respecto que tendrían consecuencias graves jurídicas y políticas. Es la primera vez en que esa irregularidad ha sido objeto de una posible apertura de proceso. Otra explicación puede ser que Arias tuviera un contrato legal con la empresa luego de ser ministro.

El artículo de El Tiempo se refiere a cosas más graves que a aportes electorales. Habla de repartición de coimas, de tráfico de influencias para obtener contratos y de una mesada para comprar silencio. Eso sí suena a pecado mortal. Por algo parecido está en la cárcel el exviceministro de Transporte Gabriel García Morales, quien recibió 6,5 millones de dólares. Nadie se ha imaginado a Andrés Felipe Arias en una situación similar, pero como vive en Estados Unidos y apareció en ese video de Noticias Uno, su nombre está sobre el tapete. Sin embargo, el hecho de que el periódico El Tiempo sabiendo el nombre, decida no mencionarlo, no hace sino aumentar el misterio.