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A DIFERENCIA DE CASTRO, QUE PENSABA QUE EL PODER SE TOMABA POR LAS ARMAS, CHÁVEZ HA COMPRENDIDO QUE SE PUEDE GANAR CON DINERO Y CON POPULISMO

Al paredón con María Isabel

¿Usted de verdad piensa que el comunismo se va a tomar el poder en Colombia?

El escritor, periodista y ex embajador Plinio Apuleyo Mendoza le responde a María Isabel Rueda

12 de mayo de 2007

M.I.R.: Acaba de publicar El regreso del idiota, la segunda parte del Manual del perfecto idiota latinoamericano. ¿Quién es el 'idiota'?
P.A.M.: Es un populista de todos los pelajes pero, ante todo, es el izquierdista primario. Es un mal médico que se equivoca en los diagnósticos y en los remedios. En el caso de la pobreza, dice: somos pobres porque los países ricos nos explotan, o por culpa de las multinacionales, o de la globalización, o del neoliberalismo. Y propone como remedio exactamente la causa del mal, que es el Estado, para que redistribuya la riqueza. Y resulta que lo que les quita a los ricos y a los pobres el Estado lo guarda, y los únicos beneficiarios son los gobernantes populistas y los empresarios mercantilistas, que derivan sus ingresos de las prebendas del Estado.

M.I.R.: ¿Por qué regresó el 'idiota'?
P.A.M.: Por el descrédito del mundo político en América Latina. Se convirtió en una especie de mandarinato, con sus propios intereses y donde se conjuga muy bien el verbo dar: yo te doy, tú me das. La gente comenzó a buscar outsiders, como Chávez, Evo y Correa. Y dos, por el mal llamado fracaso del neoliberalismo, en contra de la evidencia de lo sucedido en Chile. Nuestro amigo el 'idiota' es experto, al igual que hacía Stalin, en utilizar la fórmula de la reiteración. De tanto repetir algo, se vuelve una verdad, como la del fracaso del neoliberalismo. Se necesitaba aplicar el modelo completo. Se hizo la apertura, pero no se cambió el Estado. Se hicieron las privatizaciones, pero se convirtieron en monopolios públicos o privados. Hubo una distorsión total del modelo.

M.I.R.: De regreso a Colombia de la embajada en Portugal, ¿cómo ve la seguridad democrática?
P.A.M.: Es evidente que hay una mayor presencia del Estado, a través de sus autoridades y de las Fuerzas Militares. ¿Pero basta eso para derrotar a la guerrilla? No. Las Farc utilizan la combinación de formas de lucha. Cuando son contenidos en el plano militar, se recuestan en las juntas de acción comunal, en las cuales han hecho una importante labor. Las tienen controladas con el dinero del narcotráfico. Esa pelea si no la pueden dar los militares.

M.I.R.: ¿Eso es suficiente para pensar que el comunismo está cerca de tomarse el gobierno en Colombia?
P.A.M.: Es que hay una cosa mucho más grave: la lucha política de la guerrilla se trasladó a las ciudades. Corre por cuenta de Alfonso Cano en desarrollo del llamado Partido Comunista Colombiano Clandestino, PC3, con el apoyo del Movimiento Bolivariano, que es más amplio. A los 'mamertos' tradicionales del partido los dejaron de lado, y desde hace siete años actúan los miembros del PC3, cuya primera instrucción es no dejar conocer su filiación ideológica ni política. No son unos tipos primarios sino gente de cierto nivel, se ganan la vida por su propia cuenta y deben infiltrar todos los estamentos del Estado y los medios de comunicación. El infiltrado descubierto en las Empresas Públicas de Medellín era un PC3.

M.I.R.: Con todo respeto, suena muy novelesco… ¿A los PC3 los entrenan para tomarse el Estado?
P.A.M.: Los PC3 son tipos formados a los que instruyen para que no se dejen ubicar. En los medios de comunicación andan tranquilos. A veces leo El Tiempo y digo: ¡Ay, Enrique, ay Rafael, allá hay unos PC3 metidos haciendo titulares!

M.I.R.: ¿También hay PC3 en SEMANA?
P.A.M.: En Semana también hay. Suministran informes aprovechando la codicia informativa, la primicia… Pero también infiltran el DAS, la Procuraduría, la Fiscalía, muchísimo a la rama judicial. Antes de la masacre aquella de 11 agentes del DAS en el Norte de Santander, un reinsertado al que le doy la mayor credibilidad me dijo: "Infiltraron el DAS. Y precisó: Los emboscaron en una operación secreta". Después me anunció lo de las bombas en el TransMilenio….

M.I.R.: ¿Qué más le ha anticipado su informante?
P.A.M.: Para que el país abra el ojo: ha habido un cambio en la concepción estratégica de las Farc. Seguían el modelo chino, el de la guerra popular prolongada. Y en eso se aguantaron 40 años. El cambio de ahora tiene que ver con la influencia de Chávez, y consiste en el convencimiento de que se pueden ganar las elecciones con plata y con populismo, a diferencia de Castro, que hace 50 años pensaba que había que llegar al poder por las armas. Llenó el continente de guerrillas y la única que subsistió fue la nuestra, por el apoyo del narcotráfico. En este sentido, ya hay un manifiesto de Cano que dice que hay que apoyar los movimientos democráticos. No es que diga que el Polo vaya a ser un instrumento de las Farc, en esa caricatura no caigo, pero evidentemente sí va a tener su apoyo, aunque no lo pacten, y Chávez nos va a vender el "formatico" de la Asamblea Constituyente, por la que entraríamos irreversiblemente a un camino en el que se va a dejar de lado la democracia para entrar en esa fábula que es el socialismo del siglo XXI.

M.I.R.: ¿Qué va a ocurrir en 2010?
P.A.M.: Si no hay concertación entre los casi ocho candidatos que podría tener el uribismo, en segunda vuelta veremos enfrentado al Polo con la única fórmula factible: el Partido Liberal con César Gaviria como candidato. Con más ventajas del Polo, porque es lo nuevo, en cambio Gaviria y el Partido Liberal son lo viejo. Si usted va a las universidades, y no hablo de las populares, sino de las más elitistas como la Javeriana o la de Los Andes, ya hay unas mayorías por el Polo, que aplauden a Carlos Gaviria y silban a Marta Lucía Ramírez. Está de moda una izquierda light, porque es más elegante ser de izquierda.

M.I.R.: ¿Cómo ha visto el proceso de la para-política?
P.A.M.: Terrible, porque se han cometido muchas injusticias. Aquí existen dos países: uno que tiene un pie en el primer mundo y otro en el tercero. En el del primer mundo abundan las revistas llenas de niñas medio desnudas, maravillosas, la gente se la pasa en discotecas, en restaurantes, los periodistas opinan y se legisla para el segundo país, el que no se conoce. Yo sí lo conocí como reportero. Hace varios años en ese otro país todo el mundo sabía quiénes eran los elenos, quiénes eran los de las Farc. Cuando volví a esas zonas, un tiempo después, la gente estaba feliz porque los paras ya no dejaban arrimar a la guerrilla. Ahora he vuelto a esas mismas zonas donde ya es evidente que los paras no se limitaron a ser policía privada sino que comenzaron a meterse en el narcotráfico, a matar y a secuestrar gente, y vino el horror. Ese horror es real.

M.I.R.: ¿Entonces, donde está la injusticia del proceso?
P.A.M.: En que todo el mundo en Colombia tuvo contacto con los paras en la segunda fase. El solo contacto no es delito.

M.I.R.: ¿O sea que cree que se está cometiendo una injusticia con los llamados 'para-políticos'?
P.A.M.: Con algunos. Las he visto flagrantes, como en los casos de Jorge Noguera y Álvaro Araújo. Me fui a La Picota, hablé con Araújo y leí su expediente. La acusación en su contra se basa en una carta de la que su firmante se retractó. Los magistrados de la Corte, que no sé si están actuando con el rigor del caso, o por un clima creado por la prensa, o guiados por sentimientos contra el Presidente por la tutela, no aceptaron esa retractación y dictaron medida de aseguramiento. Eso no tiene validez.

M.I.R.: ¿Y cuál es la injusticia contra el ex director del DAS Jorge Noguera?
P.A.M.: Lo conozco de tiempo atrás, es muy limpio. Cuando descubrió que el señor García estaba borrando prontuarios, lo denunció. A García lo condenaron a 18 años, con la opción de que si confiesa más, le rebajan. Está vengándose de quien lo llevó a la cárcel y está confesando cosas tan estúpidas como que había un complot para matar a Chávez. Y le voy a decir una barbaridad.

M.I.R.: Adelante…
P.A.M.: Trescientos mil muertos hubo en Colombia entre el año 47 y el 57. Imagínese que en vez de que Laureano Gómez y Alberto Lleras hubieran doblado la página al pactar el Frente Nacional, se hubieran detenido en que todo el mundo confesara sus crímenes, que las víctimas fueran reparadas… ¿Usted se imagina lo que habría sido eso?

M.I.R.: ¿Me está diciendo que ahora también hay que doblar la página?
P.A.M.: Hago esa comparación sabiendo que es una barbaridad porque finalmente en esa época se inventaron una palabra metafísica que llamaron "violencia", por cuenta de la cual a los liberales de la época les tocó repartir las culpas por mitades entre los dos partidos. En el caso concreto del paramilitarismo, la culpa es esencialmente la falta del Estado. En el proceso de la para-política ha habido una manipulación, con la posibilidad de que esta guerra esté siendo alimentada por debajo por el PC3 para provocar una gran campaña de desestabilización institucional que tiene incluso graves repercusiones en el exterior.

M.I.R.: Se me acabó el espacio. Mucha suerte con el 'Idiota'…
P.A.M.: Espero que no lo vayan a reseñar en SEMANA con el título que la desaparecida María Mercedes Carranza le puso hace 10 años al Manual: Autorretrato de tres idiotas…

M.I.R.: (Risas). ¿Entonces yo tampoco puedo preguntarle por qué coincide su visita al país con El regreso del idiota? (Risas).