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'Vendetta'

El hallazgo de varios cuerpos descuartizados en los alrededores de Bogotá es otro episodio de la lucha por el control de los Sanandresitos de la capital.

15 de diciembre de 2003

El lunes de la semana pasada el administrador de una finca cercana al aeropuerto El Dorado vio que varias bolsas blancas de las utilizadas en el transporte de abonos agrícolas estaban atascadas en la entrada del tubo de un caño que conduce aguas negras hacia el río Bogotá. Para evitar que por causa de las intensas lluvias el caño se desbordara e inundara la finca decidió acercarse para retirar las bolsas. Al aproximarse notó un olor fétido y optó por abrir una de éstas para averiguar qué había en su interior. Lo que halló lo dejó aterrorizado. Encontró el tronco y la cabeza de una persona. Inmediatamente informó a la Policía de su macabro descubrimiento.

Cuando los uniformados llegaron al lugar en compañía de miembros del CTI de la Fiscalía la escena no podía ser más dantesca. En total había 16 bultos. En algunos de ellos venían troncos y cabezas, y en otros las piernas y los brazos. En una bolsa estaba toda la ropa de las víctimas. La diligencia para el levantamiento de los cadáveres tomó 14 horas. De acuerdo con los investigadores los siete cuerpos encontrados estaban en avanzado estado de descomposición y habían sido descuartizados hace varias semanas utilizando una motosierra.

El viernes pasado cinco de las siete víctimas, con edades entre los 25 y 35 años, habían sido identificadas. Hacían parte de un grupo de 13 comerciantes del sector de Sanandresito que desde el pasado 26 de noviembre habían sido reportados como desaparecidos por sus familiares. Aunque las autoridades no han señalado oficialmente a los responsables del múltiple asesinato, hacia el final de la semana varios testimonios y pruebas recogidas por los investigadores empezaron a consolidar una tesis sobre los posibles autores de la masacre. De acuerdo con varios testigos, que ya han rendido indagatoria, cada uno de los comerciantes recibió la orden de uno de los jefes de una de las oficinas que los paramilitares tienen en la zona de acudir a una reunión. Aunque nunca les aclararon el propósito de la misma los citados acudieron a la fatal cita. Fue la última vez que los vieron. Ninguno de los comerciantes desaparecidos tenía antecedentes penales o tenía vínculos con algún grupo al margen de la ley.

"Se trata del más reciente episodio de la lucha que se libra por obtener el control de la zona de Sanandresito", dijo a SEMANA uno de los investigadores de la Sijin que lleva el caso. "Después del carro bomba que estalló frente a una de las oficinas de cobro de los paramilitares ellos comenzaron a buscar los responsables del ataque o a quienes les habían ayudado. Los comerciantes que desaparecieron parecen ser víctimas de esa cacería de brujas que desataron los paramilitares en busca de venganza", concluye el alto oficial. El pasado 8 de octubre en el Sanandresito de la calle 38, la detonación de un carro bomba dejó seis personas muertas y más de 20 heridas. Las autoridades señalaron que el acto terrorista lo cometió la guerrilla como parte de la guerra contra los paramilitares del Bloque Centauros de las autodefensas del Meta cuyas actividades en el sector han sido denunciadas repetidas veces por los comerciantes y la misma Policía.

La guerra por el control de los Sanandresitos lleva varios años años y episiodios. Primero llegaron los hombres de las autodefensas del Casanare, al mando de Martín Llanos, y sacaron a sangre y fuego a los milicianos de la guerrilla que allí operaban. Poco después los paramilitares del Centauros se enfrentaron a los de Llanos y se quedaron con los Sanandresitos. Ahora ellos están en guerra con los hombres de Llanos y la guerrilla que intentan recuperar la zona.

Pero si bien esa situación es preocupante, la sevicia con la que se cometieron los asesinatos de los comerciantes que fueron descuartizados eleva la confrontación a un nivel de barbarie que hace inaplazable una acción enérgica de las autoridades para ponerle freno a una situación que está fuera de control.