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| Foto: Ricardo Ospina

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“No van a lograr destruir nuestra familia”: esposa de Carlos Ferro

En una entrevista en 'Blu Radio', el ex viceministro y su mujer, Marcela Pineda, hablaron descarnadamente de lo que ha significado para ellos la publicación del video sexual.

18 de febrero de 2016

En un acto de valentía y unión familiar, el exsenador Carlos Ferro y su esposa, Marcela Pineda, decidieron enfrentar el escándalo alrededor de su intimidad que ha encendido un profundo debate nacional. El ex viceministro y su esposa llegaron a la cabina cogidos de la mano. Ella comenzó la entrevista contando que los últimos días han sido muy difíciles para su familia, pero que lo más importante ha sido que este escándalo no los separe.

Marcela aseguró que la unidad de la pareja la soporta el amor que tienen por sus dos hijos, de 15 y 10 años. “Nadie sabe el hombre con el que yo he vivido estos últimos 20 años”. Aseguró que su esposo es un padre de familia responsable y entregado que nunca ha faltado a los deberes de su hogar. “La intimidad de Carlos es de él, el resultado de ese video sólo nos incumbe a él y a mí como pareja. Él tiene mi apoyo incondicional. No van a lograr destruir nuestra familia”, concluyó la esposa.  

Marcela contó que le conmovió cómo su hijo de 15 años, cuando su papá le contó con lágrimas en los ojos lo que había pasado, le contestó: “Tienes mi apoyo incondicional”. La familia Ferro ha tratado de proteger a sus hijos del matoneo que pueda provocarles este escándalo y contaron que habían ido al colegio a hablar sobre la situación. Agregó que ha recibido la solidaridad de los otros padres de familia de ese plantel.

Ferro, por su parte, comenzó diciendo que había decidido conceder la entrevista porque “quiero explicarles a los colombianos lo que pasó”. El político aseguró que él se convirtió en “el detonante de una bomba que pusieron en mi casa” para provocar un escándalo en la Policía.

“No hago parte de la comunidad del anillo”, dijo enfático. Para el ex viceministro, el video fue una “prueba reina” inducida de quienes buscan tratar de probar que supuestamente existió tenía que ver con favores a congresistas. Ferro dijo que en ese video se evidencia cómo se le indujo a muchas de las respuestas para hacer parecer que él tenía alguna responsabilidad en ese asunto. “Tengo mi conciencia tranquila y cada uno juzgue sobre la realidad de estos hechos”, concluyó.

Sobre la publicación del video, Ferro dijo que el error del periodismo fue haber creído que esa conversación tenía que ver con la supuesta comunidad del anillo. Agregó que se enteró de la grabación del video el martes y que sólo lo vio una vez. A grandes rasgos contó que había conocido al capitán del video en un trámite de rutina y que ese día había decidido llevarlo en su carro particular.

Para la Procuraduría y La FM, ese video podría ser una de las pruebas para evidenciar que en la Policía existía una “comunidad del anillo” en la que muchos miembros de esa organización ofrecían servicios sexuales a cambio de beneficios como ascensos. El video era tan íntimo para el exsenador, que encendió un debate nacional sobre uno de los temas más complejos de la ética y el periodismo: hasta qué punto es válido publicar información relacionada con la intimidad de los personajes públicos.

El episodio terminó mal para todos los involucrados. El exsenador renunció inmediatamente; el director de la Policía, general Rodolfo Palomino, también se apartó de su cargo, después de varios meses de escándalo. El capitán Ányelo Palacios, que había sido reconocido como víctima de esa comunidad, perdió credibilidad pues el video evidenciaba que era una relación consentida entre dos hombres adultos. Y para rematar, el miércoles en la noche, inesperadamente, la reconocida periodista Vicky Dávila renunció después de publicar esa pieza audiovisual.

Paradójicamente, la salida de Ferro y su esposa en radio reivindicó en cierta manera este episodio. La prueba de amor que hizo Marcela por él seguramente será definitiva para el tránsito de la familia para superar este escándalo. La dignidad y la valentía de esta mujer resultaron siendo la única lección positiva de una bochornosa semana.