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El 85 % de las víctimas son desplazados, un hecho atribuido a todos los actores armados del conflicto. | Foto: Guillermo Torres

PAZ

Las víctimas del conflicto no quieren oír de divisiones

Vulnerados por las FARC, los paramilitares o el Estado creen que solo hay simples diferencias.

15 de julio de 2014

Hoy, cuando las víctimas están en el centro del proceso de paz y sus voces serán escuchadas, hay todo un debate sobre cómo debe ser su participación. Unos han hablado de una división pero las mismas organizaciones desmienten esto.

Lo que ellos creen que realmente sucede es que en más de 50 años de conflicto, el país ha padecido grupos ilegales de derecha y de izquierda de todas las categorías. Unos han sido bastante estructurados, otros no pasan de ser pequeñas bandas y en algunas ocasiones el victimario ha sido el mismo Estado.

Estos matices de todos los tonos posibles no podían dejar otra cosa diferente a unas víctimas con preocupaciones en común pero también con puntos diversos entre sí.

Y son estas mismas diferencias que se están notando en los foros realizados por la ONU y la Universidad Nacional, mediante los cuales las víctimas transmiten sus propuestas a la mesa de negociaciones de La Habana.

A esto se suma la incógnita de quiénes serán los pocos que hablarán en el nombre de 6,5 millones de víctimas en el proceso de paz y si realmente representan a todos los hechos victimizantes como desplazamiento, desaparición, secuestro, minas antipersonales, etc.

En La Habana, el gobierno y las FARC intentan coordinar cómo será la participación de esas personas en la mesa de negociación; mientras que en Colombia las víctimas intentan ponerse de acuerdo sobre sus representantes.

Hasta el momento, la Mesa Nacional de Víctimas, que es el organismo que fortaleció la Ley 1448 del 2011 para congregar a todos los afectados del conflicto, ya habría escogido un puñado de personas para ir a La Habana. El asunto está en que no todas las organizaciones de víctimas están en la Mesa Nacional.

Un día antes de que comenzaran los foros del 4 de julio en Villavicencio, diferentes asociaciones representativas de víctimas de las FARC se reunieron en el norte de Bogotá para mostrarse en desacuerdo con la participación en el proceso de paz.

El primer llamado de atención era sobre los foros. El general Luis Mendieta, secuestrado durante 12 años por esa guerrilla, aseguró que esos encuentros metían a todas las víctimas "en un mismo costal" y explicó que muchos no tenían espacio para hablar. “Los que van tienen marcadas tendencias, y los foros se hacen en unas zonas donde hay víctimas de otros grupos armados distintos de la guerrilla”, afirmó en entrevista con Semana.com. 

Pero la idea de los organizadores es bien distinta. En los foros es tan importante escuchar a las víctimas del paramilitarismo como a las de la guerrilla, según Fabrizio Hochschild, coordinador residente del Sistema de la ONU en Colombia.

Además, en la relatoría que coordina la Universidad Nacional y que será la que llegue a La Habana se organizan las propuestas de una manera similar, sin importar si detrás de la idea hay 100 o 10 personas. 

La ONU y la Universidad Nacional han invitado a todas las organizaciones posibles, sin importar quién fue el victimario. Algunos se rehúsan a asistir, pero otros han aceptado. 

Es el caso de Víctimas Visibles. Esta organización, que lideró el encuentro de personas vulneradas por las FARC, no fue al primer foro en Villavicencio pero después de que la ONU y la Universidad Nacional garantizaran que los mecanismos son transparentes y plurales, enviaron a algunas personas al de Barrancabermeja y se preparan para ir al de Barranquilla y al de Cali. 

En lo que sí mantienen su postura es que las víctimas de las FARC deben prevalecer. “Respetamos profundamente a las demás víctimas y creemos que tienen iguales derechos pero en este momento debe dárseles preeminencia a las víctimas directas de las FARC para que uno de los negociadores responda sobre secuestrados, desaparecidos y reclutados”, afirmó Diana Sofía Giraldo, directora de la organización. 

Ella asegura que no es cierto que por ser víctimas de las FARC, estén politizados o divididos de las demás organizaciones. “Polarizar es hacerles daño a las víctimas, lo mismo que creer que es una cosa de partidos cuando se trata de un justo clamor humanitario”, indicó. 

Desde la orilla de otras víctimas, también se oyen las voces de desacuerdo sobre una supuesta división. Al respecto, así habla Iván Cepeda, senador electo y vocero del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice). 


Es evidente que tienen puntos de diferencia pues varias víctimas, según el hecho por el que sufrieron, quieren una comisión aparte en La Habana y todos desean que los represente alguien que haya padecido un dolor similar. 

Pero hablar de una división es algo que ni las mismas víctimas aceptan. Lo que realmente está ocurriendo es que existe una grande dificultad para escoger quiénes son los representantes idóneos y que esto se sincronice con los cupos autorizados desde la mesa de negociación.