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Imagen del atentado del pasado 9 de julio en Toribío (Cauca). | Foto: SEMANA/Cortesía El País

CONFLICTO

Violencia en Toribío: 28 años de ataques de las FARC

El sábado anterior fue el más reciente. Doce personas heridas, incluido el alcalde del municipio, Carlos Alberto Banguero, fue el saldo del ataque. Esta vez, con explosivos ubicados en un contador de agua de la Casa de Justicia.

Sally Palomino, periodista semana.com
15 de noviembre de 2011

Era sábado. Día de mercado. El día de la semana en el que los habitantes de Toribío (Cauca) siempre sospechan que algo malo puede pasar. Una ‘chivabomba’, un cilindro. El día en que más gente hay en la cabecera municipal es el día más temido. Pero no pueden quedarse en sus casas. Tienen que desafiar la guerra que desde hace 28 años castiga –sin razón– a su pueblo. Carlos Alberto Banguero, el alcalde, fue una de las últimas víctimas del conflicto que se vive allí. Una bomba que explotó el 12 de noviembre (sábado) lo mandó contra una pared y le dejó su cuerpo (piernas, espalda y nuca) lleno de esquirlas.
 
No fue el único afectado. Ocho civiles más y tres uniformados fueron heridos. Uno de los policías perdió sus piernas. Uno de los civiles está a punto de perder la vista. “La situación es la misma de siempre. Aunque hay bastante fuerza pública (no sabe con exactitud cuántos policías en la cabecera municipal), los subversivos aprovechan cuando hay mucha gente en el pueblo para camuflarse y cometer lo que ya todos sabemos”, cuenta el alcalde, quien el sábado pasado fue sorprendido por la explosión cuando estaba pendiente de unas ayudas para los damnificados por el invierno.
 
A Toribío, además de la guerra, lo afecta el mal clima. La actual temporada invernal ha tumbado una casa e inundado y dejado casi inhabitables a muchas más. El riesgo es alto para otras cuantas. “Ese día (el sábado) estábamos pendientes de la entrega de algunas remesas para los afectados por el invierno, verificando cuáles casas debían ser desalojadas por el riesgo en el que están”. Pero Carlos, el alcalde, no alcanzó. Cuando se dirigía de su despacho hacia el almacén del municipio (en donde recogería las ayudas) explotó el petardo.
 
Él estaba a cuatro metros. Fue a dar a la pared. Cuando despertó del impacto (unos tres minutos después), estaba debajo de una nube de polvo y tierra. “No sentía las piernas. Con ayuda de algunas personas ingresé a una tienda. Ahí empecé a sangrar. Tenía esquirlas en las piernas, espalda y nuca. Me llevaron al centro médico y de ahí fui trasladado por aire a Cali. Estuve el sábado y domingo allí”, cuenta el alcalde.
 
Esta es la primera vez que resulta herido en un ataque a su pueblo, a pesar de que lo ha visto estallar tantas veces. “Cuando explotó la 'chivabomba’ hace cuatro meses también fui golpeado por el impacto, pero nunca había salido herido”, cuenta el alcalde, quien no sabe si será la última vez que viva este tipo de situaciones porque a pesar de que su mandato está a punto de terminar, él piensa quedarse en Toribío.
 
“Los habitantes de Tobirío sentimos mucho amor por nuestra tierra y tenemos la esperanza de que la situación cambie algún día”.
 
El alcalde dice que de 14 tomas que recuerda ha vivido su pueblo, ha tenido que padecer 12. Su casa ya había sido destruida el 14 de abril del 2005, y él ya había logrado levantarla.
 
Banguero recuerda lo que su pueblo ha vivido en los últimos años. En el 2008 hubo 76 hostigamientos; en el 2009, 45; en el 2010, 8; y este año habían ocurrido 3 hostigamientos. Hace cuatro meses creía que el más fuerte era el del 9 de julio, pero este martes, 15 de noviembre, piensa que el del pasado fin de semana ha sido el más duro.
 
Desde el sábado, cuando salió en helicóptero de su pueblo, no ha vuelto. Está en Santander de Quilichao bajo supervisión médica. Pero ha estado atento de lo que pasa en Toribío, en donde su esposa da clases en la escuela municipal y su hijo crece en medio de la guerra, que decidió plantarse allá desde 1983, cuando dice él, fue la primera toma de las FARC.
 
Por eso, pensar que el más reciente hecho violento es producto de una retaliación de las FARC por la muerte de ‘Cano’ es lo primero que descarta el alcalde. “Si esta vez fue por la muerte de ‘Cano’, ¿qué decir de las anteriores veces? ¿Qué decir de lo que desde hace 18 años hemos tenido que vivir?”, se pregunta el alcalde de Toribío, Carlos Alberto Banguero.