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Como Pedro por su casa, se mueve Barco en visita a los Estados Unidos

27 de octubre de 1986

Una vez, el entonces secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, le dijo a un alto funcionario colombiano que se encontraba de visita en Washington: "Yo recibo entre dosy tres mandatarios o cancilleres de distintos países del mundo cada semana, y siempre los escucho regañar a los Estados Unidos y a las grandes potencias en sus discursos. Todos, al hacerlo, creen ser muy originales. Lo que no saben es que el único verdaderamente original fue un canciller español que vino un día y no nos regañó".

La anécdota ilustra un hecho que no todo el mundo considera obvio: que los presidentes, jefes de gobierno, cancilleres y demás, que visitan los Estados Unidos en misión oficial, se sienten en la obligación de reclamarle al gobierno de ese país alguna cosa, para demostrar independencia. El presidente Virgilio Barco, que actualmente realiza una gira por Washington y Nueva York, estuvo a punto de quedar incluido en la corta lista de los "verdaderamente originales". Pero alcanzó a deslizar un regañito a los países desarrollados por mantener sus barreras proteccionistas, durante el discurso de este martes ante la asamblea general del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

SEMANA tuvo la oportunidad de conocer al cierre de esta edición y cuando apenas se iniciaba el viaje de Barco, buena parte del contenido de los tres discursos que el Mandatario colombiano debe dirigir esta semana en las dos más importantes ciudades norteamericanas. Este viajé había despertado alguna expectativa entre los colombianos, pues por primera vez desde el día de su posesión, Barco era el principal protagonista de una noticia de su gobierno, ya que hasta ahora, ese papel lo habían cumplido uno detrás de otro y unos con más suerte que otros, casi todos los ministros del despacho, que debieron responder a citaciones de la oposición conservadora en el Congreso Nacional. Sin embargo, nada muy espectacular parece incluir el viaje de Barco a los Estados Unidos, iniciado día y medio después de su primera alocución televisada, transmitida el jueves 25 a las 8 de la noche.

Su charla del jueves por la televisión consistió en media hora de declaraciones más o menos previsibles, de la que solamente se puede destacar una mejora del Primer Mandatario en su vocalización. Y los discursos preparados para la gira por los Estados Unidos, también resultaron previsibles. En palabras de un alto funcionario del gobierno, que participó de cerca en la redacción de esos documentos, "la verdad es que al Presidente no le gusta protagonizar sorpresas".

ANTE LA OEA
En un discurso de 12 páginas, destinado a la asamblea general de la OEA este lunes, Barco trató varios puntos, utilizando un lenguaje de memorando que contrasta con el metafórico y lleno de citas de García Márquez y Octavio Paz, de su antecesor Belisario Betancur hace año y medio, ante el mismo foro.

Para empezar, rindió el previsible "testimonio de admiración" a la figura del ex presidente Alberto Lleras Camargo, considerado como uno de los grandes fundadores de la OEA.
Tras reafirmar el compromiso de Colombia con esa organización, el Presidente enumeró los principales problemas que afronta actualmente América Latina, empezando por la deuda externa, y siguiendo con el desempleo, la recesión y el deterioro de las condiciones del intercambio comercial. Dedicó un párrafo adicional al narcotráfico y al terrorismo, antes de plantear lo que llamó "un nuevo proyecto histórico" para el continente, que debe basarse en "la generosidad para olvidar y perdonar todo lo que el pasado tiene de mezquino y oprimente", además de "comprensión y tolerancia" para una sociedad pluralista y "justicia en las relaciones políticas". Al ahondar un poco en la cuestión de la deuda externa, Barco reiteró la que viene siendo tesis de la mayoría de los dirigentes del Tercer Mundo, según la cual los programas de ajuste no deben llevarse a cabo a costa de los sectores menos favorecidos de la sociedad.

Su reafirmación del compromiso de Colombia con la OEA no implicó, sin embargo, una negación del proceso de Contadora, que, como lo dijera en su visita del año pasado a Estados Unidos el entonces presidente Betancur, había nacido para llenar "un espacio de coyuntura". Para Barco, Contadora debe seguir con vida, basada en los principios de no intervención, no exportación de revoluciones, democracia auténtica y autodeterminación de los pueblos, ingredientes todos ellos que se han tratado de recetar para Centroamérica y sobre los cuales hay desde hace tiempo un consenso en cuanto a cuáles son, pero no en cuanto a la dosis en que cada uno debe ser aplicado.

Finalmente, Barco dedicó algunos párrafos para referirse a los derechos humanos, asegurando que la represión del terrorismo no puede justificar el desconocimiento de derechos fundamentales del hombre y haciendo un llamado a suscribir como obligatoria la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Y, antes de terminar, invitó a los demás países del continente a luchar contra la pobreza absoluta, convirtiendo en bandera internacional su lema de campaña electoral.

COMO EN CASA
La intervención del martes en la mañana ante la asamblea general del Banco Mundial y el Fondo Monetario, tiene un atractivo diferente. Barco, quien preside, a nombre de la delegación colombiana, la asamblea, debe sentirse en este foro, como en su propia casa, pues todo el mundo sabe que trabajó durante varios años con el Banco Mundial.

El discurso ante el Banco y el Fondo profundiza en temas de alta economía, como corresponde a alguien a quien se le atribuye un gran conocimiento de estas entidades y de los problemas que manejan. Para empezar, Barco analiza el debilitamiento de la recuperación de los países industrializados, después de la recesión de la década pasada. El texto incluye muchas cifras y términos como "deficit combinado" o "importación neta de capital", que le dan un carácter más técnico que político.

La tesis central es que mientras los países desarrollados no desmonten sus barreras proteccionistas, que impiden a los países en desarrollo avanzar en su política exportadora, la crisis de estos últimos no podrá superarse. Según Barco, "la competitividad de los países en desarrollo depende, cada vez menos, de su propia eficiencia, y está sujeta, cada vez más, a decisiones políticas en los países industrializados ".

Aunque al cierre de esta edición, sólo se conocía un borrador de la intervención de Barco ante las Naciones Unidas el jueves, último día de la gira, fuentes gubernamentales consultadas por SEMANA aseguraron que, en este caso, tampoco habria sorpresas. Aparte de los obvios llamados a la paz mundial y a la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, se espera que el Presidente reitere sus tesis sobre la deuda externa y las relaciones comerciales entre los países industrializados y el Tercer Mundo.

En fin, como puede verse, de la gira del Presidente por los Estados Unidos no deben esperarse grandes noticias. La verdad es que Barco de viaje, resultó como Barco en televisión: serio, decoroso y aburrido. --