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ELECCIONES 2018

"Colombia está viviendo un estado de emergencia moral": Viviane Morales

La ahora candidata presidencial por el movimiento Somos asegura que no piensa revertir la separación de Estado e Iglesia, pero advierte que “no se le puede decir al ciudadano que renuncie a sus convicciones éticas y morales para decidir en política”. Dice no tener inhabilidad.

15 de enero de 2018

SEMANA: ¿Por qué toma la decisión de lanzarse por fuera del Partido Liberal?
Viviane Morales: Por fuera del Partido Liberal porque las directivas, en un acto de trampa y de politiquería, me impidieron que dentro del partido aspirara a la consulta con la cual se eligió al candidato a la Presidencia. Me negaron todos los espacios y el derecho fundamental a ser elegida y a mis electores de elegir. Fue una decisión obligada por la actuación tramposa de las directivas del Partido Liberal, al que pertenecí durante toda mi vida y oficialmente los últimos 24 años.

SEMANA: ¿A quién se refiere específicamente?
V. M.: A César Gaviria y a Humberto de la Calle. Naturalmente, el juego se hizo entre ellos y Juan Fernando Cristo, para no permitir que yo participara en la consulta porque tenían miedo de que la podía ganar. Después del 19 de noviembre, con esos exiguos resultados que tuvieron, uno se da cuenta por qué tenían miedo.

"La trampa se urdió en agosto y septiembre, por lo que no me pueden aplicar una exigencia que es cumplir lo imposible".

SEMANA: Hay voces que dicen que su candidatura podría estar viciada por temas como la doble militancia...
V. M.: Lo primero es que eso sería darle a la trampa consecuencias constitucionales. La Constitución no está hecha para amparar a los tramposos. Entonces, supuestamente y de acuerdo con la interpretación de la doble militancia, tendría que haberme retirado en enero de 2017, pero en esa época no tenía ninguna razón para dejar mi partido. Allí me dejaron impulsar mi referendo (que promovía la adopción solo por parejas heretosexuales) y recogiendo las firmas me designaron codirectora del partido. La trampa se urdió en agosto y septiembre, por lo que no me pueden aplicar una exigencia que es cumplir lo imposible.

SEMANA: ¿No se siente inhabilitada?
V. M.: Es que en el partido nunca objetaron mis posiciones frente a ese referendo y al proceso de paz. Además, las inhabilidades para ser presidente están consagradas en el artículo 196 de la Constitución y allí, en ninguna parte, se señala la doble militancia como una inhabilidad. No estoy inhabilitada para ser presidenta porque, en este caso en específico, no está consagrada la figura de la doble militancia como inhabilidad y es algo que el Consejo de Estado ya ratificó desde 2007.

SEMANA: ¿Y por qué escogió las toldas de Somos, llamado anteriormente Alas?
V. M.: para mí ya se había vencido el plazo de las firmas, que se acabó el 11 de diciembre. La otra posibilidad era por medio de la personería jurídica de un partido. Somos hoy la tiene y puede dar aval. Es una personería de un partido que está tratando de hacer nuevamente política; entonces, no tiene concejales, ni diputados ni congresistas, porque es un fenómeno realmente nuevo.

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SEMANA: Es una forma de buscar músculo político si logran elegir congresistas en marzo que respalden su campaña para mayo...
V. M.: Las directivas del partido organizaron independientemente sus listas. Yo no tuve nada que ver en la organización de las listas del movimiento Somos. Sé que allí hay ciudadanos cristianos, católicos, ciudadanos que no han participado en política y que lo están haciendo por primera vez; pero fue una decisión de las directivas del partido.

SEMANA: ¿Por qué dice que no hará alianzas y que irá sola hasta la primera vuelta?
V. M.: Yo reivindico mi independencia, porque en toda mi historia política he sido una persona independiente. Aún en el Partido Liberal lo fui, porque, por ejemplo, no voté el IVA mientras que otros senadores sí; lo mismo pasó con el debate de Isagen y, además, todos conocen mis críticas al proceso de paz. Yo también siento el reclamo de un sector del electorado y de la ciudadanía que quiere que se mantenga esa independencia. Me acompañan grandes sectores sociales, cristianos, católicos y ciudadanos, más allá de las congregaciones religiosas, que quieren ratificar la posibilidad de impulsar algo independiente.

SEMANA: Es una candidatura con una alta carga religiosa...
V. M.: No, esta candidatura es ciudadana. Lo que pasa es que mis batallas se han identificado con las que damos en Colombia los creyentes, pero en las encuestas se refleja que el 90 por ciento de la población colombiana es creyente, ya sea católica, ya sea cristiana. No se puede decir que es una campaña religiosa, o de sectores religiosos, cuando el 90 por ciento de la población considera que tiene unas creencias religiosas.

"Las inhabilidades para ser presidente están consagradas en el artículo 196 de la Constitución y allí, en ninguna parte, se señala la doble militancia como una inhabilidad".

SEMANA: ¿En términos políticos eso qué significa, que no es religiosa pero que tampoco se le debería temer a que alguien religioso llegue al poder?
V. M.: Lo que yo no puedo entender es que a la gente se le diga que para ser ciudadano se tiene que quitar el chip de sus convicciones, de sus convicciones morales o religiosas. El hombre y el ciudadano son uno, y sus convicciones parten de su visión, de su cosmovisión, de sus valores, de sus principios. Pero ahora estamos en el reino de la posverdad y se pretenden hacer creer que se quiere eliminar la separación de Estado e iglesia; nada más ignorante. Yo respeto y creo que en las democracias occidentales uno de sus mayores alcances ha sido separar Iglesia y Estado, pero no se le puede decir al ciudadano que renuncie a sus convicciones éticas y morales para decidir en política. Eso es un imposible.

SEMANA: ¿Cuáles serán sus ejes programáticos?
V. M.: Colombia está viviendo un estado de emergencia moral. Yo creo que hay que hacer, por encima de todo, una primera convocatoria a un compromiso cívico para salir adelante en este estado de emergencia moral. Todas las soluciones de nuestros problemas, de retomar nuestro principio de autoridad, de la justicia, del desarrollo económico, pasan por un compromiso cívico de rescatar los valores de nuestra sociedad. Si no rescatamos los valores de nuestra sociedad, vamos a arar en el viento. La única tierra fértil es la de los valores y el corazón humano en una sociedad que necesita recomponer, precisamente, sus valores frente a la vida pública y a lo que queremos como sociedad.