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Vivito y coleando

Se ha demostrado en estos días que 'Raúl Reyes', el segundo hombre de las Farc, está en perfecto estado de salud. Esto aumenta la confusión sobre el fallido intento de rescate de Ingrid Betancourt.

31 de agosto de 2003

Durante meses se especuló con los quebrantos de salud de 'Raúl Reyes', el miembro del Secretariado de las Farc que lideró las negociaciones de este grupo guerrillero con el gobierno de Andrés Pastrana. Casi desde que terminó la denominada zona de distensión, en febrero del año pasado, se rumoró que padecía un cáncer de próstata mortal, que el tratamiento contra esta enfermedad lo tenía postrado y alejado de las tropas, que había salido del país, a Cuba o Venezuela, para someterse a tratamiento. En fin, que estaba en las últimas. Tan es así que cuando tuvo lugar el frustrado intento del rescate de Ingrid Betancourt la prensa de Brasil alcanzó a publicar que la verdadera razón para liberarla era el compromiso de trasladar a Raúl Reyes a Francia para ser sometido a un tratamiento de diálisis.

Todas estas versiones quedaron desmentidas en la última semana. Entre julio y agosto pasados 'Reyes' reapareció ante los periodistas para ponerle fin de una buena vez a estas habladurías. Con pocos días de diferencia Reyes, cuyo verdadero nombre es Luis Edgar Devia, atendió en un campamento del sur del país a periodistas de Colombia, Ecuador y Brasil.

A los enviados de la revista Cromos y de los periódicos El Comercio y Folha de Sao Paulo el segundo al mando de las Farc les preguntó con insistencia si lo veían demacrado o con mal semblante y se burlaba de lo que habían dicho al respecto. Al ecuatoriano Arturo Torres, de El Comercio, le dijo: "Yo, como usted ve, estoy en perfecto estado, Nunca me he sentido mejor, pero según los medios estoy de muerte". Con los brasileños incluso bromeó sobre este tema. Cuando éstos vieron que desembarcaban cigarrillos en el campamento Reyes les comentó: "Yo no fumo, pero algunos de mis compañeros sí. En mi opinión, si quieren perjudicar su salud, eso es problema de ellos". Con los reporteros de Folha también almorzó en forma suculenta: arroz, fríjoles, costilla de cerdo ahumada y plátano.

Hay quienes pueden pensar que Reyes miente y que su preparada puesta en escena para aparecer ante las cámaras, con su uniforme impecable y pulcro, es sólo otra estrategia para disimular su enfermedad. Tal parece que el guerrillero pensó en esto de antemano y por este motivo llevó hasta su campamento a dos periodistas que ya habían conversado con él en la denominada zona de distensión.

De todo esto surge un interrogante. Si la gravedad del estado de salud de Raúl Reyes no era la verdadera razón para liberar a Ingrid Betancourt, ¿Cuál era? Sólo quedan dos explicaciones: la del intercambio de armas o que realmente todo esto no era nada más que un engaño.

La teoría de que Ingrid iba a ser liberada a cambio de un suministro de armas por parte del gobierno francés desafía la credibilidad. De comprobarse generaría un incidente diplomático entre los dos países, pues iría en contra de la política de no negociar con la guerrila del presidente Alvaro Uribe. Mas aún, de ser descubierta por la opinión pública francesa, podría causar la caída del canciller Dominique de Villepin. Por lo tanto, descartada la historia de la mala salud de Raúl Reyes y del intercambio de armas, lo más probable es que todo este relato del rescate de Ingrid no fuera más que un cuento chino.