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Colombia tiene 11 aviones Kfir comprados hace dos décadas. Aunque se usan en la lucha contrainsurgente su valor principal es en la defensa nacional

SEGURIDAD

Vuelo estratégico

Cuando el gobierno había dicho que sólo iba a repotenciar la flota de 11 Kfir, ahora se dio a conocer que va a comprar 13 más. ¿Por qué? ¿Qué tan oportuno es?

9 de febrero de 2008

En otro momento, el anuncio de que Colombia duplicará y modernizará su flota de aviones de combate Kfir se habría visto como una caprichosa carrera armamentista. Sin embargo, las tensiones con Venezuela, país que a todas luces se está armando hasta los dientes, han hecho que el anuncio de los aviones no suscite mayor debate.

Aunque la noticia no es nueva, sí ha habido confusiones en torno a ella. El año pasado quedó establecido que con recursos del impuesto al patrimonio se gastarían en los próximos tres años 478.566 millones de pesos (casi medio billón) en actualización de aeronaves. Una tercera parte de este presupuesto (160.000 millones) se invertirán en un negocio con el gobierno de Israel para alargar la vida útil de los 11 aviones bombarderos Kfir que están en el país desde 1989. Adicionalmente, se conoció esta semana durante la visita a Israel del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, que se comprarán otros 13 de versión antigua, que también serán actualizados. Es decir, no se trata de una ñapa, como se ha dicho en algunos medios; el contrato entre ambos gobiernos sí incluye compra de nuevas aeronaves.

Muchas dudas han surgido alrededor de esta compra. En un país donde la guerra interna es una prioridad, y donde el gasto militar estaría sobredimensionado, la pregunta es qué tan sensato es gastar semejante fortuna en unos equipos que principalmente se usan para la defensa nacional.

El gobierno ha dicho que estos aviones son cruciales para atacar posiciones de la guerrilla, para persecución en caliente y para bombardear de manera rápida y potente zonas donde se está combatiendo. El brigadier general Juan Carlos Ramírez, comandante del Cacom 1, la unidad que tiene a su cargo los aviones, explica que "desde 2002, estos se están usando con una frecuencia de cada tres días en distintas operaciones". Al ser repotenciados se logrará mayor precisión en los ataques y mejorar sus funciones de inteligencia. A eso se le suma el argumento de que los Kfir son necesarios para en la eventualidad de que las Farc adquieran armas antiaéreas que podrían derribar aeronaves de menor potencia. Estos argumentos son aceptables si se reconoce que si bien la guerrilla no ha actuado en los últimos años en grandes grupos, ha sido justamente por temor a la aviación, que les asestó duros golpes. No obstante, ahora que operan en grupos pequeños, no es tan claro si este tipo de aviones es esencial. Tampoco existe evidencia de que la guerrilla tenga misiles tierra-aire, y los militares se niegan a revelar por ejemplo si los Kfir han sido usados en operativos exitosos como el ataque al campamento del 'Negro Acacio'.

Pero, más allá de lo estratégicos que puedan ser en la guerra contrainsurgente, es innegable que la adquisición de los Kfir fortalece sobre todo la capacidad de defensa nacional del país. Un renglón de la seguridad que se había quedado rezagado, pues históricamente el dinero y los esfuerzos se han orientado a fortalecer al Ejército, que es el que libra en tierra de manera protagónica la guerra contra la insurgencia.

Ahora, cuando hay una histórica inyección de dinero para seguridad, es la oportunidad para salir de compras. Colombia no es el único país que está actualizando su flota. Chile compró 18 F-16; Brasil está comprando 35 Eurofighter, y la inversión de Venezuela para este rubro se acerca a los 1.400 millones de dólares.

Por eso, aunque el gobierno insista en la relevancia de los aviones para el conflicto interno, la que sale realmente ganando es la seguridad nacional. Aunque la lectura que se haga de esta adquisición, en este momento, y durante una visita del ministro Juan Manuel Santos a Israel, pueda ahondar las hostilidades en el vecindario.