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El nuevo registrador nacional del estado civil, Juan Carlos Galindo, le pidió al Procurador General que lo vigilara en forma más estricta de lo que él había medido cuando estaba a cargo del control de asuntos electorales

Polìtica

Vueltas que da la vida

El nuevo Registrador Nacional lideró desde 2002 las más importantes demandas contra elecciones. Ahora deberá conducir los comicios de octubre.

6 de enero de 2007

Juan Carlos Galindo Vacha, que desde la semana pasada es de forma provisional el Registrador Nacional del Estado Civil, hace pocas semanas era la punta de lanza de la Procuraduría General de la Nación en su control electoral. Desde ahí puso contra los palos a más de un político que a base de trampas e inconsistencias logró salir electo. En 2002 las investigaciones lideradas por Galindo llevaron a que se anularan los resultados en más de 5.600 mesas, lo que dejó por fuera a tres senadores que ya disfrutaban de su curul. Son reconocidas también sus actuaciones en las difíciles elecciones a las alcaldías de Cartagena y Soledad, y las gobernaciones de Meta y Tolima. Sobre las elecciones de marzo pasado su despacho presentó la solicitud para que se anulara un número similar de mesas a las de 2002.

Por su conocimiento y su experiencia en el tema, y ante el vacío normativo para escoger un nuevo registrador, el nombre de Galindo tuvo fácil acogida entre los presidentes de la Corte Suprema de Justicia, la Corte Constitucional y el Consejo de Estado. Ahora tendrá que sacar adelante las elecciones regionales de este año, en las que participarán más de 52.000 candidatos a gobernaciones, alcaldías, asambleas, concejos y juntas administradoras locales.

Galindo, de 44 años, es abogado javeriano, con énfasis técnico, y ajeno del activismo político. Su primer día como Registrador inició a las 6 de la mañana, costumbre que traía desde la Procuraduría. SEMANA lo entrevistó en su despacho:

SEMANA: ¿No deja de ser paradójico que pase de la orilla de los críticos a la que tiene que soportar los señalamientos, muchas veces injustos, sobre falta de control, gestión y transparencia?

Juan Carlos Galindo: Será de la orilla crítica representando los intereses de la sociedad, a la orilla de la gestión para sacar adelante muchos proyectos. De la órbita del control, ahora pasaré a la de la implementación.

SEMANA: ¿Cuáles son sus fortalezas para asumir el reto que le espera?

J. C. G.: Mi participación en las anteriores elecciones no sólo me dio un conocimiento privilegiado del sistema electoral, sino que además en el tema jurídico tuve que prepararme en detalle para conceptuar todas las observaciones que se hicieron en su momento. El proceso electoral colombiano tiene aún muchas debilidades, pese al esfuerzo por corregirlas.

SEMANA: ¿Se identifica como miembro de algún partido político?

J. C. G.: De ninguno. Soy de ideas conservadoras, pero sin activismo político. La única vez que hice política fue en la universidad, en un trabajo que hice por un tiempo como columnista y articulista en el diario El Siglo. Eso fue hace 22 años.

SEMANA: Luego de que se conoció su nombramiento, ¿cuál fue el primer político en llamarlo?

J. C. G.: Han llamado representantes de diferentes partidos que quieren que se les escuche. Los atenderé a todos, y a todos les brindaré las mismas garantías.

SEMANA: ¿Qué se necesita para atajar las trampas y cuál ha sido el caso más aberrante de fraude que ha conocido?

J. C. G.: Hay que ser perspicaz y conocer del tema para saber dónde están sus debilidades. En estos años lo que más me sorprendió fue en las pasadas elecciones al Congreso en Magangué, donde durante semanas prepararon el fraude recolectando nombres y números de cédulas de información que aparecía en los periódicos. Con esos datos inscribieron centenares de personas a las que luego les fabricaron cédulas para que votaran.

SEMANA: Las elecciones de este año son difíciles por la previsible intervención de la para-política, ¿qué tiene en mente para atajar esto?

J. C. G.: Fortalecer los controles para evitar interferencia de cualquier grupo ilegal. Vamos a activar con suficiente tiempo la Comisión Nacional de Seguimiento Electoral, para que todo el Estado en conjunto evite que esto suceda.

SEMANA: ¿No hay riesgo de que los errores que pueda haber ahora sean mirados con mayor complacencia?

J. C. G.: Cuando me vine para acá le dije al Procurador General que me midiera en forma más estricta de lo que yo medí. Eso es lo mínimo que espero.